A los 25 años Mica de Fuego posa espléndida para las fotos, sonríe, disfruta de su momento. Lejos parece haber quedado el recuerdo de esa nena de 7 que sufría frente al espejo.
“La primera imagen que tengo es yo con siete años y la palabra gorda. Esa palabra me acompañó, me modificó, me envolvió y me condicionó en absolutamente todo. A la hora de comprar ropa, de vincularme con las personas, de sentirme digna de ser amada”, comenta la modelo y actriz que hoy participa de Belleza XL, el reality documental de E! Entertainment que se sumerge en la vida y rutina de modelos de talla plus-size.
- ¿Cómo fue la experiencia de participar de este reality que promueve la libertad de cuerpos?
- Fue hermoso. Para mí resultó un proceso muy sanador. Si bien hace muchos años que yo hablo de esta temática, ser parte de este programa fue una oportunidad más de expandir mi mensaje. Lo viví como una caricia al alma. Muchas veces cuando me preguntan de qué trabajo digo que soy modelo. Y la gente me mira y se queda. Entonces tengo que decir modelo plus size. Y en realidad ¿por qué lo tengo que aclarar? Esto demuestra que hay que seguir trabajando.
- ¿Cuándo comenzó a interesarte el mundo del modelaje y la moda?
- Siempre me gustó la moda. De chica jugaba a escondidas en mi cuarto a sacarme fotos. Pero solo me sacaba fotos de la cara, porque sentía que era lo único digno de ser fotografiado. Siempre me gustó ser modelo, pero no lo veía posible para mí. Tengo una historia muy profunda con el cuerpo. Creo que el arte me salvó, porque era el único lugar donde yo podía ser.
-¿Cómo empieza tu carrera como modelo?
- A los 19 años me fui a vivir a México en busca de oportunidades y ahí se me abrió un mundo. Empecé de casualidad, cuando vi un mensaje que decía “Buscamos modelos de maniquí talla 50, 48, modelos plus size” Yo no sabía qué era eso así que me puse a buscar en Google y ahí conocí a una de mis más grandes referentes que es Ashley Graham. ¿Esto existe? No lo podía creer.
¿Qué recuerdos tenés de ese primer casting?
- Tuve que aprender mucho desde ese casting, convertirme en modelo profesional, porque la industria de la moda es un negocio. Ese día me encontré delante de cuatro hombres que me dijeron “necesitamos verte en ropa interior”. Yo no estaba preparada, imagínate la tanga que había llevado. Pero dije lo tengo que hacer, no sé cómo pero lo voy a hacer. Cuando terminé me dijeron “A partir de la semana que viene empezás a hacer pasarelas con nosotros”. Y así me llamaron unos, después otros y lo que me dio vergüenza toda mi vida hoy me está dando de comer.
Mica de fuego, belleza XL
- Además de modelo sos bailarina y actriz. ¿Cómo fue tu experiencia en la serie Bia?
- Después de la experiencia en México volví a Buenos Aires para grabar una serie que se llamó Bia, donde fui el primer personaje gordo de Disney Latinoamérica. Era una bailarina que claramente no encajaba con los estereotipos de ser una bailarina y da como el primer mensaje de “yo soy lo que soy”.
- Es fundamental romper con esos estereotipos y cuerpos hegemónicos en la ficción para niños y adolescentes.
- Totalmente. Ahora hay un montón de series con mujeres gordas. Pero siento que todavía falta. Por eso estoy escribiendo una serie, que rompa con este concepto de belleza. Quiero que se muestre mujeres con celulitis, con estrías. Sueño con poder hacerlo. Y a veces me pregunto si todo esto no está demasiado hablado, pero después me doy cuenta que no. Hoy uno siente que se vive con más libertad los diferentes tipos de cuerpos. Pero cuando entrás a un probador y no hay talle para vos es una frustración. Tenés que estar muy segura para no sentirte mal y no cuestionarte cosas.
- ¿Cómo fue transitar la adolescencia para vos?
- La época de los cumpleaños de 15 fue terrible. Nunca encontraba vestido para mí. Con mi mamá nos recorríamos todo Buenos Aires y no había nada que me entrara, nada digno de mi edad. Entonces con ella nos quedábamos hasta las 4 de la mañana cosiendo vestidos. Me acuerdo la segunda fiesta de 15 que tuve me probé muchísimos vestidos, yo sabía que no me entraban pero lo intentaba igual. Me ponía mal conmigo, pero me la agarraba con mi mamá. Ese día volvimos con las manos vacías, llorando y mi mamá terminó internada por dolor de pecho. Así tengo mil anécdotas.
- ¿Cómo fue tu proceso interior para dejar atrás a esa niña que sufría y sentirte la mujer plena que sos hoy?
- Para mí es un camino que nunca termina. Hay días que me sale y otros que no. Yo hice de todo: todas las dietas que te puedas imaginar, visité a todos los terapeutas. A mí lo que más me ayudó a hacer un click fue ver referentes en los medios de comunicación, porque me vi reflejada. En la pandemia hice como un reto conmigo misma y me propuse que el espejo refleje mi mejor versión en cuerpo, mente y alma. Pude ser honesta conmigo misma. No me estaba tratando con amor en todos los aspectos, ni con las cosas que me decía, ni con las cosas que comía. Ese camino me llevó a ser lo que hoy en día soy. Tengo 25 años y mi cuerpo pasó por un montón de cosas. Hoy abrazo eso y todo me va llevando a aceptarme, a amarme. Pero me cuesta un montón.
- Me gustaría que dejaras un mensaje a las mujeres, a las chicas de Argentina. ¿Qué querrías decirles?
- Les diría basta. Basta, no hay tiempo para la vergüenza. Las mujeres de Argentina nos tenemos que ayudar mucho. Yo ahora estoy viviendo en Brasil pero cuando voy allá me doy cuenta que son las mujeres las que me miran con ese juicio. Por eso si por ahí ven alguna mujer que se está animando a usar un vestido háganle un halago, sonrían, o no la miren mal. Quizás esa persona hizo un esfuerzo enorme para sentirse linda y caminar dos pasos contenta. Hay que prestar atención a esas cosas, hay miradas que te pueden cambiar el día.
Mica de Fuego siente que además de su trabajo como modelo plus size y actriz, su objetivo es seguir difundiendo su mensaje, contando su historia para que las mujeres puedan sentirse bien tal como son. "Hay belleza en todos y todas", asegura,
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