Lo preceden premios, grandes desfiles, clientes famosos como Beyoncé y Donald Glover y una marca propia, pero es muy probable que mucha gente aún no haya escuchado el nombre de Kenneth Ize.
Nació en Lagos, capital de Nigeria, pero se crió en Viena, Austria, adonde sus padres se instalaron tras conseguir el status de refugiados políticos.
Allí creció e hizo sus estudios, recibiéndose por último en la Universidad de Artes Aplicadas de Viena.
Su mirada como diseñador, no obstante, siempre estuvo puesta en África, en particular en las costumbres vestimentarias (muchas de ellas ancestrales) que se extienden por el oeste del continente.
El Aso-Oke, la túnica que utilizaba -y utiliza- la etnia yoruba, se convirtió desde el vamos en un clásico de sus colecciones. Se fabrica en telares y con hermosas telas coloridas, cuanto más llamativas mejor.
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Para él, siempre lo dijo, recuperar ese acerbo fue una manera de homenajear a las mujeres de su tierra y a su madre, que propició su primer acercamiento con la moda.
Fundada en 2013, su marca homónima ha sido finalista del Premio LVMH del año pasado, compartiendo curiosamente la categoría con otro diseñador africano: Thebe Magugu, de Sudáfrica.
“La amplitud del trabajo de Karl me inspiró mucho y es un honor trabajar para él. ", acaba de anunciar el diseñador en redes, donde agregó: “Nuestra visión es combinar la estética parisina elegante de Karl con elementos del arte tradicional africano”
La industria de la moda ya está celebrando esa alquimia aunque para conocerla en totalidad habrá que esperar bastante ya que la colección está programada para abril de 2021 como una cápsula para la próxima temporada primavera-verano de Europa.
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