Leo Sbaraglia: "El feminismo es de las cosas más importantes que sucedieron en Argentina en el último tiempo"

Leonardo Sbaraglia está relajado, distendido, luego de filmar en Ushuaia, permaneció unos días recorriendo la ciudad y sus alrededores, conociéndola por primera vez junto a su padre, el doctor Horacio. Además se quedó para participar del Primer Festival Internacional de Cine del Fin del Mundo, del que fue el artista invitado con dos de sus protagónicos.

En este impasse laboral dentro de una nutrida agenda que los mantiene trabajando entre Argentina y España, se sienta en uno de los cómodos sillones frente al hogar del hotel Las Hayas Ushuaia Resort para conversar con Marie Claire. Es inevitable que la primera mención sea sobre su impresionante nivel actoral, una cualidad que logra conmover al espectador. “Es que a veces, si lográs destrabar algo personal mientras estás trabajando, eso también tiene una consecuencia en el espectador. Es mi teoría: cuando me pongo en riesgo frente a cámara y logro destrabar algo, le pasa lo mismo al espectador. Es muy loco eso, es tremendo. Así debiera ser el acto expresivo en general. Por eso hay obras de músicos o de pintores que conmueven más que otras. Creo que se llega a una expresión más original, más personal y eso se comunica mucho mejor. También se lo atribuyo a la edad”, cuenta.

-¿Y a la elección de los trabajos?

-Tiene que ver con que hoy en día me permito llegar más profundo. Veo a actores que admiro mucho como Javier Bardem, que me parece increíble, y creo que desde muy chico entendió que se tenía que dejar tocar. Es un pibe desde que empezó, en la primera película ya estaba con los cojones sobre la mesa. Eso lo aprendí más tarde porque cada quien tiene su propio recorrido. Y de grande me empecé a permitir muchas más cosas. Y de pronto te entregás y agarrate Catalina.

-¿Estás más sensible?

-Es un momento de mi vida en el que me siento muy afortunado, la gente se me acerca de muy buena manera, con muchísimo amor, algo que me encanta y que es recíproco por también me aflojé. Y me gusta porque no es un reconocimiento del éxito sino que se acercan para hablarme de algo que les gustó y me hablan de sí mismos, de algo que les pasó. Que la gente sienta que en algún momento mi trabajo los ayudó es muy lindo y lo abrazo, lo reconozco, me gusta.

 

 

-Teniendo una hija adolescente, ¿cómo te adaptaste a los cambios que trajo el feminismo y por los que se siguen luchando?

-Estamos en el medio de eso, es algo constante. No es una adaptación, es una transformación. Comenzó un proceso de transformación profunda y creo que una de las cosas más importantes que han pasado en la Argentina tiene que ver con ese movimiento feminista y me parece increíble. Eso esta empezando no solamente a formar parte de mi vida profunda, porque tengo una hija adolescente, sino también todo. Hay algo que está cambiando y hay que estar atento a eso.  

-¿Seguís siendo tímido?

-Y, en muchos momento sí. Alguien me dice: “¿qué vas a ser tímido me estás mintiendo? Sí, soy re tímido, y más en ciertos momentos y en ciertas circunstancias. Pero hay que convivir con eso. Soy un tipo de persona y de actor que se tiene que sentir muy cómodo para poder estar en su esplendor. En el trabajo hay otros actores que se creen mil de una y pueden trabajar desde ese lugar; y está buenísimo, quisiera ser más así. En mi caso, se tienen que dar muchas condiciones para poder sentirme cómodo y ver que puedo entregarme. Cuando entra cada elemento a la ecuación laboral, cambia todo. Uno tiene que crear un sistema para sentirse cómodo y es lo que me gusta. La inseguridad es mi fortaleza porque puede iluminar tu lugar más fuerte y encontrar algo que estaba escondido en el interior.