Eva Perón, la mujer que utilizó la moda como instrumento de comunicación

Eva Duarte fue una apasionada en ayudar a los menos afortunados, y su eterna rivalidad con las clases altas se reflejan en su estilo elegante, femenino y moderno. La dirigente política admirada en todo el mundo, usó tanto la costura nacional como la importada, y su guardarropa estaba marcado por los géneros de calidad, la buena hechura y los accesorios. Eva logró convertirse en un ícono inmortal de la historia argentina, por su relación con la moda, al utilizarla como medio de comunicación y apropiándose de las tendencias de la época.

Según su partida de nacimiento María Eva Duarte nació en Los Toldos, mientras que algunos historiadores sostienen que nació en Junín, debido a que, por problemas de embarazo, su madre debió trasladarse a esa zona para recibir mejor atención. Eva nació en el seno de una familia humilde y fue la menor de cinco hermanos. Si madre Juana Ibarguren era una apasionada de la costura y se ocupó de transmitir su pasión de generación a generación.

Evita migró a la Ciudad de Buenos Aires con apenas 15 años para dedicarse a la actuación. A pesar de las dificultades, logró cierto renombre en el teatro, radioteatro y cine. Durante los años 30, la joven imitó a las grandes figuras de Hollywood tiñéndose de rubio para obtener un look más glamoroso, y en esa época conoció a su gran amigo Paco Jamandreu, un diseñador de ropa que trabajaba con las celebridades de aquel entonces. En 1944, el entonces Secretario de Trabajo y Previsión, el Coronel Juan Domingo Perón, convocó a personalidades del ambiente artístico para una colecta en ayuda de las víctimas del terremoto de la Ciudad de San Juan, y allí conoció a la actriz. La pareja se enamoró y contrajo matrimonio un año después.

Cuando Perón ganó las elecciones presidenciales en 1946, ella se convirtió en la Primera Dama argentina. Para Eva la justicia social debía implicar también la democratización de los valores estéticos. A pesar de su origen humilde, estaba motivada para ayudar a los pobres pero vestía como una mujer de clase alta. En aquel entonces la actriz adoptó la típica moda de la década, vistiendo hombreras, chaquetas a medida, faldas tubo, zapatos de taco alto, sombreros adornados y el típico peinado pompadour.

Paula Naletoff, Bernarda y Henriette fueron las diseñadoras locales de alta costura que la ex Primera Dama eligió para vestirla. Además, Rosé Decat y Casa Giulia fueron quienes le diseñaron sus sombreros favoritos. Perugia, Maggio & Rossetto y Mc Taylor fueron sus zapateros por excelencia. Eva contó con Luis D’Agostino como su sastre personal, y con la ayuda de sus asistentes Juana Palmou y Asunta Fernández.

Durante la gira europea que la ex Primera Dama argentina inició en 1947, adoptó el New Look de Christian Dior, caracterizada por las faldas amplias, cuerpos ceñidos y cinturas avispas. El diseñador francés creó a "la mujer-flor" de hombros delicados, cintura estrecha y faldas que caían en forma de corola. Tras una época marcada por el pragmatismo y la escasez económica provocada por los conflictos bélicos, esta nueva silueta devolvió a los guardarropas femeninos el gusto por el glamour, el lujo y la feminidad. Eva cambió su estilismo por recogidos bajos y tirantes, maquillaje sobrio y labios rojos, junto a importantes joyas que adornaban su look. “La única reina que vestí fue Eva Perón” expresó en una entrevista el diseñador francés, que mandó a fabricar un maniquí con sus medidas y desde entonces viajaban regularmente vestidos de la marca en barco y en avión desde París a Buenos Aires, diseñados exclusivamente para Evita.

Con su estilo bien marcado, logró seducir a las masas, vestir de gala como los miembros de la realeza, y competir con las damas ricas que la despreciaban. En cada aparición pública y en sus visitas a la Fundación, Eva llevaba sus mejores trajes ya que le gustaba recibir a sus invitados con lo mejor que tenía. Eva Duarte era una fanática de la moda y padecía una clara obsesión por su imagen.