En tiempos en que la crisis climática deja de ser una amenaza abstracta para convertirse en una realidad cotidiana, Natura decidió redoblar la apuesta. La empresa de cosméticos presentó su Visión 2025-2050, un plan que busca algo más ambicioso que la sustentabilidad: convertirse en un negocio regenerativo.
“Regeneración es brindar más capacidades a las personas y al ambiente para generar prosperidad”, explica Paola Nimo, gerenta de Sustentabilidad de Natura Argentina. “Cuidar es pensar solo en el presente. Regenerar implica sanar y generar capacidades donde ya no había, porque mucho de lo que necesitamos ya ha sido degradado para el planeta y para las comunidades”.
Más allá de “no dañar”
El plan 2050 propone superar la lógica de mitigar daños para transformarse en un sistema capaz de alimentar de manera continua a la naturaleza, a las comunidades y a las personas. El objetivo es que cada aspecto del negocio genere impacto positivo medible en cuatro dimensiones: natural, social, humano y productivo.
En la práctica, esto significa metas concretas: lograr cero emisiones netas de carbono en su cadena de valor hacia 2050; asegurar que el 100% de sus envases sean reciclables, reutilizables o compostables en 2030; y que todos los plásticos de su portafolio provengan de fuentes renovables y compostables en 2050.
“Nuestra ambición es que la acción de la empresa genere impacto positivo y alimente las relaciones entre las personas y la naturaleza”, resume Nimo.
La sustentabilidad de Natura no se queda en los grandes objetivos: atraviesa también la experiencia cotidiana de sus productos. “Los productos son nuestro vehículo para comunicar —explica Nimo—, pero también son la forma de demostrar que tomar mejores elecciones con el planeta y con las personas es posible”.
Los repuestos, implementados ya en 1983, permiten evitar el descarte de más de 2500 toneladas de residuos por año, además de la generación de 5000 toneladas de gases de efecto invernadero. A esto se suman envases con materiales reciclados y reciclables en el 84% del portafolio, y fórmulas que incorporan 46 ingredientes de la sociobiodiversidad amazónica. La apuesta está en la bioinnovación: jabones y cremas concentradas que reducen el consumo de agua y materiales desechables.
“Con solo comprar un producto, las personas están contribuyendo a conservar la selva amazónica en pie y a garantizar comercio justo con las comunidades”, sostiene Nimo. “También habilitan que otras personas puedan generar su propio emprendimiento. Eso es la regeneración ambiental y social”.
La Amazonía como laboratorio de futuro
En 25 años de trabajo en la Amazonía, Natura ya está conectada con 46 comunidades de sociobiodiversidad, beneficiando a más de 10 mil familias y preservando 2,2 millones de hectáreas de bosque. Este modelo se convirtió en un ejemplo de cómo los vínculos de cooperación generan beneficios económicos, sociales y ambientales en simultáneo.
La proyección hacia 2030 es proteger o regenerar 3 millones de hectáreas, incorporar al menos 55 bioingredientes amazónicos y asegurar cadenas de suministro 100% libres de deforestación.
Muchas veces, la sustentabilidad se asocia a sacrificios o restricciones. Natura propone lo contrario: que la belleza y el bienestar también sean regenerativos. “Nuestra esencia es el bien-estar-bien —dice Nimo—. Queremos que las personas disfruten de un perfume o de una crema, y que al mismo tiempo sepan que están haciendo un bien a su entorno al elegirlos”.
La marca entiende que la eco-ansiedad atraviesa sobre todo a los más jóvenes. Por eso, cada producto se presenta como un puente entre el placer individual y el impacto colectivo: una experiencia de conexión, autoexpresión y a la vez, de participación en un cambio necesario.
Medir para transformar
La apuesta regenerativa de Natura se apoya en una herramienta pionera: el Integrated Profit & Loss (IP&L), que monetiza los impactos financieros, ambientales, humanos y sociales. Según su primer informe, por cada real brasileño de ingresos, la compañía devuelve 2,5 reales a la sociedad. La meta es duplicar esa cifra para 2030.
El horizonte es claro: que toda la cadena de valor de Natura se base en prácticas regenerativas, que sus consultoras de belleza accedan a ingresos dignos, que sus colaboradores reflejen la diversidad de la sociedad y que cada producto sea sinónimo de impacto positivo.
“La regeneración es necesariamente colectiva y con otros”, concluye Nimo. “Nuestra visión no es solo la de una empresa de cosmética, sino la de un modelo de negocio que demuestra que es posible prosperar cuidando la vida en todas sus formas”.
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