Lo que en sus inicios fue una marca de ropa creada por Leia Calmanash mientras estudiaba Diseño de Indumentaria en la UBA, hace más de 14 años en Buenos Aires, evolucionó hasta convertirse en un espacio que refleja mucho más que una propuesta estética. Con el tiempo, el proyecto, Ernesta Home Gallery, encontró su verdadera esencia en la creación de objetos que entrelazan tradición, historia familiar y modernidad, transmitiendo en cada pieza un modo de habitar y de vivir. Hoy, esa búsqueda se consolida como un emprendimiento con identidad propia, proyección internacional y un fuerte anclaje artesanal.
El cambio de rumbo llegó en 2020, cuando, en plena pandemia, decidió volver a Corrientes. Allí, un local que había quedado libre junto a la casa de sus padres se convirtió en el primer espacio físico de Ernesta Home Gallery. No fue una decisión sencilla, ya que Corrientes es una ciudad conservadora y el mercado de decoración estaba dominado por propuestas tradicionales. Sin embargo, lo que parecía un riesgo se transformó en una oportunidad. Con creatividad, redes sociales y un fuerte boca en boca, la marca comenzó a crecer y a expandirse a través de la venta mayorista, logrando que sus productos llegaran a distintos puntos del país. Ese impulso la llevó también a abrir un segundo local en Resistencia, consolidándose como una propuesta diferente, fresca y con identidad propia.
La impronta correntina está presente en cada rincón de sus locales. Los muebles, las velas y los objetos de diseño llevan consigo la historia familiar, una de las piezas más icónicas es la araña principal que podes encontrar en sus locales hecha con ramas del naranjo de la casa de su abuela mezclado con mobiliario heredado de su abuelo. Cada pieza cuenta un relato y conecta con el pasado, pero también dialoga con un presente que busca resignificar lo cotidiano. “Hay mucha historia en cada pieza y en cada rincón del espacio. Ernesta es parte de mi familia y mi vida”, suele decir su creadora.
El corazón de la marca son sus productos hechos a mano, velas, tazas, jarras, canastos, textiles, piezas en cerámica y objetos de madera. Todo nace de una producción artesanal y cuidada, con talleres que trabajan de manera responsable. De hecho, uno de los grandes distintivos es el aroma de la vela de caramelo y café, que se volvió ícono de la marca, al punto de que, en Nueva York, es el único aroma que se comercializa. No es casual, cada vela está pensada para evocar recuerdos, transmitir calidez y convertirse en un objeto tan sensorial como estético.
El salto internacional llegó de manera inesperada. A principios de mayo de 2025, la contactaron desde Flying Solo, un prestigioso local multimarcas del Soho que reúne diseñadores y artistas de todo el mundo. En apenas dos meses, tras un proceso de
entrevistas y selección exprés, Ernesta ya estaba presente en Nueva York con una línea exclusiva de seis piezas, velas, un jarrón, una manta de algodón y una tabla de pinotea, inspiradas en la tierra correntina. La velocidad del proceso sorprendió incluso a su creadora, que vio cómo un sueño que parecía lejano se materializó en tiempo récord. ‘’Fue un desafío enorme pensar en cómo quería mostrar mis productos de Corrientes al mundo, no perdiendo así la identidad de la marca, pero que a su vez pudiera convivir en cualquier parte del mundo.’’, comenta. Hace poco tiempo, la marca también confirmó su llegada a Madrid este 15 de septiembre, con una colección que toma como inspiración la arena del río y que refuerza su búsqueda de llevar un pedacito del litoral argentino a distintas ciudades del mundo.
“Para mí fue un momento bisagra. Sentí que ya no era un proyecto de barrio, sino una marca sólida”, cuenta su fundadora. Representar a Argentina desde Corrientes, lejos de los grandes centros urbanos, tiene un valor doble: orgullo y emoción. “Me emociona pensar que alguien elige algo creado acá y lo lleva a su casa, en cualquier parte del mundo.” Ese mismo orgullo es el que la impulsa a seguir creciendo, siempre con los pies en la tierra y con la convicción de que lo local tiene la fuerza suficiente para convertirse en global.
La maternidad también dejó huella. En 2021 nació su hijo y con él, la idea de una línea infantil. Lo que comenzó con la búsqueda de decorar su cuarto terminó en una colección pensada para madres como ella, con objetos delicados y funcionales que transmiten la misma calidez que define a la marca. Hoy, incluso, su hijo se anima a soñar en grande y pide un local en Punta del Este, un destino que la creadora no descarta para el futuro. Entre juegos y proyectos, la familia sigue siendo un motor.
‘’Ernesta es el resultado de coincidir con aquello que me transforma e inspira, sumando mi forma de ver la vida, mis valores, como quiero llegar a los demás, el detalle, el cuidado, la perseverancia y el amor. La forma que encontré para comunicar lo que siento y lo que soy.’’
Ernesta Home Gallery (@ernesta.homegallery) es la prueba de que lo artesanal no es pasado, sino futuro. En cada objeto conviven la memoria familiar, el pulso de la tierra correntina y la fuerza de una mujer que apostó por volver a sus raíces. Su historia no es solo la de una marca es la de una creadora que convirtió lo íntimo en universal. Con amor, trabajo y perseverancia, Ernesta nos recuerda que los grandes caminos pueden empezar en un gesto pequeño, en una mesa heredada, en un aroma que viaja más allá de las fronteras. Y que, cuando hay pasión, lo local puede ser eterno y, al mismo tiempo, universal.
at Miranda Zolfan
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