Si todavía no te diste cuenta, te lo cuento: en el mundo de la moda, un día estás adentro – sos amado e idolatrado por todos a su alrededor. Y al otro día estás afuera y los mismos fans que te amaban, te olvidan.
Así es el negocio, así es el juego – y salvo que hayas hecho algo tan grande que dejaste tu pulgar en el estampillo fashion, tenés que tener en cuenta que este será tu futuro.
Yo, y esta nota, somos la prueba viva de esto. Seguramente, algunos de ustedes lectores (los que no fueron forzados por mi parte a entrar en la página de Marie Claire y leer cada unode mis artículos) se acuerdan de mi manera desestructurada y no tan seria de escribir – pero caí en el olvido, una vez que mis frecuentes temas de conversación con ustedes ya no eran tan frecuentes.
Ahora, quisiera transportarlos para un lugar diferente – salgan mentalmente de sus oficinas, sus casas, su cama, y vengan conmigo a un departamento en la Paternal.
El noveno piso, en dónde la luz de la tarde siempre refleja en un tono más naranja y dónde suena “Play the game” de Queen.
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Mientras descargo en la computadora todas las palabras que dan cuerpo a esta nota, Gerardo Dubois (Bandoleiro) corta meticulosamente flecos que van en un biker estampado bicolor que estará en su colección de Otoño Invierno 2020, que presentará hoy a las 20h en el marco de BAFWEEK.
Dato curioso: Gerardo es mi novio, y ustedes acaban de entrar en mi casa. En nuestra habitación, su mamá plancha la colección (que ya está casi lista), marcando rayas a lo oldschool.
Hoy, en esta nota particularmente, les quiero ofrecer una charla íntima con la persona que es el dueño de mis pensamientos más íntimos.
Para los que se han olvidado (o directamente, no saben) Bandoleiro es una de las marcas pioneras de diseño moderno en Argentina –su arte ha tomado forma en personajes como Calu Rivero, Fabio Posca e incluso la cantante Björk – la cual encontró uno de sus vestidos en la multinacional americana Openning Ceremony y en el marco de su último show en Buenos Aires, se encargó de comprar la mitad de la colección que Bandoleiro tenía disponible.
Nacida en el 2007, es una marca en la que sus ropas no tienen género definido, su estética es inspirada tanto en el artístico post contemporáneo, como en el porno vintage.
Su misión es proponer ropa sustentable de metodología coleccionable – desafiando a sus consumidores para que vivan sus propias fantasías.
Tu último desfile fue en asociación con Adidas (incluso antes que Beyoncé pensara en lanzar una línea deportiva) hace 4 años; ¿sentís que el público lo olvidó?
No, para nada. Si cada vez que veo gente, me preguntan “¿cuándo haces algo nuevo?”, “¿cuándo es el próximo desfile?”.
¿Y por qué te tomaste estos 4 años sin presentarte formalmente?
Porque no tenía ganas de hacer esa movida. Fue más que nada para… Fuck! (se cayeron los botones del mono). No creo que sea necesario en la moda hacer un show cada seis meses para mantenerme relevante, ya superé – es un tema de ego que tienen los diseñadores.
Me pareció más interesante bajar el perfil, hoy en día todo el mundo quiere ser notorio, figurar y aparecer. Yo soy todo lo contrario; sigo trabajando, pero desde un lugar más relajado.
Entonces, ¿por qué decidiste volver al ojo del huracán fashion que es BAFWEEK?
Me pareció que ya pasó un tiempo suficiente, tenía ganas de hacer algo. También siento que BAFWEEK está en un buen momento, después del cambio de dirección,está cambiando su rubro – está yendo más para el lado creativo, y no tan comercial, de marcas grandes.
Se dio que BAFWEEK se convirtió en un espacio renovado, con una nueva ubicación y generación, dando lugar a nuevas personas. Fue muy orgánico todo, le pregunté qué onda, y se coparon con nuestra propuesta. Si fuera en otras condiciones, no sé si me hubiera copado. Es un año nuevo, nueva década, nuevo público, nuevas redes sociales, todo nuevo.
Bueno, ya que estamos charlando de todo nuevo, quisiera saber: ¿qué es lo nuevo que trae Bandoleiro?
Lo que trae Bandoleiro es una colección más centrada en la indumentaria, y no tanto en la performance. Lo artístico está presente, pero de una manera más madura y evolucionada.
Desde la construcción, el diseño, la mordería, hasta el casting y producción del desfile. Menos caprichosa, y más pensada.
¿Qué significa “menos caprichosa”?
Antes las colecciones eran más rebeldes, más “hago lo que quiero y me chupa un huevo”. Sigo haciendo lo que quiero, pero me chupa menos un huevo.
Estoy más prolijo, más pensado, con más atención a los detalles y menos en hacer ruido y hacer escándalo. Antes las colecciones eran más show, ahora estamos más soft. Familyfriendly.
Una vez dijiste que Bandoleiro proponía a sus clientes vivir sus propias fantasías; con el pasar del tiempo, entendí lo que me querías decir – he visto personas que te compraban solamente para figurar en eventos grandes, o para tener una pieza que pueda ser de uso diario, pero que no sea convencional. ¿Vos tenés en cuenta a tus clientes cuando armas tus piezas?
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En verdad, las pienso para mí. Gente como yo, como nosotros. Gente con onda. No son para milennials, más para chabones de más de 30, con poder adquisitivo y que no están tan pendientes de las tendencias de Instagram.
Más personas con un background artístico, que saben en lo que invierten su dinero, y están más preocupados en mostrar personalidad que mostrar una foto con likes.
Sí, pero hoy por hoy, muchas marcas se basan en las tendencias de Instagram para influenciar sus consumidores. ¿Vos estas fuera de ese circuito?
Tomo las tendencias y las paso por un proceso creativo personal. Pienso en las tendencias, sino estaría haciendo sastrería. No dejo las dejo de lado, pero las pongo todas en una licuadora y de ahí salen mis creaciones.
Bandoleiro tiene 13 años de trayectoria, ¿cuál fue el punto alto de tu carrera?
Que pregunta. No tengo un punto alto, tengo muchos.
¿Podés mencionar uno?
Mmmm… El desfile en MALBA. Antes no hacían esto, menos en ciclos de moda. Fui el primero, a todos les encantó y era el escenario perfecto para mis colecciones.
También tuve la oportunidad de vender mis piezas ahí, lo que me llevaba a otro público totalmente diferente. El hecho de llevar la moda (más allá de los fashionweeks) a espacios de arte.
¿Y qué fue lo que todavía no hiciste pero que te encantaría hacer? ¿Cuáles son los planes para el futuro de Bandoleiro?
Hacer un desfile afuera… ¿quizás San Pablo? Pero que me inviten, no quiero pagar. Ya me invitaron, pero tenía que pagar mucho. Para el futuro de Bandoleiro, quisiera llevar nuestra filosofía de consumo a centros comerciales masivos. No hay una buena propuesta creativa en estos lugares, y creo que es porque las marcas tienen miedo a arriesgarse.
¿Cómo enfrentaste la enorme crisis que atraviesa al sector textil? como diste la vuelta?
Nadie pudo dar vuelta, fue inevitable. Seguimos en crisis. Trato de hacer prendas vendibles, con precios más inclusivos, para todos los bolsillos – pero que tengan un elemento diferenciador de diseño. Que tenga nuestro sello, pero que no sea tan caro…
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