Cuando se habla de street style, París sigue siendo el epicentro del deseo. En sus calles, la moda es una conversación silenciosa entre la ropa, la actitud y el ritmo de quien la habita. 8 tendencias que el fotógrafo Leo Curatella capturó en París.
Esta temporada, el estilo parisino recordó algo esencial: no necesitas más prendas, necesitas más intención. Porque lo verdaderamente auténtico no está en lo nuevo, sino en la manera en la que das vida a lo que ya posees.
Pero esta vez, la conversación trasciende fronteras. Desde Nueva York, Seúl, Ciudad de México o Milán, emerge un mismo lenguaje: ocho tendencias que hoy definen el vestir con actitud y propósito.
Effortless: la precisión del descuido
La estética effortless encarna la capacidad de verse elegante sin esfuerzo. Un abrigo deslizado sobre los hombros, una trenza imperfecta, una camiseta blanca que no compite sino que acompaña. Blazers sueltos, camisas desabotonadas y combinaciones neutras crean una armonía silenciosa que parece casual, pero está milimétricamente pensada. Es la precisión del descuido, una coreografía que celebra la naturalidad como nuevo lujo.

Sport & Chic: comodidad elevada
El nuevo lujo se mueve con libertad. Lo deportivo deja de oponerse a lo sofisticado y se traduce en poder visual. Los shorts se combinan con camisas impecables, las sudaderas con pantalones de vestir y faldas midi; los joggers se asoman bajo abrigos estructurados y los tenis se convierten en un gesto de autoridad. La parisina no se disfraza: coreografía su confort.

Mini shorts & botas: el nuevo juego de proporciones
Una provocación medida. Los mini shorts reaparecen como símbolo de audacia, equilibrados por botas altas y robustas que desafían la formalidad. Nada grita, todo insinúa. La elegancia vive en esa tensión perfecta donde no hay exceso ni omisión, solo intención.

Playful Foulard: el regreso del detalle
El pañuelo se emancipa y se convierte en amuleto. Anudado al bolso, al cuello o al puño, devuelve a la moda su esencia lúdica: el placer de adornar sin motivo. Un gesto mínimo que eleva, que da alma y movimiento al conjunto.

Layering: arquitectura en movimiento
El arte de superponer se convierte en lenguaje. Camisas que asoman bajo suéteres, vestidos sobre blusas, abrigos que no se abotonan, texturas que se mezclan sin competir. El layering parisino no busca funcionalidad, busca narrativa visual: cada capa es una historia.

Hoodie & Coat: la sofisticación de lo impredecible
El buzo se infiltra en los códigos del vestir elegante y triunfa. Combinada con abrigos largos, sastrería clásica y bolsos estructurados, deja de ser símbolo de informalidad para transformarse en una dualidad deliciosa: lo urbano que dialoga con lo refinado. Es la sofisticación de lo impredecible.

Knitwear: textura que abraza
El punto asciende al lujo táctil. Jerséis, vestidos y chalecos trenzados en tonos monocromáticos proyectan calma y poder silencioso. En París, vestir punto es un susurro de confianza: menos sigue siendo más.

Sleeves Jackets: el abrigo como gesto de control
No se lleva, se posa. Cuando las mangas descansan sobre los hombros o se anudan en la cintura, el abrigo deja de ser abrigo para convertirse en escultura. Un gesto que se repite en las calles parisinas: savoir-faire contemporáneo, discreto, intencional, perfecto.
El street style deja de ser tendencia fugaz para convertirse en lenguaje: la forma en que lo ordinario se vuelve extraordinario. París y el mundo nos recuerdan que la moda no está en la prenda, sino en la intención. En cómo llevas lo que eliges, y en cómo transformas lo cotidiano en arte.

Texto por Jihan Chaar
Fotos por Leo Curatella
at Jihan Chaar
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