La mamá de María Becerra ponía los DVD´s On Tour, de Mariah Carey y Celine Dion en la tele y ella miraba quieta y fascinada lo que estas dos mujeres hacían sobre el escenario. Era una sensación casi hipnótica, magia pura. “No tengo dudas de que en ese momento decidí que quería ser cantante”, cuenta María y agrega: “Siempre fui muy artista. Se notaba cuando me expresaba, cómo me afectaban las cosas: todo era el fin del mundo o lo más hermoso que me podía pasar”.
María Becerra empezó a los 10 años haciendo castings para novelas producidas por Cris Morena, también se animó a pruebas como modelo para publicidades de crema o de papel tissue. “Todos los días entraba a la web de Telefé, me anotaba en audiciones y me presentaba. Fue una etapa de mucha euforia a pesar de que no me seleccionaban”, recuerda.
A los 15 años abandonó esa rutina repleta de decepciones, comenzó a formarse y a ganarle a esa timidez, que según cuenta siempre le jugaba en contra al improvisar o ser juzgada.
Youtube fue el espacio en donde encontró su mejor versión. “Fue muy bueno porque implicaba estar sola en mi casa con una cámara y nada más. Era un proceso más íntimo y con el cual me sentía muy cómoda”, explica.
Hasta que en 2017 lanzó su primera canción y por primera vez sintió que iba a ser una cantante profesional. “Antes de eso lo veía como un sueño, pero a los 18 empecé a ser mi propia música porque ya no quería que sea una fantasía. Así fue que tuve el valor de hacerlo realidad”, lanza.
En septiembre de 2019 llegó su primer EP (222) y después, bueno, temas híper escuchados como High (que hizo una versión con Tini Stoessel y Lola Indigo), Miénteme con la ex Violetta, Cazame y ¿Qué más pues? en dueto con J. Balvin. Hoy es la cantante argentina más escuchada, su voz y su figura coparon Times Square y vendió más de 24 fechas -y sigue sumando- en el teatro Gran Rivadavia. “Todo empezó a crecer súper de golpe, el boom llegó con el tema High. Y ahora veo mis seguidores, las reproducciones y los conciertos y siento que es un montón. Hace poco hubiera dicho que no lo podía creer, pero ahora siento que se está materializando todo el trabajo de los últimos años, es el fruto de mucho esfuerzo mío y de un gran equipo que tengo detrás”, resume María.
“En mis temas se re nota el poder de las mujeres. Me gusta transmitirles libertad, que hagan lo que quieran. Trato de no ponerme un filtro, que las chicas lo escuchen y lo canten full”.
-En algún momento de estos dos años, ¿sentiste miedo? ¿te asustó la fama?
-Sí, mucho. Todavía hay cosas que me dan temor, por ejemplo, caminar por una alfombra roja. ¡Es un flash! Hoy justamente tengo la entrega de los premios Juventud y va a haber muchos ojos puestos en mí. Ya no soy tan tímida pero igualmente me inhibe, me genera muchos nervios, las fotos, no saber qué decir, todavía me cuesta relajarme y disfrutar.
-¿Quiénes son tu cable a tierra?
-Mi familia, mis amigos y mi equipo… Y el público, claro. Mis amigos son todo, casi que vivo con ellos, los veo y estamos en comunicación todos los días, son todos artistas y me ayudan muchísimo, son incondicionales y mis mejores consejeros.
-¿Por qué el 22 es un número recurrente en tu carrera?
-Está en todos lados (risas). Es mi número de la suerte, mi EP se llama 222… Es una cifra que concuerda con fechas importantes. Por ejemplo, nací el 12 de 2 del 2000 a las 2 de la tarde, me llamo María de los Ángeles y el 22 es el número de los ángeles, soy hincha fanática de Gimnasia de La Plata y la banda se llama la 22… Es un número que me persigue, cuando aparece es una buena señal, me confirma que voy por el buen camino.
-¿Cómo viviste el confinamiento, que coincidió justo con la explosión de tu carrera?
-Tuvo muchos altibajos igual eh. Fue mi gran momento, pero también fue súper triste como le pasó a todo el mundo. Fue complejo manejar la incertidumbre, no ver a mis seres queridos, no poder presentarme en vivo. Me salvó haberla pasado con mi novio (Rusher King, otro cantante) los primeros meses. Justo nos habíamos mudado juntos, estábamos solos en nuestro depto y salíamos al supermercado y la calle parecía un ataque zombie. No teníamos ni Internet ni cable, ¡nada! Porque los instaladores no podían entrar. Fue un desafío, pero sobrevivimos como pareja y nos obligó a conocernos mucho. Más adelante ya nos hisopamos, hicimos cuarentena y nos mudamos a la casa de mis viejos en Quilmes.
-¿Qué te gusta hacer en el tiempo libre?
-Me gusta mucho tomar mate, cocinar platos veganos. Vivo con mi mejor amiga y me encanta agasajarla. Es una terapia para mí, es un espacio de tranquilidad y me gusta presentarlos y probar sabores nuevos. Las manualidades también me gustan, hago mucha bijouterie, tengo todos los materiales que necesito y muchos de los accesorios que uso los hago yo misma. Tengo paciencia, entonces puedo estar cinco horas tomando mates con amigos, cocinando o haciendo una pulsera. Soy una especie de señora (risas).
-¿Qué te inspira?
-(Piensa). Muchas veces de las cosas que me pasan, las emociones, los días tristes o malos los uso como fuente de inspiración. Ya que estoy así de apagada lo aprovecho (risas). Tengo una lista de temas en el celular sobre lo que me gustaría en algún momento escribir. Antes de ponerme a componer, armo la historia en mi cabeza y después recién la plasmo en papel.
-Estás teniendo mucho éxito en Latinoamérica y Estados Unidos, ¿te ves instalada en el exterior?
-Sí, tengo ganas y sería una gran desafío. Es algo que va a terminar pasando y creo que estoy ready. Quisiera empezar a grabar con gente de otros países (como Becky G o Romeo Santos), viajar más seguido a Miami, donde están todos los productores y artistas del momento, es la cuna de la música latina.
-Contaste públicamente que sufriste mucho bullying en la escuela, ¿cómo te llevás con el tema de los haters y la violencia en redes?
-Con el tiempo aprendí a sobrellevarlo. Depende mucho del día. La otra vuelta me estuvieron bardeando en Twitter, me decían que cantaba como Moni Argento. Me maté de risa, porque trabajo mucho mi autoestima, mi amor propio, entonces trato que no me afecte demasiado. Creo que esa seguridad me ayudó muchísimo. Hoy puedo lidiar con eso en vez de deprimirme una semana.
“La cantante es mi alter ego, que siempre estuvo ready para salir. María persona es muy tranquilita, callada, paciente, observadora; en cambio, la artista es eufórica, lanzada, saca mi lado más salvaje, seguro y desafiante”.
-¿Qué buscás transmitir con tus canciones?
-En mis temas hablo mucho de la tensión sexual, es una temática que me encanta porque me parece súper mágico ese momento. El desamor también está bastante presente. Por otro lado, en mis canciones se re nota el poder de las mujeres, me gusta transmitirles libertad, que hagan lo que quieran. Busco que eso se escuche cada vez más fuerte, me han dicho que es vulgar, pero las letras de los hombres son mil veces más tremendas y zarpadas. Me quieren callar e inhibir por el hecho de ser joven y mujer. Entonces, trato de no ponerme un filtro, que las chicas lo escuchen y lo canten full.
-¿Sos muy diferente a cómo te mostrás sobre el escenario?
-Sí, re. La cantante es mi alter ego, que siempre estuvo ready para salir. María persona es muy tranquilita, callada, paciente, observadora; en cambio, la artista es eufórica, lanzada, pone otra cara, me transformo, saca mi lado más salvaje, seguro y desafiante. ¡Es un flash! Amo a María cantante porque es como siempre quise ser.
-Para alguien que no te conoce como cantante, ¿cómo describirías tu música?
-Soy re versátil, es obvio que me gusta el reggaetón y el dance ball y lo cantaré toda mi vida, pero me fascinan todos los géneros de música que existen. Son un desafío y está bueno salir de mi zona de confort. Dentro de poco me voy a juntar con Antonio Ríos, un genio, quiero conocer gente de otros palos, a sus productores, a su banda. Y te adelanto que en breve me animaré a una bachata. Quiero que ir a un show mío sea hacer como zapping en la radio.
FOTOS: JULIÁN LEVY.
PRODUCCIÓN: LUCAS BUSTILLO.
ESTILISMO: BELE GÁNDARA.
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