Emily in Paris vuelve recargada con su quinta temporada y esta vez, la moda y el drama cruzan fronteras. Si bien París sigue siendo el corazón de la historia, parte de la trama se traslada a Roma, donde Emily (Lily Collins) continúa enfrentando los desafíos del amor, el trabajo y la identidad en escenarios deslumbrantes.
El elenco presentó la nueva temporada durante una conferencia de prensa en Venecia, una ciudad que también respira arte, estilo y romanticismo, y que fue el marco ideal para anticipar lo que se viene. El estreno global está previsto para el 18 de diciembre en Netflix, y promete más intensidad, nuevas locaciones y una protagonista con más voz y decisión que nunca.
-¿Emily parece estar entrando en una etapa más madura y consciente. ¿Cómo te puso a prueba la temporada 5, tanto personal como profesionalmente?
-Bueno, Emily corre en tacos durante las temporadas uno a cuatro. Así que pensé que en la cinco era hora de darle unos zapatos planos... para que no se siga cayendo. Cada año, el personaje de Emily evoluciona y crece. Desde la primera temporada intentaba encontrar su voz y ahora ya la tiene, y está aprendiendo a adueñarse de ella, ya sea en el amor o en el trabajo. Ha crecido mucho profesionalmente. Me atrevo a decir que su vínculo con Sylvie se vuelve más cercano, y eso le da una seguridad interna que se refleja en su vida diaria.
Cada temporada se siente más asentada en sí misma. Y todos sabemos que cuando uno se siente así, puede enfrentar el drama y lo inesperado de forma más madura. Esa es la Emily de este año.
-Nunca habías estado en Venecia antes de filmar Emily in Paris. ¿Podés compartir algún momento especial que capturó esa magia entre Roma y Venecia?
-¡Guau! Visitar Venecia estaba en mi lista de sueños. Nunca imaginé que la serie me llevaría allí. Hay dos momentos que me marcaron. El primero fue llegar desde el aeropuerto en barco. Tenía una imagen en mi cabeza de cómo sería, pero cuando el bote frenó y entramos a uno de los canales, parecía un set de película. Después salís y estás frente a la ciudad, entrando por agua, y ver la Plaza San Marcos, el oro, la luz, los colores... me voló la cabeza.
El segundo momento fue llegar al hotel y abrir la ventana de mi cuarto. Literalmente dije: “¿Esto lo voy a ver todos los días?”. Las góndolas, la gente vestida en blanco y negro… No podía creer lo hermoso que era. Nunca me cansé de mirarlo, ni de día ni de noche. Y encima en invierno, con esa neblina... fue increíble.

-¿Qué dice la moda de esta temporada sobre la evolución de tu personaje?
-En la primera temporada, Emily tenía muchas cosas que decir pero no siempre las decía, entonces lo expresaba con la ropa: colorida, llamativa, llena de estampas.
Ahora, en la quinta temporada, sabe cómo expresarse de otra manera. Esa audacia sigue estando, pero en prendas más sobrias, más fuertes y más estructuradas. Es una moda más pensada, más confiada.
También aprendí a elegir mejor el calzado, como dije antes, ya que corre mucho (risas).

-Si tuvieras que darle un consejo a Emily sobre el amor, ¿cuál sería?
-Hay una frase de la serie donde le digo a Marcello que, si simplemente dejara de intentar ser perfecta todo el tiempo y dejara que las cosas sucedan, probablemente todo estaría bien. Creo que muchas veces, ya sea en el trabajo o en el amor, tratamos de tener todo bajo control, de ser perfectos, y eso nos impide disfrutar o vivir cosas hermosas.
Cuando sos más joven, sentís presión de ser la mejor versión de vos misma todo el tiempo, y si no lo sos, pensás que nadie te va a querer, que no te van a llamar, que vas a quedar sola. Pero si simplemente sos vos misma… tal vez todo salga bien.
at Fernando Gomez Dossena
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