En el fascinante mundo de la gastronomía, existen platos que trascienden las barreras del tiempo y la cultura, dejando un legado imborrable en el paladar de quienes los prueban. Uno de estos tesoros culinarios es el , un postre elegante y delicioso que combina la delicadeza de la crema con la sorpresa crujiente de su caramelo caramelizado. Acompáñanos en un viaje a través de la historia para descubrir cómo surgió esta obra maestra culinaria.
Una dulce evolución
El origen exacto del Creme Brûlée es una incógnita, ya que a lo largo de la historia, diferentes países y culturas han reclamado su paternidad. Se cree que sus raíces se remontan a la Edad Media, en la región de Languedoc, en el sur de Francia, donde se preparaba una crema similar conocida como "crema catalana". Esta versión primitiva ya incluía una capa de azúcar caramelizada en la parte superior.
A medida que los siglos pasaron, el Creme Brûlée evolucionó y se popularizó en los salones y palacios de la alta sociedad francesa durante el siglo XVII. Los chefs de la época encontraron en esta receta la combinación perfecta entre simplicidad y sofisticación, conquistando los paladares de la aristocracia de la época. Sin embargo, el término "Creme Brûlée" como tal no apareció hasta principios del siglo XVIII.
Una denominación reveladora
La primera referencia escrita al término "Creme Brûlée" se encuentra en el libro "Nouveau cuisinier royal et bourgeois", escrito por François Massialot en 1691. En esta obra, Massialot describe una receta titulada "Crème brûlée à l'anglaise", que traducida al español sería "Crema quemada a la inglesa". Aunque el título puede generar cierta confusión, se cree que el uso del término "a la inglesa" se debe al estilo de cocina británica que ganaba popularidad en Francia en esa época.
Es importante destacar que, si bien la receta aparece en un libro francés, el plato era considerado tanto francés como inglés en aquel entonces. De hecho, los historiadores culinarios sugieren que la popularidad del Creme Brûlée se extendió gracias al intercambio cultural
entre Francia e Inglaterra en el siglo XVII.
La eterna delicia de la Creme Brûlée
Hoy en día, el Creme Brûlée se encuentra en menús de todo el mundo, desde refinados restaurantes hasta acogedores bistros. A pesar de su humilde origen, este postre ha alcanzado la cima de la elegancia culinaria y sigue siendo un deleite para los paladares más exigentes.
Cada cucharada de Creme Brûlée es un tributo a la rica historia gastronómica de la humanidad y una muestra de cómo una simple crema puede transformarse en una experiencia culinaria inolvidable. Así, este delicioso postre continúa escribiendo su propia historia, cautivando a nuevas generaciones con su sabor exquisito y su caramelo crujiente.
Aquí, te contamos dónde probar este delicioso plato en Buenos Aires:
EN SAN TELMO
Lo del Francés es un típico bistró galo ubicado en Avenida San Juan y Bolivar. Su fundador es el francés Marc Eugène y propone platos con una impronta única. Dentro del menú se destaca este delicioso postre. La famosa créme brulee de receta tradicional (con azúcar, vainilla natural, crema de leche y yemas de huevo). ¿El secreto? "La calidad de la crema y la cocción uniformes", apunta el chef.
ESQUINA DE PALERMO
El tradicional restaurante Cabernet de cocina tradicional europea y platos a la leña con una amplia cartas de vino propone una versión bien clásica de este postre francés. Una receta única y bien hecha con toques que reversiona a esta delicia que festeja hoy su aniversario.
ETERNO CLÁSICO
La Pescadorita recomienda su propia versión de la crème brûlée. El toque distintivo de su receta es que se prepara con una base de dulce de leche Chimbote, que aporta una dulzura y untuosidad particular. Para lograr la crema, le suman leche, huevos, azúcar y vainilla. Luego, se flambea con azúcar para lograr la capa crujiente característica y se decora con una flor comestible.
SÚPER ORGÁNICO
El restaurante especializado en cocina orgánica y natural, Hierbabuena propone desayunos & meriendas, pastas caseras, platos hogareños de impronta cosmopolita y opciones de la cocina callejera que tientan por su original combinación de sabores. Sus postres no son la excepción y entre las opciones llama la atención su Avocado Cremme Brulee: una crema vegetariana y sin gluten elaborada con palta, tofu orgánico y lima, que se flambea con azúcar de coco para lograr la costra típica y llega a la mesa con una tierra de frutos secos y una cookie artesanal.
AL NATURAL
Además de cautivar con recetas simples y preparaciones sofisticadas a base de vegetales y hongos, Mudra sorprende con una propuesta de pastelería plant-based donde se encuentra una versión muy diferente de la tradicional crème brûlée. La crema se prepara con una base de choclo como ingrediente principal, que se combina con leche de coco, vainilla natural, azúcar de coco y agar agar. Así, logran una crema suave, untuosa y de dulzura sutil, que se sirve con maíz salteado y pochoclo dulce.
at Redacción Marie Claire
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