Creada hace más de medio siglo por el farmacéutico francés Pierre Fabre (hoy un verdadero emporio de dermocosmética), la marca Klorane se diferenció desde el vamos por un importante enfoque naturalista.
"Alma Botánica", su leit motiv, hoy se traduce en diversos compromisos (como producir fórmulas y envases sustentables) y acciones de todo tipo. En nuestro país, en 2015 la marca, a través de su fundación (Klorane Botanical Foundation), decidió unir fuerzas con la red Conservación Internacional de Jardines Botánicos (BGCI por sus siglas en inglés) y el Jardín Botánico de la ciudad de Buenos Aires Carlos Thays para impulsar un plan de recuperación y conservación de especies autóctonas.
La propuesta derivó en (por ahora) dos importantes proyectos orientados a salvar nuestro tesoro botánico, que alberga una de las biodiversidades más abundantes del mundo, con un sinfín de plantas medicinales.
Clasificar y proteger plantas medicinales
En efecto, la primera parte del proyecto tuvo como epicentro el Jardín Botánico de la ciudad, donde un grupo de etnobotánicos, agrónomos y farmacéuticos trabajaron para investigar y promover el cultivo responsable de las especies medicianles autóctonas del país. En la Argentina, la fitoterapia tradicional basada en el uso de plantas indígenas es un elemento estratégico en el ámbito sanitario. Por ejemplo, solo en las montañas de Sierra de Comechingones, en Córdoba, se catalogaron alrededor de 150 especies que se recolectan con intenciones fitoterapéuticas.
En 2019, el plan comenzó una nueva etapa, basada principalmente en el Delta de Río Paraná. “Plan Delta”, tal su nombre, eligió como base la reserva natural Delta Terra en el arroyo Rama Negra (en Tigre) para promover la recuperación de la flora de humedales nativos en el estuario del Río de la Plata. El plan se estructuró en base a tres pilares:
- Mejorar la conservación ex situ (fuera de su hábitat) de especies nativas de la vegetación forestal de Monte Blanco construyendo pequeños islotes en el agua y así albergar las que fueron abandonadas.
- Restaurar áreas naturales degradadas. La meta es prometedora y consiste en formar un corredor biológico poblado con la fauna y la flora que antes abundaban. Con el respaldo experto del Jardín Botánico Carlos Thays, se realiza la recolección de las especies que se encuentran en vías de extinción, antes de reintroducirlas en la zona del Delta.
- Fortalecer el alcance público y la creación de redes para fomentar la sensibilización ambiental del valor ecológico.
Ese plan finalizará este año, dando inicio a una tercera etapa que aún no ha sido revelada por la marca, que hace poco compartió y celebró los logros de su fundación, creada en 1994, destacando que en sus 25 años desarrolló en todo el mundo (en 27 países) más de 43 programas sobre biodiversidad y más de 45 misiones de investigación.
Accedé a los beneficios para suscriptores
- Contenidos exclusivos
- Sorteos
- Descuentos en publicaciones
- Participación en los eventos organizados por Editorial Perfil.
Comentarios