Fue la primera mujer de su isla, Maui (Hawaii), que llegó a graduarse en Harvard. Luego encontró trabajo en Nueva York, su sueño. “A los 25 años me desempeñaba en una agencia de comunicación y muy rápido me promovieron a un puesto gerencial. El día que mi jefa me lo anunció volví a mi oficina y vi sobre mi escritorio una cajita de Tiffany’s.
Era un obsequio por mi nuevo puesto, lo abrí y me encontré con un reloj de oro. Me lo puse en muñeca y no me cabía. Era muy grande porque era de hombre. Entonces, fui a la oficina de RRHH y les comenté que había un error. Me miraron y me dijeron: `Lo sentimos, solo tenemos relojes para hombres`”, recuerda Maren Lau, hoy líder para toda la región de Facebook. Esta anécdota retrata perfectamente el sinuoso camino profesional de esta hawaiana que hoy vive en San Pablo (Brasil), pero conoce muy bien nuestro país porque trabajó aquí y se casó con un argentino.
-En ese momento rompiste “el techo de cristal”. ¿Cómo fue tu trayecto hasta convertirte en una mujer líder?
-Luego de esa experiencia me enojé, tenía mucha rabia y frustración. Realmente no fue fácil. Pero de eso aprendí algo muy importante: que quería convertirme en una líder para todas las personas, no para cierto grupo etario, étnico o religioso. Cuando hablamos de “romper el techo de cristal” me gustaría ver a muchas mujeres en un lugar como el mío, no ser la única. Creo que habremos llegado cuando no me inviten por ser una líder femenina, sino por ser líder por misma.
-Antes de trabajar en Facebook, ¿cuál era tu vínculo con las redes sociales? ¿las veías potencialmente tan interesantes como ahora?
-Sí, me interesaba ese hilo conector que promueven. Es algo que siempre tuvo un lugar muy importante en mi vida, vengo de una isla muy diversa, mi familia lo es, crecí conectándome con el mundo y con gente muy diferente, por eso me interesa muchísimo el networking porque genera inclusión.
-¿Cómo lograste balancear tu vida personal y tu vida profesional en este camino?
-Tengo un marido que es un buen aliado y creo eso es fundamental. No solo para las mujeres, sino para cualquier grupo subrepresentado. La prosperidad y la inclusión de todos los grupos nos ayuda a todos. Este año lanzamos en Facebook Argentina un grupo que se llama We, aliados para Women Act. Es un conjunto de hombres que aprenden sobre las necesidades y los desafíos de las mujeres y se comprometen a ser aliados. También lanzamos Facebook LATAM Season, una serie documental que reúne a una amplia gama de influencers, ejecutivos y marcas de toda Latinoamérica para reflexionar sobre por qué la diversidad es buena para los negocios y el programa #CompralesAEllas para apoyar el fortalecimiento y supervivencia de los negocios liderados por mujeres en Argentina y América Latina.
-Mencionaste que cuando comenzaste a trabajar en Nueva York habías cumplido tu sueño. ¿Y ahora? ¿Hay algo más o dónde buscás tu norte?
-Es una muy buena pregunta, porque me lo estoy planteando en este momento (risas). Creo dos cosas: uso mucho el proceso de vision writing (escribir tu visión personal y profesional). En Facebook lo hacemos una vez al año y significa plasmar tus objetivos para el próximo año o lustro. Eso me permite proyectarme en el corto plazo y también en el largo plazo. Ahora quiero involucrarme más en los grupos de consejo administrativo (se denominan y participan profesionales de diferentes empresas) para firmas privadas, público-privadas y ONG´s. Necesitamos tener una fuerza laboral con perspectiva diversa. Me gustaría desde ese espacio empezar a romper, no sé si otro techo de cristal, pero sí las barreras de la inclusión.
-¿Qué consejos le darías a una mujer que está empezando en un camino de liderazgo?
-Todas las carreras no tienen que ser una línea recta. Eso lo aprendí de primera mano. Como cuando trabajaba en American Express en el extranjero y me mudé a Buenos Aires para acompañar a mi marido sin trabajo a la vista (N. de la R.: más tarde se desempeñó como consultora y finalmente entró a Facebook Argentina). Empezar de vuelta no está mal a veces, uno puede tomar el riesgo de decir `sí, voy a probar algo diferente´. Creo que también es importante crear tu propia voz y, a su vez, necesitamos más oportunidades de inclusión. Una mujer sola puede tener la responsabilidad de su carrera, pero a la vez el ecosistema tiene que progresar. Todos tienen que empujar hacia adelante, es una responsabilidad colectiva.
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