Alejo Nahuel Acosta Migliarini, más conocido como YSY A, fue el creador de El Quinto Escalón, la competencia de freestyle que catapultó a Argentina como referente absoluto del género. En esta entrevista vía Zoom, el músico repasó sus inicios y adelantó todo lo que se viene en el cada vez más expansivo universo YSY A.
Sus inicios en el freestyle
-Comenzaste de adolescente en el mundo del freestyle. ¿Cómo viviste esos años que marcaron, no sólo una etapa en tu vida, sino también en la historia del trap en Argentina?
-A los 13 años fundé El Quinto Escalón, que fue la competencia de freestyle de habla hispana más grande que se hizo en las calles y al principio fueron puras ganas de hacer algo lindo y cultural, primero por mi barrio, después por mi ciudad y luego por mi país.
En un momento ese sueño que tenía se fue compartiendo con tanta gente que terminamos siendo miles de personas en una plaza dándole vida a lo que hoy es el género trap y las variantes que tiene el freestyle.
Ahora tengo 23 años y pasaron 10 años de estar metido en este mundo a full. Vi nacer y morir un montón de cosas, lo cual hizo que aprenda y siguiera aprendiendo muchísimo. Pasamos de estar 15 pibitos en una plaza con hambre de rapear y compartir las ideas que teníamos en nuestras cabezas a un movimiento que hoy por hoy hizo reconocer a Argentina en todo el mundo. ¡Es una locura!
-El Quinto Escalón terminó siendo la cuna de varios artistas que tenemos hoy en día como Duki, Wos y Ecko, entre otros…
-Sí, totalmente. ¡Son los que suenan hoy! Se gestaron las primeras rimas de todas esas personas en la plaza. Es un honor para mí en ese momento haber contribuido tanto y hoy por hoy seguir creando cosas que le sigan dando luz al futuro de lo que va a pasar.
No me conformo con nada de lo que ya viví. Quiero hacer cosas mucho más grandes, por eso siempre me voy poniendo metas y objetivos distintos que me lleven a lugares más nuevos e interesantes.
-En su momento has subido a rapear en los colectivos para juntar dinero para organizar los eventos…
-Ninguna marca ni ninguna empresa se interesó en nosotros en aquel momento. Así que en ese sentido el trabajo duro lo hicimos nosotros los jóvenes, con la autogestión, noche tras noche y buscando la manera de hacer crecer el freestyle en este país.
He tenido que salir a rapear y pasar la gorra en los transportes para poder hacer los festivales y cosas grandes que era el sueño de todos los pibes que estábamos ahí en la plaza y nadie nos daba un peso. Muchos años después nos empezaron a buscar y ni siquiera para ayudarnos, sino para sacar una tajada porque no se querían quedar afuera.
Por eso hoy tengo mi propia discográfica: “Sponsor Dios”. Hoy sé que no le quiero regalar nada de lo que trabajé a nadie. Estoy muy complacido de tener una empresa donde son todos amigos y amigas que me conocen de hace años y están transpirando la camiseta conmigo.
Un nuevo comienzo
-La masividad de lo que fue El Quinto Escalón te llevó a realizar los torneos en teatros, pero ahí decidiste hacerte a un lado. ¿Fue difícil tomar esa decisión?
-Cuando el freestyle tomó un auge grande y Argentina posicionó mundialmente con improvisadores de muy alto nivel, nosotros entendimos que queríamos ser músicos. La música es inmortal y nuestro sueño era inmortalizar lo que sentíamos, que no quede sólo en un espectáculo que es como una pelea de boxeo. El nivel que queríamos tenía que ser mayor a eso.
Con Duko teníamos el mismo pensamiento y queríamos que se forme una escena musical como correspondía. Fue ahí que decidí terminar con El Quinto Escalón y apostar 100 por ciento por la música argentina. A la mayoría no le quedó otra que ponerse a hacer música de verdad y muchos lo agradecen hoy ese final, porque los impulsó en sus carreras musicales…
Otros no se han podido adaptar a eso. Nadie nos regaló nada, nosotros decidimos apostar por nuestros sueños y acá estamos.
-Fuiste papá a los 17. ¿Cómo fue ese momento para vos?
Al principio no entendía nada y después me di cuenta que era algo súper bueno que me estaba pasando. Me hice cargo y uní todo mi corazón con esa realidad porque sabía que me iba a volver para bien. Uní a mi hijo y a la música.
De bebé él me acompañaba al estudio y se convirtió en un triángulo amoroso. Mi hijo sabe todas mis canciones, fue a un montón de mis shows y hasta quiere ser músico. Comparto mucho tiempo con él.
-“Antezana 247” es tu primer álbum, ¿qué recuerdos tenés de ese primer material que lanzaste?
-Ese disco es mi bebote. Venía de muchos años de estar rapeando sin parar, así que en el momento que tuve la oportunidad de hacer mi primer álbum no la quise desperdiciar y busqué dejar la vara alta para mí mismo.
Me gusta competir conmigo porque ahí está la evolución, no me gusta la competencia insana con los demás.
Desde chico soñé con ese momento y decidí dejarlo todo y hacer el mejor disco que podría haber hecho, porque precisamente era el primero y si Dios me lo permite cuando tenga muchos años de recorrido y mire para atrás voy a sentir que no me defraudé.
A pesar de las turbulencias de esos años, tuve en claro que quería dejar un material de calidad que me acompañe toda la vida y me represente. Fue tan espontáneo al mismo tiempo que a la gente cercana la marcó para toda la vida. Ese amor que yo le di me vuelve todos los días.
"Me di cuenta que podía hacer mi propia ropa"
-¿Cómo nació emprendimiento de indumentaria “Sponsor Dios (que además fue paralelo en tiempo a tu segundo disco, Hecho a mano”)?
-De chico siempre me gustó mucho la ropa y la moda. Finalizando el 2018 me di cuenta de que no quería ir al shopping a buscar ropa que no me terminaba de interesar. El acto de ir a una casa deportiva, comprarme lo más caro y salir puesto con un cartel que diga la marca del año en mi pecho y salir a regalarme así no me gustaba.
Ahí pensé que me gustaba de verdad la ropa y me preguntaba por qué no aprendía y lo hacía yo mismo.
Así fue que me compré las máquinas para estampar. Yo sabía diseñar desde chico porque hacía los flyers para mis eventos y de un día para el otro me puse manos a la obra. Acomodé las máquinas en el living de mi departamento que era chico y corrí el sillón para poder estampar tranquilamente.
En todo ese 2019 aprendí un montón, contacté diseñadores, modistas, estampadores, busqué telas en Once, Avellaneda, y en ese transcurso empecé a hacer mi segundo disco “Hecho a Mano”, que fueron dos proyectos que fueron de la mano.
Habla de estar con las manos en la obra, trabajando. No habla más de drogas, ni de noches de fiesta como el primero. Me di cuenta ahí que tenía que exprimir mi cuerpo y mi cabeza de verdad, me estaba alejando de las cosas malas y me estaba empapando de conocimientos. Tuvo buena repercusión en la gente y cumplió su rol: dar ganas de luchar por algo.
-Mordiendo el bozal es el título del álbum que sacaste en pandemia. ¿Cómo sentís que esa situación o te impactó?
-Yo armé mi propia burbuja y fortalecí mi equipo en la pandemia. No le dejé pasar un segundo a la cuarentena sin tratar de aprender o mejorar algo. Traté de enfocarme en lo que tenía que hacer y en cómo formar un equipo de gente que me permitiera realizar las misiones que quiero lograr, a pesar de que afuera el mundo fuese un tsunami.
De ahí nació mi tema “Surfeando el Tsunami” y habla de eso: si el agua te tapa hasta arriba, hay que encontrar una manera de agarrar la tabla y seguir andando porque nadie te va a levantar, más que vos mismo.
Comic y nuevo disco
-Tenés tu propio cómic, ¿esa fue tu idea?
Entre esa búsqueda que tenemos con mi equipo de trabajo salió la idea de hacer un cómic que relate mi vida en los últimos 10 años. Siempre queremos crear y hacer algo nuevo, nos volvemos locos con eso y lo queremos hacer realidad. ¡En este caso fue así!
Un conocido nos contactó con OVNI Press, que en materia de cómic son los que la tienen más clara en Argentina, y empezamos a hacerlo. Relata mi vida desde que creé El Quinto Escalón hasta 2017 cuando lo terminé. Está en versión web y física de 100 páginas donde cuenta detalles de lo que viví en esos años. Las imágenes son muy lindas y es un muy buen resumen, me emociona un montón verlo. A mucha gente le gustó y lloró con él porque tiene un mensaje y representa.
-¿Se viene algo el 11/11?
-¡La gente se vuelve loca con esa fecha! Todo el año esperan ese día porque esa misma fecha, pero de 2017, fue el último Quinto Escalón que se hizo en el Estadio Malvinas Argentinas, quedó sold out y fueron 8 mil personas. Al año siguiente en modo homenaje saqué mi primer disco y después quedó así…
Es la fecha que lanzo álbumes. Para mis seguidores y para mí es algo que quedó tatuado en nuestros corazones.
¡Es una fiesta que se agiganta! La gente lo espera mucho y por eso siempre estoy pensando en algo más grande y más loco. Así que se viene algo que todavía no puedo comprender lo grande que es…
Lo estamos terminando de cocinar y se llegó a un nivel en todo aspecto muy lindo después de tanto tiempo de estudiar, aprender y sacarle jugo a mi garganta y a mi cabeza. Y también a los productores y a los ingenieros de sonido. Es todo made in Argentina. ¡Les va a tocar la fibra!
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