Después de años y años de silencio, finalmente Britney Spears alzó la voz.
Y lo hizo donde debía, frente a la jueza a cargo de su caso de custodia, a quien le comunicó sus profundas ganas de "recuperar su vida", de tomar las riendas propias que su padre y la ofensiva legal que mantuvo hasta ahora no le dieron respiuero.
Con crudeza, la cantante comparó su situación con un cuadro de tráfico sexual. "En este momento -reveló- tengo un DIU en mi cuerpo que no me deja tener un bebé y no me dejan ir al médico para que me lo saque”.
La historia de #FreeBritney, un movimiento creado por sus fans
De niña prodigio a princesa del Pop – Britney Spears, de 38 años es la voz de una generación. Comenzó a trabajar cuando tenía 4 y comenzó en el Mickey Mouse Club hasta la carrera llena de altibajos que conocemos hoy. Pero este año, se dio a conocer el otro lado de la historia que hasta entonces, era guardado en secreto por la propia familia de la cantante.
Antes de entrar en detalles, hagamos una recapitulación: desde muy temprana edad, Britney ha tenido poco o ninguno control de su propia vida. Y este, es un tema abordado con frecuencia en sus canciones – como “Gimme More”, “Overprotected”, “My Perogative”, “Circus” y el hit “Lucky”, que apunta la soledad en estar rodeada de personas. En sus video-clips, sesiones de fotos y escenarios de shows, la estrella es constantemente mostrada en jaulas, encadenada y sin libertad.
Toda su vida fue tratada como un producto hecho para vender – incluso su voz fue modificada, luego de que algunos productores la comparen con Christina Aguilera, para impedirle que cante en vivo o grabe música con su tono.
2007: el año de su crisis
El 2007 fue marcado por un mar de polémicas: el infame ataque al paparazzi, raparse la cabeza e incluso desnudarse en el medio de una tienda, seguidos por la desastrosa noche en que la que se encerró en el baño con sus dos hijos. Con una simple búsqueda en YouTube, podés encontrar videos en que la cantante es seguida por decenas de paparazis, hasta el momento de su quiebre mental, acompañado por noticieros de todo el mundo.
Tras diversos accidentes Britney fue hospitalizada y aquí comienza nuestra historia: alegando falta de capacidad mental para ejercer tareas simples, su padre, llamado Jamie Spears, pidió en la justicia la tenencia temporaria de su hija, hasta que la misma estuviera mentalmente estable. Seis meses después de su internación, Britney lanzó “Womanizer” y volvió al trabajo con su álbum Circus.
El año siguiente su padre acudió por la tenencia permanente (que fue aprobada y sigue vigente). Entonces, si Britney no estaba en situación de ejercer su mejor facultad mental según la ley, ¿por qué le permitían trabajar?
Una disputa legal y económica
Jamie posee permiso legal para encerrar una mujer de 38 años en un hospital psiquiátrico en el caso de que la misma haga cualquiera de estas actividades sin su permiso: manejar un auto; votar; casarse; tener hijos; gastar o manejar sus proprio dinero y financias; tener acceso a información y movimientos de su cuenta bancaria; salir de casa; contratar su propio abogado; tener control de su carrera; hablar acerca de la conservaduría públicamente; tener entrevistas que no tengan un guión previamente aprobado por Jamie; usar un teléfono que no sea monitoreado; usar redes sociales que no sean monitoreadas; contactar cualquier persona que no sea monitoreada; irse de compras; salir a caminar; comprar en Starbucks; contratar o demitir cualquier persona de su equipo.
Este tipo de acción legal es usada para personas con problemas mentales, como demencia, o enfermedades que alteren la facultad mental, que no puedan actuar o cuidarse de sí misma. Pero, desde el inicio de este caso (13 años atrás), Britney realizó 3 giras mundiales, show residente por 4 años en Las Vegas, 4 álbumes, fue jueza full time en el reality The X Factor, ha vendido perfumes y ropa íntima. Todo ese cuerpo de trabajo sería imposible de ser realizado por una persona que no esté en control de su salud mental.
En enero de 2019, Britney fue noticia al ser internada por tres meses en una facilidad de salud mental. El motivo, que no fue divulgado hasta entonces, fue simplemente manejar de su casa hasta la residencia del novio (sin el permiso de su padre) y negarse a tomar sedativos prescritos por el doctor contratado por Jamie. Britney recurrió a la justicia, alegando estar presa en contra de su voluntad – lo que hizo empezar el movimiento #FreeBritney, que forzó una investigación legal sobre la conservaduría de Jamie y como esto afecta la vida de su hija.
Su propia madre, Lynne Spears, ha comentado acerca del movimiento, confirmando que Britney está bajo el control de padre. Anualmente, la cantante es obligada a pagar cerca de 1 millón de dólares para mantener la tenencia (más una cifra salarial para el padre y su abogado).
Britney Spears ha marcado la vida de muchas personas, trayendo alegría y formando una trilla sonora en la vida de personas alrededor del mundo. Ella simplemente no merece todo lo que le está pasando, y tiene el total derecho de ir y venir como cualquier ser humano. Por esto, liberen a Britney.
at Redacción Marie Claire
Accedé a los beneficios para suscriptores
- Contenidos exclusivos
- Sorteos
- Descuentos en publicaciones
- Participación en los eventos organizados por Editorial Perfil.
Comentarios