Todos los detalles del espectacular vestuario de Emily in Paris 4 de Netflix

Si hay algo que hizo popular a la serie Emily in Paris es su vestuario. Y la encargada del estilismo es Marilyn Fitoussi. Charlamos con ella acerca de sus inspiraciones, sobre la cuarta temporada y sobre cómo es trabajar con Lily Collins. En esta temporada la  sastrería femenina, masculina será la gran protagonista, además del mix de marcas internacionales con diseñadores más emergentes. 

 

-¿En qué se diferencia la temporada 4 de Emily en París de las tres anteriores?

-Muy buena pregunta. Quizás yo también he cambiado. Quizás es Lily Collins, quien me ha inspirado más esta temporada. Es verdad que en las temporadas anteriores le rendimos homenaje a Audrey Hepburn. Así como a la nouvelle vague, al cine de Francia y a sus íconos de la música pop. Y, este año, hemos evolucionado y madurado. Encuentro a Lily cada vez más hermosa, la veo cada vez más mujer. Creo que está floreciendo cada vez más en su rol de mujer y productora.

Así que también quería, con su bendición, hacerla florecer. El tema de las flores es bastante recurrente esta temporada, porque creo que ella era una flor que todavía no había brotado en las temporadas anteriores, y ahora está mostrando su verdadera personalidad, afirmándose, volviéndose mucho más fuerte, con un estilo que está reinterpretando los códigos de la moda parisina. Todo esto visto a través de los irreverentes ojos de Emily Cooper, y creo que hemos hecho un buen trabajo en la creación de siluetas que serán icónicas o, al menos, muy irresistibles.

De hecho, otra cosa que también cambió es la confianza que nos tenemos. Nos conocemos bien desde el punto de vista profesional. Conozco su cuerpo, sé qué le queda bien y creo conocer qué se ve bien en ella, qué encaja con su estética. Creo poder detectar qué le pasa por la cabeza. Es decir, ¿cómo ve ella la evolución de su personaje? ¿Cómo la veo yo? Empiezo creando referencias visuales que le envío a Lily, para que las vea y analice. Probamos distintas direcciones. Algunas quedan, otras se abandonan, porque trabajamos para la imagen. Y, claro, nuestro lema es divertirnos, pero, también, arriesgarnos al máximo, llevar al límite todo lo que sabemos de este personaje. Así que tuvimos que mantener ese costado ecléctico, irreverente, porque no queríamos caer en lo aburrido y esperado.

 

 

-¿Qué charlas tuviste con Lily Collins sobre la evolución del vestuario?

-Los actores tienen el derecho y la responsabilidad de hablar conmigo sobre sus sentimientos y deseos respecto al desarrollo de un personaje. Al personaje lo creamos juntos. No impongo nada. Esta evolución y construcción tiene que ser un diálogo, y el diálogo debe iniciarse desde el principio. Lily y yo tuvimos la oportunidad de abordarlo casi de la misma manera: cómo hacer que los personajes evolucionaran sin repetirnos y cómo proponer elementos y siluetas que no hubiéramos visto antes. Esta temporada tenemos el traje de tres piezas inspirado en Twiggy. Esta vez, me inspiraron las imágenes de ella, con esa figura espigada que me recordaba mucho a Lily. Quería hacer una silueta con un traje de tres piezas al estilo de Twiggy y Carnaby Street. Me encanta Psicópata americano, así que creamos un look inspirado en el financiero asesino y desquiciado de la película.

Y fue muy gracioso, porque la silueta es muy drástica: un traje de lana azul marino a rayas, como de alguien que se dedica a las finanzas y es codiciado en la ciudad. Y con zapatos bajos de CELINE, bien grandes y masculinos, de cuero brillante, que son fabulosos y le dan peso a la silueta, pero también mucha confianza y mucho poder. Además, una camisa y corbata hechas a la medida. Lo llamábamos «el conjunto Psicópata americano», porque sí, bautizamos los looks. Y estas eran siluetas que no habíamos explorado antes, con la introducción del calzado chato. Seguimos sintiendo pasión por los tacones de aguja, obvio. Pero sí, esta temporada verán zapatos bajos, mocasines, que nunca habíamos usado. Usamos el código masculino-femenino y una paleta de colores mucho más sutil, pero todo sigue ahí porque eso es lo que amamos y es el ADN de Emily en París.

 

-Cada temporada tiene un elemento distintivo del vestuario: el gorro pescador de la temporada 1; los guantes elegantes de la temporada 2, y los zapatos de suela gruesa de la 3. ¿Entonces podríamos decir que esta temporada es el traje masculino-femenino?

-Son diez episodios, ¡no lo podemos limitar a un solo elemento! Esta temporada, es el traje masculino-femenino, los zapatos sin tacón y la joyería fina. La llegada de la alta joyería que estoy empezando a amar con pasión. El diálogo con la alta joyería fue esencial para ciertas siluetas. Fue un hermoso signo de puntuación, como puedes imaginar, pero he aprendido a entender ciertas piezas de joyería y a conmoverme con ellas.

 

-¿Qué tipo de investigación fue necesaria para diseñar el vestuario? ¿A qué recurriste para encontrar inspiración?

-Para mí, es un proceso que no tiene fin. Esta temporada me ha permitido desarrollar el proyecto, madurar conceptos, ver muchos desfiles, conocer a gran cantidad de diseñadores (desde las grandes casas de moda hasta aquellos que están recién empezando y tienen mucho futuro) y poder conocer a fondo el ADN de la próxima temporada. Después de todo, fue un lujo. Pude crear conceptos y hacer cosas que no había tenido tiempo de hacer en las temporadas anteriores, como encargar cosas a la medida. No estoy en la cabeza de Darren Star, pero intenté nutrirlo, sugerirle cosas en relación con las siluetas que puedan entretenerlo y, quizás, desafiarlo. Y mi inspiración es diaria. Siempre a través de fotos, casi más que con desfiles de moda.

Veo todos los desfiles porque ahí es donde detecto cuáles son las tendencias, qué colores están de moda y, así, decido alejarme de ellos, no usarlos. Después de eso, se trata de conocer gente, personas que veo por las calles, asociaciones de colores y texturas, exhibiciones, películas. Estamos nutridos. Mi trabajo es visual, así que necesito recibir todo ese alimento mediante todos los medios artísticos, incluso la danza. No voy mucho al teatro, pero veo libros y exhibiciones de fotos, un poco de moda también, y estoy atenta a lo que sucede en las calles. Y lo que pasa allí siempre es muy sorprendente y es siempre el punto de partida para mí. Me inspiran mucho las calles.

-Cuando decidís qué usar en la temporada, ¿cómo lográs equilibrar las piezas de diseñadores famosos con las piezas de diseñadores que aún no son tan conocidos?

-Es algo que se va dando solo, porque la verdad es que me enamoro de cada una de las 25 000 piezas de vestuario y accesorios. Las elijo una por una. Es un flechazo. Si la pieza no me convoca, si no me parece que cuenta una historia, si no siento una melodía al verla, no la uso. No me importa la marca. Al construir las siluetas, buscamos tonalidades, proporciones y estampas que se complementen unas a otras. No piensas dónde usar algo de Versace o de Gucci, o una pieza de Prada. Se da naturalmente. Tal vez, a fin de cuentas, haya mucho más de jóvenes talentos que de marcas de renombre. No lo sé. Y tampoco es el punto. No quiero vender algo; mi intención es mostrar y proponer lo inesperado. Estas piezas no se ven a diario, no se usan en la vida cotidiana, y ni tú ni yo podríamos comprarlas o añadirlas a nuestro vestuario, pero contemplarlas es un placer. Estar rodeada de todas esas piezas me alegra todas las mañanas. Me encanta estar en mi showroom, mirando colecciones de carteras.

Quiero que todos, empezando por los miembros de mi equipo, puedan disfrutar de la existencia de todas estas piezas no publicadas, que suelen ser únicas, modelos exclusivos, de alta costura o prototipos que no fueron a producción. Quiero que todos tengan acceso a esta belleza porque la belleza es buena para el cuerpo y para el alma. Unifica e inspira. Me llena de alegría y me dibuja una sonrisa en el rostro todos los días. No puedo estar amargada si estoy rodeada de tanta belleza. Algunos critican la serie y dicen cosas como: «Es imposible que Emily pueda pagar toda esa ropa, y definitivamente no tiene lugar para guardarla». Pero lo que ofrecemos es poesía, es entretenimiento, y creo que esa es la palabra más linda para describir lo que hacemos: llevar felicidad y una visión distinta de la moda. Tenemos que animarnos a más para que todos puedan acceder a esta belleza, porque es algo que nutre, que nos hace sentir bien, que abre muchas posibilidades. Y es necesario que todos vean la infinidad de posibilidades que surgen de la creatividad humana.

 

at redacción Marie Claire