El trabajo de Boleslaw Senderowicz: el fotógrafo clave de la modernidad y la moda argentina

Buenos Aires, década del 50. Una ciudad que se vestía de modernidad y soñaba con ser escenario. Entre luces, sombras y estructuras industriales, un fotógrafo veía más allá del registro: imaginaba ficciones. Boleslaw Senderowicz convirtió las canchas de fútbol en pasarelas, y al Kavanagh, el Barolo o la calle Corrientes en su propio set cinematográfico. Y muchas de esas fotos hoy pueden verse en la Sara Facio del Centro Cultural San Martín. 

Nacido en Polonia y criado en Buenos Aires, se consolidó entre los años 50 y 80 como uno de los grandes nombres de la fotografía argentina. Sus producciones para la revista Claudia y sus campañas publicitarias —que iban desde jabones y cigarrillos hasta electrodomésticos— definieron una estética moderna y sofisticada, capaz de elevar la fotografía comercial al terreno del arte.

 

 

Desde sus inicios en el Teatro del Pueblo, entendió que una imagen podía ser también una escena. En pleno auge del prêt-à-porter, sus modelos no solo posaban: actuaban el glamour de la época en contextos inesperados. Fábricas, turbinas, playas o monumentos industriales se convirtieron en el fondo perfecto para un juego de contrastes entre lo real y lo soñado.

Esa tensión entre ficción y realidad marcó su estilo publicitario y artístico. A través de fotomontajes, luces artificiales y manipulaciones en laboratorio, Senderowicz exploró los límites del dispositivo fotográfico y formó parte de La Carpeta de los Diez, el grupo que junto a Annemarie Heinrich y otros referentes impulsó una nueva mirada sobre la fotografía argentina.

 

 

Hoy, a 35 años de su retrospectiva en la Fotogalería, su obra vuelve a escena con la muestra “Soñarse modernos”. Un recorrido que invita a mirar hacia atrás, no desde la nostalgia, sino desde la curiosidad por una modernidad que sigue interrogándonos: ¿qué significa ser modernos hoy, en tiempos de pantallas, filtros y fugacidad visual?

 

 

Las imágenes de Senderowicz conservan esa fuerza intacta. Nos recuerdan que cada encuadre es una forma de contar el presente y que, al final, soñar la modernidad también fue una manera de imaginar el futuro.

at Sol Cardozo.