Para la Lic. Laura Romano nutricionista y autora del libro “Las dietas tienen un final los buenos hábitos duran para siempre” este es un día para concientizar que las dietas generan obsesión y perpetúan la obesidad. Vivimos rodeados de dietas y promesas para adelgazar nuevas magias que aseguran “La verdadera solución” extremismos marketineros que nos aseguran bajar muchos kilos en tiempo récord. Dietas que nos dejan con un sentimiento de culpa y frustración cuando las abandonamos. Porque una dieta estricta, que te prohíbe comer las cosas que te gustan, que te alejan de la rutina y de tu vida social es imposible de sostener en el tiempo.
Las dietas pueden ser distintas, pueden ser que tuve una gastroenteritis y mi médico me da una dieta por tres días…es así, en general las dietas tienen un principio y un final, y así sí funcionan. Las dietas funcionan para tratamientos agudos, cosas que empiezan y terminan. Las dietas no sirven para tratar la obesidad que es algo crónico. Solo con los hábitos uno logra sostener en el tiempo.
“Cualquier dieta va a lograr un descenso rápido de peso- las dietas sirven para bajar no para bajar y mantenerse. Si nos sacan, nos restringen la mitad de los alimentos que nos gustan que tenemos habitualmente costumbre de comer vamos a bajar. Pero las dietas generan un descenso rápido de peso pero no lo mantienen. La dieta tapa el problema, mientras la dieta esta, pero cuando la dejo vuelvo tal cual como estaba.. porque no aprendí nada, y no lo puedo sostener en el tiempo. A veces quedan algunas cosas de las dietas pero en general muy pocas…hay gente que deja el azúcar por el edulcorante, que toman gaseosa light en lugar de con azúcar y esas pequeñas cosas son hábitos y eso es lo que vale” recalca Laura Romano.
Para la especialista “Disfrazadas de distintos colores las dietas en el fondo conducen siempre a lo mismo reducir el aporte calórico en gran medida para lograr que todos bajen de peso. Cuanta más restricción más rápido se baja. Las dietas tienen un final ya que tenemos aumento de peso, de repente nos ponemos a dieta, hacemos un cambio repentino de hábitos, tapamos el problema, hay una restricción fuerte por eso bajamos de peso pero después y en algún tiempo, a algunos más otros menos, hay gente que lo ha sostenido hasta un año entero. Todo este tiempo de restricción termina generando ansiedad y en algún momento por alguna situación de la vida ya sea un problema familiar, amoroso, cualquier cosa dispara al descontrol a no poder sostenerlo. Cómo es algo que nos cuesta mucho el día que deviene el atracón o el descontrol y volvemos a los malos hábitos o a los no tan buenos hábitos vuelven a subir de peso. Si realmente fueran una solución para bajar de peso y sostenerlo estarían bajando los índices de sobrepeso y obesidad en el mundo. Si fuera posible bajar mucho, rápido y sin sufrir estaríamos frente a un verdadero milagro.
¿Cómo salimos de ese circulo vicioso?
Las dietas seguirán existiendo pero estoy convencida que hay otro camino para lograr el objetivo de bajar de peso y para esto lo primero a saber que no siempre lo mejor es más rápido, que la clave está en un camino más simple, que aplica al sentido común y no a la magia. Que prioriza el mantenimiento en lugar de la rapidez. Que tiene en cuenta el aspecto social y cultural de la comida y que contempla que muchas veces nuestra conducta alimentaria está regida por las emociones. Porque como titulo mi libro “las dietas tienen un final y los buenos hábitos duran para siempre”. De eso se trata de modificar hábitos y mantenerlos en el tiempo.
at Laura Romano
Accedé a los beneficios para suscriptores
- Contenidos exclusivos
- Sorteos
- Descuentos en publicaciones
- Participación en los eventos organizados por Editorial Perfil.
Comentarios