“Solo los valientes se atreven a amar” escribió María Kodama en su Intagram. Una romántica escritora y traductora que compartió su vida junto a Jorge Luis Borges, y que sus últimos años no fue ajena a los avances tecnológicos y a las redes sociales. Kodama falleció a causa de un cáncer de mama el 26 de marzo del 2023, dos semanas después de cumplir 86 años.
Hija de un japonés y una argentina de ascendencia suizo-alemana, inglesa y española, Kodama creció en un entorno multicultural. Amante de las letras se formó en la Universidad de Buenos Aires, y dedicó su vida entera a la docencia, la literatura y la traducción.
Fue la musa de su esposo Jorge Luis Borges, con quien contrajo matrimonio meses antes de que este falleciera, pero con quien compartió una intensa relación de amor y romanticismo convirtiéndose en los ojos del autor cuando perdió la visión. Hoy le rendimos homenaje a la escritora con los textos más simbólicos de su relación con Borges.
En el libro La moneda de hierro de Jorge Luis Borges, el poema La Luna fue escrito para María Kodama. El texto fue publicado en 1976 y está acompañado de otros 35 poemas y textos escritos en prosa.
La luna
Hay tanta soledad en ese oro.
La luna de las noches no es la luna
que vio el primer Adán. Los largos siglos
de la vigilia humana la han colmado
de antiguo llanto. Mírala. Es tu espejo.
Nostalgia del presente hace parte del libro La Crifra, cuya inscripción fue dedicada a Kodama. El solo preámbulo es todo un poema.
La Cifra: Inscripción
De la serie de hechos inexplicables que son el universo o el tiempo, la dedicatoria de un libro no es, por cierto, el menos arcano. Se la define como un don, un regalo. Salvo en el caso de la indiferente moneda que la caridad cristiana deja caer en la palma del pobre, todo regalo verdadero es recíproco. El que da no se priva de lo que da. Dar y recibir son lo mismo.
Como todos los actos del universo, la dedicatoria de un libro es un acto mágico. También cabría definirla como el modo más grato y más sensible de pronunciar un nombre. Yo pronuncio ahora su nombre, María Kodama. Cuántas mañanas, cuántos mares, cuántos jardines del Oriente y del Occidente, cuánto Virgilio.
Buenos Aires, 17 de mayo de 1981.
Nostalgia del presente
En aquel preciso momento el hombre se dijo:
Qué no daría yo por la dicha
de estar a tu lado en Islandia
bajo el gran día inmóvil
y de compartir el ahora
como se comparte la música
o el sabor de la fruta.
En aquel preciso momento
el hombre estaba junto a ella en Islandia.
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