Kate Hawley posee la gracia del ballet, la espectacularidad de la ópera y la sensibilidad del cine. Destacó como Directora de Vestuario y escenógrafa en todas esas disciplinas pero cuando se cruzó con Guillermo del Toro surgió una chispa comparable a la que dio vida a la criatura en Frankenstein (Netflix). Con Kate Hawley el vestuario es sinónimo de arte y del Toro lo sabe.
-¿Cómo equilibraste la búsqueda histórica y la imaginación a la hora de crear el vestuario ?
-Guillermo situó la mayor parte de la trama entre las décadas de 1850 y 1860, y eso definió la esencia de lo que hicimos, pero por otra parte ya sabés...¡es Guillermo! (risas). Él define el tono y los temas de su mundo, ya nos conocíamos de La Cumbre Escarlata y crea su propia mitología. Por ejemplo, él tenía clarísima la paleta de colores y nos basamos en ella para romper con el contexto histórico: la moldería que usamos, en particular en los vestidos de Mia Goth, o la forma en que abordamos las siluetas masculinas fue parte de la construcción de su universo.
Ideamos un montón de textiles porque del Toro siempre insistió en que no quería un mundo de sombreros negros al estilo relato de Dickens, preferimos explorar el lenguaje visceral de la naturaleza y la potencia de lo salvaje y eso también se extendió a las joyas. Recurrimos a los archivos de Tiffany para recrear las piezas, algunas eran inéditas y complementaban perfectamente las metáforas y las imágenes que ya estaban en el guión, fue una colaboración hermosa, repleta de desafíos técnicos hasta lograr la alquimia que se ve en pantalla.
-Elizabeth, el personaje de Mia Goth, es una pincelada de color en un mundo gótico. ¿Cómo lo trabajaste?
-Así es y te voy a contar algo que parece medio loco, pero fue la punta para vestir al personaje. Cuando Guillermo habló de Elizabeth nos dijo que era una mujer que amaba a los escarabajos, alguien inmerso en lo microscópico de la vida y profundizamos en eso, su estilo es orgánico ella misma es una fuerza de la naturaleza. Además está el tema de su amor por los libros, Elizabeth es una mujer muy culta, los colores de sus atuendos fueron potenciados para iluminar ese espacio gótico, ella representa la luz humanista en un mundo de oscuridad.
-Hablemos de la criatura que encarna Jacob Elordi. ¿Cómo fue vestir al monstruo más amable y bello de todos los tiempos?
-(Risas) ¡La criatura es un alma encantadora y gentil que apareció con la cara y el cuerpo de Jacob! Él se sumó muy poco tiempo antes de que comenzara el rodaje y tuvimos un inconveniente, los patrones originales estaban hechos para Andrew Garfield quien tuvo que bajarse y ya sabemos…¡Jacob es gigante! Lo sorteó con mucha clase, comenzamos con una criatura de aspecto infantil, vendada casi como si fuera la figura de Cristo, mi trabajo se apoyó en observar y comprender lo que Jacob descubre con el movimiento de su personaje. ¿Sabés qué escena me gustó mucho? La de su encuentro con el anciano ciego, es la primera vez que recibe ropa, abrigo, un regalo, y eso supone un gran cambio en la narrativa de su vestuario. Lo interesante es que Víctor y la Criatura son complementarios, se reflejan mutuamente, uno es el espejo del otro.
-Hablando de eso, Jacob Elordi y Oscar Isaac son emblemas de la red carpet. ¿Es más fácil o más difícil trabajar con íconos de la moda?
-Te digo que los dos son espectaculares y se aproximaron al estilo de sus personajes de manera muy distinta, ahí está gran parte de la magia. Mientras que Jacob se centra en la actitud de la criatura, Oscar interpreta a Victor Frankenstein como un artista. Para delinear su estilo pusimos el ojo en Bowie, en Nureyev y también en Lord Byron, hay una especie de maravillosa irreverencia en la forma en que todos ellos llevan la ropa. ¡Oscar se prendió en todas, teníamos casi una caja de disfraces! Víctor usa sus prendas de todos los días para construir a la criatura en el laboratorio porque habita la indumentaria de manera natural, es literalmente el personaje, un auténtico rockstar. Jacob y Oscar bancaron cada una de nuestras fantasías, no le temen a nada.
at Marcela Soberano
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