¿No podes dormir? Es uno de los problemas más recurrentes y por el que algunas veces todas pasamos. En algunos días, más que otros nos suele llevar más tiempo conciliar el sueño o logras dormir pero en el medio de la noche ya te levantaste más de 3 veces. Al otro día ya cuando no podemos abrir bien los ojos nos damos cuenta que dormir bien es esencial para nuestra salud y bienestar. Sin embargo, muchas veces nos encontramos con dificultades para conciliar el sueño o descansar de manera adecuada.
Todos deseamos dormir como bebés y despertarnos llenos de energía, pero para lograrlo, es vital asegurarnos de dormir al menos ocho horas diarias, así que quizá sea hora de que mejores tus hábitos de sueños de una vez por todas. Estamos seguras de que estos consejos te serán de gran ayuda:
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Establecer una rutina de sueño: Intenta acostarte y levantarte a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Esto ayudará a regular tu reloj interno y a condicionar tu cuerpo para dormir y despertar en horarios específicos.
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Cena temprano: Quienes sufren de insomnio tienen que tener en cuenta que este punto es clave, es importante que la cena sea dos horas antes de irse a la cama, también hay que evitar comer comidas pesadas y abundantes cerca de la hora de dormir. Opta por una cena ligera y nutritiva al menos dos horas antes de acostarte. Esto permitirá que tu cuerpo tenga tiempo suficiente para digerir los alimentos antes de dormir, y de ser posible evita el café y los azucares.
- Controla las siestas: Si bien una siesta corta puede ser revitalizante a mitad del dia, evitar las siestas prolongadas es fundamental para asegurar un buen descanso nocturno. El tiempo ideal de las siestas es un máximo de 20-30 minutos y trata de hacerlas temprano en la tarde.
- Haz ejercicio: La actividad física regular es no solo beneficiosa para tu salud en general, sino que también puede ayudarte a dormir mejor. Intenta realizar ejercicio durante el día, preferiblemente por la mañana o la tarde. Tu rutina diaria debe incluir sí o sí mínimo 20 minutos de entrenamiento físico. Evita hacer ejercicio intenso justo antes de acostarte, ya que podría afectar tu capacidad para conciliar el sueño.
- Un baño relajante antes de dormir: Tomar un baño caliente antes de ir a la cama puede ayudar a relajar tu cuerpo y prepararte para el sueño. El agua caliente puede aliviar la tensión muscular y promover la sensación de calma y tranquilidad, acompañándolo con música suave y velas aerománticas van a hacer que caigas rendida a la cama.
- Establece una rutina relajante antes de acostarte: Dedica tiempo antes de dormir a actividades que te ayuden a relajarte, como leer un libro, practicar meditación o escuchar música suave. Evita a toda costa el uso de dispositivos electrónicos, ya que la luz azul que emiten puede interferir con tu calidad de sueño además que te vas a pasar todo el tiempo con el dispositivo y cuando te des cuenta tus horas de sueño se consumieron repentinamente.
- Duerme con telas frescas y naturales: La elección de las telas que utilizas en tu ropa, puede marcar la diferencia en la calidad de tu sueño. Pero también si tu elección es no utilizar ropa para dormir es totalmente valido y esta genial. También es importante que no te apriete la ropa de dormir, porque la presión también hará que duermas peor. Opta por telas frescas y naturales, como el algodón o el lino, que permitan una mejor circulación del aire y regulen la temperatura corporal durante la noche tanto en la ropa puesta como en las mantas sobre las que descansas.
Experimenta con estas recomendaciones y descubre cuáles se adaptan mejor a tus necesidades. Priorizar tu descanso es esencial para mantenerte saludable y enérgica. ¡Duerme bien y despierta lista para enfrentar el día con renovada vitalidad!
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