En un día marcado por la tristeza y la nostalgia, la comunidad LGBTIQ+ se despide de una de sus figuras más destacadas, Magalí Diana Muñiz, quien falleció este lunes 19 de febrero, justo en el día de su 60 cumpleaños. Reconocida activista y sobreviviente de la última dictadura, Maga dejó un legado imborrable en la lucha por la memoria y los derechos de la diversidad.
"Es un día muy triste. Magalí Muñiz era parte fundamental del AMT. Su trabajo, legado y su maravillosa personalidad quedarán siempre en el corazón de toda la comunidad", posteó la organización que dirige María Belén Correa y que Muñiz integraba desde 2017 como una de sus caras más visibles.
Desde su rol como parte fundamental del Archivo de la Memoria Trans (AMT), Magalí Muñiz dedicó su vida a la defensa de los derechos humanos y la visibilización de las personas trans. Su trabajo incansable y su maravillosa personalidad dejarán una huella imborrable en el corazón de toda la comunidad.
"Ella entró cuando se hizo más conocido el AMT y nos empezaron a reconocer dentro del ámbito de la memoria, fotografía y los museos. Y por eso cuando lo conocen, lo conocen como Magalí dentro", confesó Belen Correa, la actual presidenta de la asociación.
"Ella era la referente cuando se necesitaba el testimonio presencial de alguien del AMT, porque era una sobreviviente de la violencia policial en la Panamericana, de la dictadura, del exilio en Neuquén y Chile. Con el tiempo vuelve para Buenos Aires, después de una agresión muy fuerte, cuando la llegaron a dar por muerta y que le dejó marcas en la cara", agregó Correa.
"Era una persona con muchas ganas de vivir, los últimos posteos son de sus amigas en carnavales, quizás pensando que le gustaría estar allí", dijo Correa a Telám.
Una lucha que se enfrentó a los militares y la convirtió en una prócer de la comunidad trans
Nacida el 19 de febrero de 1964 en Tigre, provincia de Buenos Aires, Magalí atravesó momentos difíciles durante la dictadura cívico-militar, llegando a estar detenida en el Centro Clandestino de Detención Comisaría 1°. Sin embargo, su lucha no se detuvo allí. Emigró, enfrentó la adversidad y se convirtió en una voz incansable por la justicia y la igualdad.
Tras el retorno de la democracia, las condiciones no experimentaron una mejora significativa para las personas trans, ya que los decretos policiales que criminalizaban su identidad y la prostitución callejera seguían en vigor. Esto llevó a Magalí a tomar la decisión de emigrar a Neuquén en 1988.
"En 1989, se vio obligada a exiliarse nuevamente, esta vez a Chile, debido a la incertidumbre política en nuestro país, con el presidente Alfonsín entregando el mando antes de tiempo y los rumores sobre un posible retorno de la dictadura", señalaron desde el AMT.
En la década de los '90, Magalí regresó a Neuquén, donde residió durante tres décadas y se involucró en un activismo intenso. Llegó a ocupar la presidencia de la "Asociación Conciencia Vihda", que se dedica a la defensa de los derechos de las personas seropositivas.
En los últimos años, Maga se desempeñó con entusiasmo en el AMT, contribuyendo al reconocimiento y la valoración de la memoria trans. Su compromiso y su valentía para desafiar la norma fueron ejemplos inspiradores para todas las personas que luchan por un mundo más justo e inclusivo.
"Al Estado le exijo una reparación por todo el daño, pero no va a cubrir el daño que me hicieron que no se va a reparar nunca, y menos con dinero, porque yo viví presa la mitad de mi vida, pasé un montón de cosas que no tendría que haber pasado", había dicho en una entrevista para el AMT en 2022, con motivo de un nuevo aniversario del 24 de marzo de 1976.
"Yo era muy inteligente de chica, quería estudiar pero tuve que elegir entre ser trans y estudiar porque las dos cosas no eran compatibles, así que todo eso me lo deben. Yo fui trabajadora sexual porque no tenía oportunidad de ser otra cosa, y si viví todas las cosas que viví en la vida es responsabilidad del Estado por no darme derechos, un nombre, una identidad. No van a poder reparar nada del daño que nos han hecho pero por lo menos vamos a poder tener una vejez digna", dijo.
Hoy, mientras la comunidad despide a una gran líder, recordamos su legado y renovamos nuestro compromiso con la causa que tanto amaba. Magalí Muñiz seguirá siendo un faro de esperanza y un símbolo de resistencia para las generaciones futuras. Que su memoria nos guíe en nuestro camino hacia un mundo donde todas las personas sean libres de ser quienes son.
JCCL
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