A esta altura, Jenna Ortega ya no solo interpreta a Merlina Addams, la protagonista de la exitosa serie de Netflix, sino que se convirtió en su embajadora estética. Durante la gira de prensa y estrenos globales de la segunda temporada, la actriz impuso una seguidilla de looks conceptuales que redefinen lo gótico como un lenguaje de moda contemporáneo, con guiños teatrales, sensualidad contenida y una sobriedad que grita poder.
Desde París hasta Nueva York, cada aparición pública fue una declaración de estilo: Jenna Ortega no se disfraza de Merlina, reinterpreta el personaje desde la alta moda.
En París: corsetería romántica y un crucifijo como statement
Uno de los estilismos más comentados fue el de la premiere en París: un vestido entre lo victoriano y lo transparente, con estructura de corset, volados simétricos y un cinturón que recorta la silueta. El detalle clave: un crucifijo gótico que transforma el outfit en un relato visual. La textura tenue en rosa empolvado dialoga con la oscuridad del maquillaje y el pelo suelto, logrando un equilibrio perfecto entre lo místico y lo carnal.

En Londres: cuero, volumen y tensión visual
Jenna eligió un conjunto de dos piezas en total black: top bandeau minimalista con mangas y guantes oversize en cuero, creando una figura fuerte, casi de superheroína. La silueta dramática se completa con una falda lápiz ajustada, maquillaje cargado y mirada intensa. Es una imagen que transmite control, con un guiño a la moda deconstruida y los materiales nobles.

En Nueva York: sastrería con actitud punk y rosas como firma
Con un traje gris de corte masculino, plataformas altísimas y rosas rojas en mano, Jenna Ortega mostró su versión más punk-romántica. El gesto de inclinarse con las flores en una escalera urbana compone una postal casi cinematográfica. El traje tiene textura, peso, detalles de encaje en los puños y un dejo de rebeldía elegante.

En Los Ángeles: transparencias reptilianas y silueta de sirena
El look más enigmático lo lució en Los Ángeles: un vestido ajustado al cuerpo, color hueso, con textura de piel de serpiente y acabado translúcido. La prenda parece haber sido tallada sobre su cuerpo. El maquillaje —labios oscuros y cejas desdibujadas— completa la imagen de una Merlina elevada a deidad fashion. Casi sin accesorios, el vestido se lleva toda la atención.

Jenna Ortega, ícono de la nueva elegancia gótica
Cada uno de sus looks plantea una tesis visual: la estética dark no es solo negra, ni necesariamente rígida. Puede ser suave, poética, poderosa, romántica, pero siempre cargada de intención. Ortega se consolida como un ícono de estilo que usa la moda como narrativa, sin caer en la repetición ni en la caricatura. Cada alfombra roja es una oportunidad de contar algo más allá del personaje.
at redacción Marie Claire
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