ROMA
Nacida como María del Rosario Flores Galarregui, Roma es una de las voces más jóvenes y célebres del freestyle (ese improvisado duelo de rap) local.
El año pasado obtuvo nada menos que el cuarto puesto en la Red Bull Batalla de los Gallos, lo que le terminó valiendo la clasificación a esta nueva edición de hoy, sábado 21 de noviembre a partir de las 17 (que por la pandemia será en formato remoto y se podrá seguir por redbull.tv y será transmitida además por la Televisión Pública).
Aquella noche no sólo le deparó aquel destacado puesto (son 16 los que compiten en cada edición) sino también su primer gran viral: la réplica feminista que le realizó a Dozer, un reconocido freestyler cristiano que le había espetado preocuparse por el aborto “solo para abrir esas dos piernas”.
“No sabe qué decir, aguante la maternidad, pero será deseada, ¡o no será!”, respondió ella generando una de las mayores ovaciones del evento.
“La adrenalina en esto siempre se maneja como se puede. Yo trato de dejar de lado cualquier tipo de emoción y guiarme más por ese pensamiento-reflejo que enseguida te pone en caja y te dispara una contestación. Dicho todo esto, sí tengo una cosa bien clara: antes que cualquier batalla están mis ideales y posiciones personales, con lo cual siempre voy a preferir perder defendiendo causas que considero justas que ganar mintiendo o traicionándolas”.
“Prefiero perder batallas defendiendo causas que considero justas que ganar mintiendo o traicionándolas”.
Según cuenta, comenzó rapeando sola a fines de 2016, en su casa, y de ahí saltó a las plazas, terreno en el que enseguida se forjó a puro “acote” crudo y directo.
“No digo que solamente se pueda entrenar en la calle –de hecho, hoy lo estoy haciendo vía Skype-, pero sí creo que a la gente que le falta calle y plaza, se le nota. Y mucho”, comenta.
“¿Si el freestyle local es machista?”, repite antes de contestar: “Sí, muy. Y no lo digo para venderte algo que queda bien decir. Tenés que sufrirlo en carne para darte cuenta, cuando estás metida en esto, enseguida lo ves y de manera muy rotunda”.
Por eso, concluye, la sororidad es clave entre las “chicas del free”. “La sociedad suele ponernos en constante competencia a las mujeres. Y eso claramente se terminó metiendo en el freestyle y me parece un camino muy equivocado. Siento que ser sororas entre nosotras es algo fundamental, y que no va para nada en contra de los enfrentamientos y batallas. Tiene que ver con saber que todas tuvimos que luchar, y mucho, para estar ahí. Y con respetar y honrar eso, por más que después te reviente a réplicas”, remata.
TATY
Es muy probable que si las líneas de vida del freestyle y de Mafalda se cruzan alguna vez (en esta o en alguna otra dimensión) la figura de Taty Santa Ana emerja ahí como una suerte de emperatriz victoriosa.
Lectora voraz (hija además de un escritor, Antonio Santa Ana), amante de la palabra, la cultura -y también de la contracultura-, Taty acumula mucha historia en el freestyle, primero en competencias como Las Vegas, El Quinto Escalón y A Cara De Perro y luego en la creación de la Federación de Freestyle Femenino, la ya famosa Triple F que nació para trascender por fin los insultos machistas y misóginos.
“El machismo no es del freestyle, sino de la sociedad en general. Yo lo padecí sobre todo en mi adolescencia, pero no en la cultura, sino en la vida”, comenta y enseguida demuestra que su búsqueda no es binaria, ni mucho menos:
“Hay que construir la idea de compañerismo en general, somos una cultura en la que todas y todos dependemos de todas y todos y siempre tenemos que intentar sumar. Para eso hay que saber escuchar, acompañar, aceptar y querer, pero sin obligaciones o ‘cupos’ de antemano porque si no es una lucha constante entre lo que se debe y lo que se quiere”, afirma.
Fanática de los juegos de mesa (“es necesario salir de tanta virtualidad”), Taty arrancó hace más de diez años con sus primeras “réplicas” en unas vacaciones en un pueblo de Córdoba. “Estábamos sentados en el banco de la plaza y empezamos a zapar, con una guitarra y nuestras manos y cuerpos de percusión. No tenía ni idea que eso era freestyle hasta que volví a Buenos Aires y empecé a empaparme de ese mundo a full”, relata.
La adrenalina, dice, es parte esencial del viaje. “Es algo que no se maneja, simplemente te sumergís en ella o no. Por más que desde afuera parezca que no hay salida posible a ese nivel de tensión y carga emocional, hay que saber encontrar la creatividad en esos momentos, el ingenio, el contra punto. La española Sara (Socas) es experta en eso”, cuenta.
“El machismo no es del freestyle, sino de la sociedad en general. Yo lo padecí, pero no en la cultura, sino en la vida”.
Jura que para ella el único entrenamiento posible es (enfatiza) hacer freestyle. Y, sobre todo, patear la calle. “Cuando yo tenía que entrenar o practicar o mejorar, no importaba tanto cuántos videos veía sino cuántas plazas pisaba. Ahora quizá eso está cambiando, no sólo por la pandemia sino porque realmente hay mucho material en la web. Igual, yo soy de las que sigue prefiriendo el cara a cara”.
Hoy, y por primera vez en la historia del torneo, Taty será la hostess del más famoso evento de freestyle que, según comenta, ya va camino a dejar el “gallos” de lado para transformarse en, simplemente, Red Bull Batalla:
“Sueño todos los años que una mujer gane la competencia y haga historia. Yo creo que las transformaciones son paulatinas, no solo por el público, sino mismo por las pibas que hay en esta cultura, tienen que tener tiempo de valoración y preparación para llegar a este evento. Me encantaría ver más pibas, claro que sí. Pero quiero verlas ahí con todas esas emociones que implica estar cumpliendo el sueño y que puedan estar fuertes y contentas con todo ese camino recorrido”.
BRASITA
Se llama Ailén González y de ahí sacó su apodo (Ailén, en mapuche, significa “brasa”).
Es de las más experimentadas en la escena nacional, tanto en batallas de freestyle como en duelos escritos. El año pasado se coronó campeona invicta de la primera Triple F, que se celebró en el Centro Cultural de Recoleta.
Oriunda de Florencio Varela, es mamá soltera de la pequeña Emma, de 6 años, a quien le dedicó por completo una de sus primeras canciones (además de freestyler es rapera): “Para que lo sepas”. Allí canta: “Me hacés tan feliz, que ya no existen problemas. Es más, en este tema no basta el lema. Describir y decir que es mi mejor poema. Sos todo ese latir, que el corazón me llena…”.
Dentro de sus batallas más vistas y replicadas en la web se encuentra, sin dudas, aquella que disputó junto a Rouse en la final de la Microphone Check (vol 7). Frente a ellas estaban Papo y Danyelus, dos reconocidos freestylers a los que derrotaron con rimas como “No subestimes, qué mierda, que seamos mujeres, ¿eso te revienta?”.
Sobre la escena del freestyle, comenta: “Es un ambiente machista, sí, al igual que el del rap. Yo no lo sentí tan en carne propia –digamos que tuve suerte- pero es algo que se puede ver desde siempre”, dice y enseguida acota: “No por eso creo que haya que tener una actitud sorora con todas las chicas del free de manera automática, eso me suena a una actitud forzada y ahí la sororidad no camina. Yo soy sorora con todas las personas que están dispuestas a serlo también”, afirma.
“Soy muy sentimental, me llegan mucho las emociones durante una batalla. Es lo que más me identifica y a su vez mi punto más débil”.
Esta será su primera participación en la Red Bull Batalla de los Gallos y ni se mete a discutirle a los que dicen que la inclusión de mujeres en este mega evento es producto de la demagogia.
“No me enoja lo que pueda decir gente que no entiende nada de esto. La verdad es que estoy en un plan cada vez menos confrontativo, suena raro decir esto desde el freestyle, pero es así: “si eso es lo que pensás, ok”. Yo me voy a enfocar en mi arte, y si no te gusta, pa’ delante”, dice en una suerte de mini réplica y enseguida aclaro que esa actitud de a apaciguamiento arriba del escenario suele durarle poco.
“Soy muy sentimental, me llegan mucho las emociones durante una batalla. Y también las trasmito muy claramente. Podría decirse que eso es lo que más me identifica y a su vez mi punto más débil. Seguramente perdí varias batallas por no mantenerme fría, pero bueno, soy así.
Por último, cuenta que le “cuesta llevar una rutina fija de entrenamiento. Siento que el freestyle no es algo que se pueda entrenar en el sentido estricto de la palabra. Es algo muy libre, una manera de sacar lo que tenés adentro en determinado momento”.
¿Expectativas para el gran evento de hoy? “Muchísimas. Por supuesto que sueño con verme campeona. Si se le llega a dar Roma, también sería increíble, pero por ahora ni pienso en esa posibilidad… (risas)”.
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