Crisis emocional: ¿Cómo ayudar a mi amiga?

Todas en algún momento hemos atravesado una crisis emocional. Una ruptura amorosa, dudas sobre el futuro laboral o una pelea con alguien muy cercano pueden desencadenar una angustia terrible. Si a nivel personal nos resulta difícil afrontar estos momentos, quizás es más difícil ayudar a una amiga a salir de esa situación.

No todas somos expertas en salud mental y muchas veces no sabemos cómo reaccionar frente a la tristeza de nuestros seres queridos. No sabemos qué decir, ni cómo actuar, tememos a decir lo incorrecto y a empeorar aún más las cosas.

Afortunadamente existen especialistas, como la coach y terapeuta Alba Ferreté, que además de tener su propio podcast (“Cómo vivir con calma mental”) acaba de publicar su libro “El naufragio sereno. Una guía para comprender tu malestar en tiempos de crisis y transformarlo en calma y serenidad”. A partir del escrito, y de su experiencia propia, Alba proporciona una serie de consejos para que podamos ayudar a esa amiga que se encuentra en medio de una crisis.

Acompañar antes que ayudar

Aunque nuestro objetivo bien sea dar una mano a nuestra amiga y sacarla de ese pozo de tristeza, muchas veces esto se vuelve una tarea ardua. Es por eso que Alba explica con detenimiento que solo se puede ayudar a alguien que esté dispuesto a recibir esa ayuda. Puede que no sea el caso de nuestra amiga, para lo que entonces en vez de querer solucionar sus problemas y eliminar la angustia, nuestro papel consistirá en acompañar. En ese acompañamiento aparece también la aceptación y el respeto por el que pasa nuestra amiga. No subestimemos ni restemos importancia a aquello que la hace sufrir, aceptemos y acompañemos.

No forzar planes para distraerla

Ante la tristeza de una amiga, la primera salida que se nos ocurre es comenzar a planear una lista infinita de actividades para distraerla. Pues lamentamos informar que, según Alba, también especialista en inteligencia emocional, esta propuesta no tiene mucho sentido.

Inconscientemente buscamos “salvar al otro y al mismo tiempo pone en evidencia la incomodidad que nos genera el malestar del otro”, detalla Ferreté. Al forzar a la otra persona al hacer cosas, que quizás no tenga ganas, estamos evitando que esa tristeza atraviese su debido proceso para ser superada.

La experta en mindfulness, que pone a la empatía como clave fundamental para acompañar a quien no está pasando un buen momento, recomienda que la próxima vez que planeemos una salida nos preguntemos: ¿Estoy proponiendo esta actividad porque realmente quiero pasar tiempo con esta persona o porque quiero “salvarla de su crisis”? De esta manera, concluye que lo ideal es dejar al otro decidir si quiere acompañarte para despejar un rato su cabeza.

Tu presencia, lo más importante

"Todas las personas tenemos tres necesidades básicas: ser vistas, ser valoradas y ser amadas. Y, cuando estamos en un momento bajo, estas tres necesidades se exacerban todavía más al sentirnos vulnerables ante el exterior. Es por eso que, aunque no te lo parezca, tu sola presencia es suficiente para que la otra persona se sienta reconfortada", explica la autora de El naufragio sereno. Con esto, la especialista hace hincapié en que para acompañar a alguien que atraviesa por una situación de angustia no hace falta extraordinarios regalos ni planificar actividades fuera de lo común, por el contrario, basta con los pequeños gestos. La persona realmente valorará que simplemente estés ahí, que le dediques tu tiempo, que la escuches y que dialoguen. Y un abrazo nunca está de más.