Thursday 18 de December de 2025

BELLEZA | 12-11-2025 13:02

Self-care o performance: el lado oculto de la rutina perfecta

De los rituales de bienestar al mandato del “self-care perfecto”, la tendencia de romantizar la rutina cotidiana se vuelve espejo de una generación que busca equilibrio, pero vive midiendo cada paso. ¿Cuidarse o rendir culto a una nueva forma de presión?

En TikTok e Instagram, miles de videos repiten una misma premisa: hacer de lo cotidiano algo digno de admirar. Desde encender una vela hasta entrenar al amanecer, la tendencia de “romantizar la mañana” invita a transformar los hábitos comunes en rituales de bienestar. Entre playlists suaves, desayunos saludables y momentos de silencio, esta nueva narrativa redefine el modo en que entendemos el autocuidado.

Lo que comenzó como un gesto de autocuidado se convirtió en un fenómeno aspiracional que divide opiniones. Para algunas, levantarse temprano, entrenar y preparar un desayuno saludable representa una manera de reconectar con una misma; para otras, es una nueva forma de presión disfrazada de bienestar. La línea que separa la inspiración de la exigencia es cada vez más delgada, y abre el debate sobre qué tan saludable puede ser una tendencia que, en su búsqueda de equilibrio, también impone un ideal de perfección.

 

Self care

 

El self-care —ese concepto que alguna vez significó escucharse, descansar y priorizar el bienestar emocional— parece haber mutado en una lista interminable de tareas que cumplir antes de las nueve de la mañana. Meditar, hidratarse, entrenar, desayunar “limpio” y mantener una casa ordenada se presentan como mandamientos del bienestar moderno. Lo que en principio era una práctica de autocuidado, en muchos casos terminó siendo una rutina medible, compartible y, sobre todo, visible.

En la era de los videos perfectamente editados, el bienestar se volvió una especie de performance. Cada rutina matutina, cada taza de matcha o clase de pilates, se convierte en contenido pensado para inspirar, pero también para acumular vistas. El problema aparece cuando el descanso deja de ser un acto íntimo y pasa a medirse en likes. Entre filtros, velas y frases motivacionales, muchas veces el self-care pierde su sentido original y se transforma en una nueva exigencia: mostrarse feliz, serena y productiva, incluso cuando no se está.

Self care

 

Muchas jóvenes comenzaron leyendo libros o viendo videos para convertirse en “that girl”, convencidas de que adoptar ciertos hábitos las ayudaría a cuidarse mejor. Sin embargo, con el tiempo, el concepto se fue distorsionando. Lo que nació como una invitación a construir rutinas saludables terminó transformándose en una secuencia rígida de actividades, productos y ejercicios que parecen responder más a una tendencia que a una necesidad real. En redes, algunas de estas prácticas se muestran como esenciales, incluso cuando su uso excesivo o inadecuado puede acercarse a lo peligroso.

 

Self care

 

Quizás el verdadero debate esté en reconocer hasta qué punto lo que consideramos “saludable” responde a nuestras propias necesidades o a los mandatos visuales que circulan en redes. Cuando el bienestar se mide por la estética del contenido o por cumplir con una rutina que otros dictan, se pierde la autonomía y, con ella, el sentido del autocuidado. Tal vez sea momento de replantear si realmente buscamos sentirnos bien o simplemente encajar en la versión más aspiracional y muchas veces inalcanzable de nosotros mismos.

 

at Sol Cardozo.

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