“Vértigo”. Esa es la palabra que elige Julieta Cardinali para describir lo que sintió apenas le dieron el OK para su nuevo rol: Claudia Villafañe en la nueva y súper comentada biopic sobre Maradona de Amazon Prime Video.
Que no sólo requirió un largo proceso de ensayos (“en total fueron más de 8 meses, un verdadero sueño como actriz”, comenta) sino diversas etapas previas de castings cerrados, compartidos con colegas (y alguna que otra amiga también).
“No es que te las cruzás ahí, pero enseguida te enterás quiénes son las que audicionan. Siempre somos las mismas, además…”, cuenta y cuela a través de la pantalla de Zoom una de sus primeras risitas. Atrás suyo se vislumbran grandes ventanales, y un ambiente súper net, invadido por el color blanco y por una iluminación tan natural como poderosa.
Podría ser un showroom de .Cardinal, su marca de ropa con la que tradujo a la perfección su estilo, pero es su habitación, desde donde habla con look plenamente hogareño y espléndido a la vez. Y sobre ese vértigo, agrega:
“Por supuesto que apareció esa sensación, estamos hablando de la primera serie sobre uno de los personajes más populares de la historia mundial… Muy polémico, además, amado y odiado casi en iguales cantidades… A mí lo que más me preocupaba, y de lo que más me ocupé desde el comienzo, es que mi personaje fuera abordado con el respeto que merece. Me concentré mucho en eso y la verdad es que estoy muy tranquila con el trabajo que hicimos. Sé que hicimos eso, la abordamos desde el más absoluto respeto”, afirma.
“Me siento muy identificada con la maternidad “leona” de Claudia. Siento que ahí nos entendemos plenamente”.
-¿Tuviste ganas de contactar a Claudia en algún momento de ese proceso?
-Eso prefiero mantenerlo en privado. Te puedo contestar que, desde la productora no fue algo que se habilitó o alentó en especial. Me parece que en este proyecto no era una necesidad, se trabajó desde otro lugar. Esto no es una imitación de nadie, es una construcción. Si la contacté, prefiero guardármelo.
-¿Cómo es tu relación con el mito de Diego?
-Es imposible que en algún momento de tu vida no hayas sentido empatía con Maradona. Dicho esto, lo cierto es que a mí me pasa algo singular con Diego y es que me produce más emoción lo que genera en los demás que lo que genera en mí.
Te doy un ejemplo: para la serie viajamos a filmar a Barcelona, México, Uruguay y Nápoles y en ningún lugar sentí lo que sentí en esa última ciudad. Fue realmente impresionante, nunca viví nada igual. Allá no hay amor odio, hay solo amor. Acá quizá hay más ambivalencia, pero allá es todo amor. Es como Dios, realmente.
Por eso te digo, me moviliza todo eso que genera en los demás. Pero en lo personal, la verdad es que no tengo esa locura, ni con él ni con nadie. No vengo de una familia futbolera, no tengo ni cuadro de fútbol, imaginate.
-¿Y en cuánto te interpeló el personaje de Claudia? Pienso quizá en esto de ser madre soltera, sin serlo del todo…
-Es una pregunta difícil y te diría que, sobre mi maternidad, si la hago sola o no, no voy a hablar. Sí te puedo decir que sentí una gran empatía con esta madraza y leona, que pone como prioridad a sus hijas por delante de todo, en eso sí, sentí una gran cercanía y empatía.
Mi prioridad absoluta es y será siempre mi hija. Siento que ahí nos entendemos plenamente. Más allá de esto, siento que lo que estamos contando en esta serie es, básicamente, una gran historia de amor. Y la verdad es que no me pongo a juzgar a los protagonistas. No lo hago nunca, no es mi rol ni mi intención ser la jueza de mis personajes.
-¿Y de la época? ¿No se metió un poco la mirada actual al revisar esa historia de amor?
-La historia la contamos desde aquellos años ‘80 y ‘90 y obviamente lo que me pasa a mí hoy como mujer es que me siento muy alejada de cómo se relacionaban los hombres y las mujeres en aquel entonces. Pero nos toca interpretar esa época y ese tipo de relación, en la cual el machismo no estaba tan mal visto.
-¿Creés que las nuevas generaciones tienen el camino más “despejado” respecto a los vínculos, el amor, la pareja?
-Ojalá que sí. Soy madre de una hija adolescente de 14 años y siento que ya toma con otra naturalidad lo que se debe, y lo que no, en términos de asimetrías. Es más, en este este momento, te diría que incluso el machismo no es un tema para ella. Le parece hasta ridículo que alguien ponga en tela de juicio la igualdad de derechos.
Es una generación que ya la vive como un hecho, lo cual no quiere decir que sea asunto terminado. Pero es un avance, claro. Pensá que el voto femenino fue hace nada en términos de generaciones.
-A la edad actual de tu hija vos ya trabajabas en los medios. ¿Qué le dirías a ella si te plantea un camino similar?
-Mmm, preferiría que no. Para mí fue una gran experiencia, que si bien estuvo buenísima en muchos aspectos, también implicó sus sacrificios. Por esto de no tener tiempo libre ni para ir al cumpleaños de una amiga y también por lo de meterse en el mundo de los adultos, que no es el mismo que el de los adolescentes, para nada… Lo que le aconsejaría iría entonces por ese lado: “disfrutá de este momento del secundario y de vivir paveando con amigas, para responsabilidades te queda la vida entera”.
-¿Y cómo son los 15 de una chica de hoy?
-Tengo que admitir que me tocó una casi quinceañera muy pero muy tranquila. El tema de la fiesta no le interesa para nada, me pidió nomás que nos vayamos de viaje, así que en eso estamos, planeando un viaje entre las dos. Estamos muy acostumbrados a viajar juntas y la verdad es que para mí es el mejor plan del mundo, sin dudas.
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