Los problemas de sueño son los más difíciles de enfrentar pero a todos nos a pasado aunque sea una vez en nuestras vidas, seguro nos despertamos en medio de la noche y no pudimos volver a dormir, o no pudimos conciliar el sueño durante horas y nos terminamos durmiendo a la madrugada, y por ende no descansas lo suficiente.
Estos problemas vienen de la mano de malos hábitos, errores a la hora de llevar una vida sana, cómo no hacer ejercicio, tener una mala alimentación, vivir acelerados, no establecer horarios, o no hacer ninguna actividad relajante.
Además existen otros factores que también nos afectan a la hora de descansar, que son el estrés, la ansiedad y las preocupaciones que nos carcomen la cabeza. Pero hay formas de mejorar esta situación.
Para descansar óptimamente para que el cuerpo se recupere y nos levantemos con energía necesitamos mínimo 8 horas de sueño diarias. Por lo que de no ser así deberías cambiar tus hábitos de sueño.
No dormir cerca de aparatos electrónicos: Para tener una mejor calidad de sueño se recomienda desconectar la televisión, guardar el celular en un cajón y sacar la notebook del cuarto. Los aparatos electrónicos consumen energía si están conectados a un enchufe, no importa si se están usando o no, los cables siguen consumiendo energía. Las ondas y la radiación consumen nuestra energía por lo que desconectar todo nos ayudará a dormir mejor.
Cenar temprano: Lo ideal es consumir alimentos ligeros y que sea dos horas antes de acostarte para poder hacer la digestión. Además se recomienda no tomar café, gaseosa o cualquier bebida energética. Tampoco se recomienda tomar agua antes de acostarte porque te hará despertarte para ir al baño.
Siestas moderadas: Si pensás dormir por la tarde, la siesta no puede durar más de 15 minutos, ya que sino se nos hará difícil descansar por la noche.
Realizar ejercicio: Mínimamente se debe realizar 20 minutos de entrenamiento físico, lo ideal son actividades que eleven tu ritmo cardiaco, como puede ser la caminata o salir a correr.
No se debe trabajar en el lugar de descanso: No tenés que llevar las responsabilidades a la cama, podés lastimarte el cuello y la espalda y no le das el descanso necesario a tu cuerpo y a tu mente.
Bañarse antes de acostarse: Bañarse escuchando música, o con velas aromáticas a modo de meditación puede ser esencial para acostarse más relajado, además no llevarás las bacterias a la cama.
Telas frescas y naturales: Dormir desnuda es sano y colabora a que la sangre circule mejor y que tu piel respire, pero si no podés hacerlo lo ideal es usar un pijama de seda o algodón que sea suelta y cómoda. También podés implementarlo en tus sabanas.
ML
Accedé a los beneficios para suscriptores
- Contenidos exclusivos
- Sorteos
- Descuentos en publicaciones
- Participación en los eventos organizados por Editorial Perfil.
Comentarios