Conocé a Mélanie Thierry, una actriz francesa todo terreno

Estar y no estar. Ese en uno de los principales desafíos que tiene entre sus manos la francesa Mélanie Thierry, que tras una larga carrera en cine y televisión le toca ahora un rol muy difícil y singular: el de muerta, o desaparecida, nadie sabe bien.

Su personaje, Anna, es precisamente quien le da el puntapié a la trama de No man’s land (Starzplay) ya que origina, con su desaparición en Siria, una búsqueda frenética, encabezada principalmente por su hermano Antoine (Félix Moati).

Cruda, repleta de intrigas y muy variados personajes, la serie se mete de lleno en uno de los conflictos bélicos más complejos de la actualidad, la Guerra Civil en Siria.

-Tu personaje Anna, es toda una idealista. ¿Te sentís cercano a ese rasgo, podrías definirte así?

-(Piensa) No… El origen de mi nombre es griego y significa algo así como oscuridad (o de piel oscura) y la verdad es que siempre sentí que hay algo medio oscuro en mí. De todas formas, me gusta creer que los personajes, aun los que son muy diferentes a mí, pueden transformarme, cambiarme.

A mí nunca me resultó sencillo entregarme, abrirme a los demás. Porque soy tímida y porque mi personalidad siempre fue así, cerrada. Pero siento que cada personaje que me tocó me regaló una especie de filtro por donde podría mostrarme al mundo. 

-¿Te identificás con ella en alguna otra forma?

-No, pero también es cierto que cuando actúo siempre lo hago desde mí misma. En ese sentido, hay un pedacito en mí en cada personaje que hice. Siempre hay un eco entre mi vida y lo que quiero contar en estas historias. Ya el hecho de elegir cierto personaje, cierta historia, es hablar de alguna manera de lo que llevas dentro tuyo.

-¿Cómo describirías la serie?

-Creo que provee una mirada muy especial y única sobre lo que está sucediendo en Siria. Lo hace a través de historias y personas muy diferentes entre sí.

-Has trabajado en varios países e industrias diferentes (incluida Hollywood), ¿Dónde te sentís más a gusto?

- Me encanta vivir y trabajar en Francia, pero siempre es un desafío nuevo y muy interesante poder trabajar en otros lados. Poder cruzar fronteras o mares y encontrarme con una nueva manera de ver el mundo es un privilegio único.

-Fuiste parte de la última película de Spike Lee, Da 5 bloods. ¿Qué nos puedes contar de esa experiencia?

-Fue algo maravilloso. No solo por poder conocerlo y trabajar con él, sino también por haber podido integrarme a su mundo creativo. Para mí se trata del gran director de Brooklyn y desde allí influenció a la cultura urbana de todo el mundo. Es un “maestro” (lo dice así, en español), con una gran sensibilidad para los diálogos y la música.

-Hablando de música, hace poco tu marido Raphaël publicó su muy comentada autobiografía. ¿Cuál fue tu primera reacción cuando la leíste?

-¿En Argentina saben de eso? Guau. Me encantó leerla, me gusta mucho su manera de escribir, su imaginación y su capacidad para ofrecer una historia tan intensa en pocas páginas. Y me encanta su visión del mundo… Es muy talentoso, sin dudas. ¡Ahora vivo con un escritor! ¡Y la verdad es que me encanta! (ríe) -