¿Quién puede dudar a estar altura del impacto y relevancia que tuvo en la televisión (y en la tan mentada cultura pop) una serie como Sex and the city?
Sin embargo, y siendo sinceros, ¿alguien podría haber imaginado que, a más de 20 años de su estreno original, la serie creada por Darren Star iba a ser tan omnipresente (literal y figurativamente hablando) en esta caótica y atomizada era del streaming? Ahí ya es más difícil levantar la mano…
Y no hablamos solo de su explosivo regreso (esta vez, sin Kim Cattrall), para la flamante plataforma HBO Max sino de que también configuró grandes apuestas de plataformas como Netflix (con Emily in Paris, creada también por Darren Star) Amazon Prime Video (con el estreno de una curiosa versión Bollywood de ese imaginario) y ahora Starzplay, que amplía esa búsqueda de una mayor diversidad con Run The World.
Escrita por la “Harlem Lady”, Leigh Davenport, la serie acaba de llegar a esa plataforma bajo la “vieja nueva dinámica” del estreno por goteo: un capítulo nuevo cada domingo, en el que iremos conociendo las alegrías, penas, romances y complicidades de cuatro amigas treintañeras, no demasiado diferentes entre sí:
- Ella (Andrea Bordeaux). La periodista, que surfea como puede esta nueva era de las comunicaciones, con la revolución de Internet y las redes sociales acechándolo todo. Sí, es una especie de Carrie, que incluso tiene su propio Big (lo dice así, sin eufemismos) y muchos sueños pendientes por cumplir.
- Whitney (Amber Stevens West). La perfeccionista del grupo. La que hizo “todo bien” hasta que de repente mira atrás y no se encuentra del todo satisfecha con sus elecciones, en especial con su inminente boda con su novio de toda la vida.
- Renee (Bresha Webb). Es la “diva”, exitosa y, por lejos, la más acaudalada del grupo. Si bien está a punto de divorciarse (y hay varios millones en disputa), su atención está puesta en su exitosa carrera laboral.
- Sondi (Corbin Reid). Podría ser definida como la más activista, sobre todo en lo que a las cuestiones y tensiones raciales refiere. Tiene una relación de pareja estable, pero la repentina convivencia con su chico (que además tiene una pequeña hija preadolescente) se transformará en uno de sus grandes temas.
Mucho (más) sexo
Sí, ya desde el comienzo la serie muestra lo que podría llamarse su primera carta de diferenciación, ya que en lugar de aquellos planos noventosos que se iban en fade hacia las mesitas de luz, acá la cámara quiere posarse sobre -y mostrar- los cuerpos.
Tampoco es una oda al desenfado sexual ni mucho menos y recordemos que, de nuevo, han pasado más de dos décadas desde la irrupción de Carrie Bradshaw (Sarah Jessica Parker), con lo cual algo de (r)evolución estética era esperable…
La gran pregunta que queda flotando es: ¿hay rastros en esas relaciones -algunas casuales, otras más regulares- de los cambios que están atravesando los vínculos amorosos en esta era?¿ya sea debates en torno al consentimiento o discusiones sobre roles, preferencias, mandatos y estereotipos..?.
Por ahora la respuesta es no (lo cual no impide que aparezcan más adelante), aunque resulta llamativo que ya en uno de sus primeros capítulos haga su aparición el famoso “no hubo erección” como excusa absoluta y rotunda para la falta de sexo....
La moda, siempre la moda
Sí, es uno de los rasgos más salientes y recurrentes en esta “familia ampliada” de títulos y Run The World no es una excepción a la regla.
Con una apuesta absoluto por el color, los looks llamativos y el vintage (obvio) el vestuario creado por la célebre Patricia Field junto a Tracy L. Cox busca brindar un festivo homenaje al espíritu de Harlem. Su espíritu nos los definió muy claramente vía mail el propio Tracy: “Ecléctico, fresco e, intencionalmente, anti-tendencias”.
Habitual colaborador de Patricia (se conocieron en Sex and the City y luego Tracy siguió relacionado a Sarah Jessica Parker como su vestuarista personal) el diseñador agregó que la música negra, y en particular el rap, fueron sus más recurrentes referencias. “Artistas como Megan Thee Stallion, Azealia Banks, The City Girls y Jhené Aiko son algunas de las que más me inspirado”.
De alto impacto (e ideal para nuestra época del año ya que hay muchos abrigos y conjuntos de invierno), la ropa de la serie carga, eso sí, con "el virus de lo aspiracional” de Carrie y su troupe (que en su caso fue mutando y extremándose con el tiempo...).
El empoderamiento de ayer y hoy
Y esto último nos da el pie justo para otro de los aspectos centrales: el tan mentado “empoderamiento femenino” que Run the World vendría a reflejar, ponderar y coronar.
Y la verdad es que acá nuevamente los límites son varios, primero porque ese término se está utilizando para TODO (y, por ende, para nada) cuando se trata de protagonistas mujeres y porque la propia dinámica del show (bien virada a la comedia light, casi de sitcom ATP) no permite introducir temas con demasiado trasfondo social.
Basta con decir que el personaje más feminista del grupo (Sondi) suele aparecer en diversas situaciones como la “extrema” que “utiliza palabras difíciles” …
De lo que sí puede hablar bastante la serie, y mucho tiene que ver ahí la actualidad norteamericana, es del racismo, de las diferencias aún latentes y poderosas entre negros y blancos, incluso en una ciudad progresista como Nueva York e incluso en sus estratos sociales más “pudientes” y pujantes.
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