Hoy en día sabemos que hay un montón de tipos de relaciones diferentes. Ya no solo nos limitamos a la pareja tradicional y monogámica, sino que algunas personas deciden arriesgarse y poner nuevas reglas, eso sí, siempre con el consenso de las partes. Los amigos con derechos mantienen una relación de amistad y confianza en la que además disfrutan de un buen sexo cuando les apetece.
Sin embargo, y por más divertido que suene, es importante dejar en claro algunos preceptos fundamentales que vienen con este tipo de vínculo. Lo más importante es recordar, tal vez como una especie de mantra, que “es sexo sin amor”. Te estás acostando con tu amigo/a, y no hay lugar para los reclamos, celos o planteos porque haya decidido verse con otras personas. Es más, lo segundo que hay que tener en cuenta es justamente eso: los amigos con derechos, no son otra cosa que, como bien describe el concepto: amigos. Por tanto, se entiende que pueden seguir viendo a otras personas e inclusive tener intimidad con ellas.
Consejos para tener una buena relación de amigos con derechos
Como en todo vínculo es importante establecer reglas y ciertos límites con los que ambas partes estén de acuerdo. Todo ello para evitar posibles conflictos en el futuro. Así que bien, a continuación ofrecemos un listado con algunos tips a tener cuenta:
- La comunicación: dialogar es la clave de cualquier relación, y más allá de que este no sea específicamente un vínculo de pareja, sí es una amistad, y con los amigos hay que ser claros.
- La sinceridad: es importante que en esa comunicación además seamos auténticos y podamos comunicar cómo nos sentimos al respecto. Si estamos cómodos y conformes o si empezamos a ver que empiezan a florecer nuevas emociones, es fundamental que todo pueda comunicarse.
- El consenso: es clave en cualquier relación, y en este caso es importante distinguir que es lo que busca cada uno de los integrantes. Si uno quiere algo casual pero el otro busca algo serio, lamentablemente no será posible seguir con la relación de amigos con derechos.
- Los límites: A simple vista parecería que los “amigos con derechos” no tienen ningún tipo de regla y que se guían por el deseo y lo que quieran hacer en el momento. Sin embargo, como cualquier vínculo requiere de ciertos límites para que pueda perdurar sanamente en el tiempo.
- El riesgo de enamorarse: el mayor miedo en este tipo de relaciones es el enamoramiento. Para ello, es importante prevenir, y hablar previamente sobre el tema antes de que ocurra. Debemos planear cómo proseguiremos si alguno de los dos cae bajo los encantos del amor.
- El sexo: que seamos amigos no quiere decir que no debamos preocuparnos por el placer del otro. Este vínculo no implica egoísmo ni falta de afecto, sino no valdría la pena. Aunque no seamos una pareja formal, se valora que en la intimidad ambos las pasemos bien.
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