La piel es el órgano más grande del cuerpo y está siempre expuesta a los factores externos, por eso hay que protegerla. Sabemos que la contaminación o los cambios bruscos de temperaturas deterioran nuestra piel, pero hay muchos otros más en los que jamás habíamos pensado que provocan alteraciones como la rosácea o la dermatitis atópica.
¿Qué factores deterioran la piel?
La pantalla del celular
Es un factor muy nocivo para la piel, principalmente por toda la suciedad que se almacena todos los días en la pantalla, siempre tenemos el celu en la mano y no nos las lavamos después de usarlo, por lo que las bacterias van saltando de una zona de nuestra piel a otra, en la cara, en las orejas, en las manos sin parar.
También daña la piel la luz azul que proyectan estos dispositivos, esta luz activa unas enzimas llamadas metaloproteinasas, que destruyen el colágeno dérmico, la cual es la proteína que da turgencia y tensión a la piel. Además provoca muchos efectos de estrés oxidativo, lo que lleva al envejecimiento.
Los viajes en avión
Las cabinas de los aviones se caracterizan por su sequedad, la falta de humedad genera deshidratación de la piel. También los aires acondicionados y los cambios de presión de los aviones dañan la piel favoreciendo la aparición de rosácea y acné.
Las almohadas
Los textiles de la ropa de cama acumulan muchísimas bacterias, absorben grasa, células muertas y los microorganismos de la piel y el pelo. Por lo que pueden provocar irritaciones en la piel o la aparición de acné ya que las usamos todos los días. Es esencial tomar medidas de higiene y lavar la ropa de la cama 2 veces a la semana. Como plus te recomendamos también que uses una almohada de seda.
La contaminación urbana
El humo de los autos y el polvo acumulado provocan envejecimiento cutáneo porque reducen los niveles de la vitamina C y E y de los antioxidantes. También provocan la disminución de oxígeno en la piel, lo que termina alterando la barrera cutánea, genera una piel deshidratada y la aparición de manchas.
El frío provoca sequedad, descamación, tirantez y aparición de rojeces en la piel. Además los cambios de temperatura rompen el equilibrio hídrico de la barrera cutánea y la escasez de oxígeno y nutrientes aumentan la sensibilidad.
ML
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