Cuidados intensivos: así se recupera el pelo después del invierno

Durante los meses más fríos del año, no solo la piel sufre los efectos del clima: el cabello también puede resentirse. El invierno trae no solo temperaturas bajas, sino también más uso de secadores o planchitas, ambientes cerrados con calefacción extrema y, todo junto, resequedad del cuero cabelludo, más frizz y menos brillo. Si a eso le sumamos factores internos como una mala alimentación, estrés o desbalances hormonales, el resultado puede traducirse en un pelo opaco, quebradizo o con mayor caída de lo habitual.

Pero no todo está perdido: con los cuidados adecuados, es posible mantener un cabello sano, fuerte y brillante aún cuando el termómetro indica marcas bajo cero. En esta nota, especialistas en tricología y dermatología comparten sus recomendaciones para proteger la salud capilar durante esta temporada.

 

Enemigos silenciosos

“Dependiendo de los cambios de temperatura y según la temporada, el pelo tiene un aspecto y tacto diferentes”, explica Julieta Expósito, directora técnica de Hairssime. “En invierno, suele estar más seco y apagado. A factores climáticos como el frío o la humedad hay que sumar el mayor uso del secador y la planchita y  la sequedad de la calefacción a pleno”, agrega.

Para contrarrestar estos efectos, Expósito recomienda una rutina de hidratación intensiva, sumando el uso de champúes específicos y mascarillas una o dos veces por semana. Además, recuerda que es importante cortar las puntas regularmente para prevenir que se abran; evitar las temperaturas máximas al secarlo o alisarlo y lavarlo con agua tibia, no caliente, para no resecar aún más el cuero cabelludo.

Otro factor que puede pesar negativamente en lo que a la salud capilar se refiere es la caída. Aunque es habitual asociarla al otoño, lo cierto es que en invierno también puede observarse una pérdida notable. La Dra. Cecilia Navarro Tuculet, tricóloga y asesora de Ducray, explica que la caída estacional del cabello tiene su pico en otoño, pero es fundamental continuar cuidándolo en invierno, lo que ayudará a fortalecerlo para la primavera.

Está comprobado que somos un todo, que las energías fluyen, y es fundamental cuidar de manera integral nuestro organismo

Este tipo de caída está relacionada con el ciclo natural del pelo. “Entre 70 y 100 cabellos al día se considera normal. Es un llamado de atención si esta pérdida se mantiene más de tres meses o si se evidencian zonas raleadas del cuero cabelludo”, indica la especialista.

Frente a este cuadro, no hay que alarmarse, pero sí actuar. Una de las primeras medidas es mantener una higiene capilar adecuada. “Contrario a lo que se cree, cuando hay caída de cabello, es recomendable lavarlo con frecuencia, siempre utilizando productos adecuados para el tipo de cuero cabelludo”, subraya Tuculet.

Por su parte, la Dra. Cristina Pascutto, asesora de Klorane Argentina, señala que además de la caída natural o estacional, hay otros tipos de alopecia provocados por malos hábitos o tratamientos agresivos. “El maltrato diario como el cepillado intensivo, el uso habitual de planchita o secador, o agresiones químicas como alisados o tinturas, pueden generar una pérdida excesiva y brusca del cabello acompañada de fragilidad y resquebrajamiento del tallo piloso”.

Una de sus recomendaciones es evitar las tinturas con amoníaco si ya hay signos de caída o debilitamiento, para no dañar aún más la fibra capilar. En cambio, propone usar champúes y lociones específicas, que contrarresten el funcionamiento anormal del pelo.

 

Calor, con moderación

Como ya se mencionó en varias oportunidades, secadores, bucleras y planchitas pueden ser aliados del estilismo pero también representan una amenaza para la fibra capilar si se usan en exceso o incorrectamente. La Dra. Vanina Gegdyszman, dermatóloga tricóloga de Vichy, advierte que “el daño por calor no pasa solo porque utilices planchita una vez, sino por cuánto, cómo y con qué frecuencia lo hacés”. Y recomienda: 

•  Utilizar protector térmico siempre, incluso si solo usás el secador.

• La planchita, siempre sobre el cabello seco, no mojado.

• Elegir temperatura media, evitando el calor extremo.

• Limitar el uso de estos dispositivos para ocasiones especiales.

“Porque el pelo dañado no se ‘cura’: se protege, se cuida y se previene”, enfatiza. También menciona los llamados bond builders, nuevos ingredientes como el ácido maleico o succínico, que, aunque no reparan mágicamente, ayudan a reforzar los enlaces internos del cabello dañado mejorando su resistencia. Su suman el extracto de quinina, la cafeína, el óleo de marula y los probióticos, que estimulan la acción del bulbo piloso para revitalizar el cabello desde la raíz, activando la microcirculación sanguínea de la zona, hidratándolo y aportando brillo.

Cuando las medidas preventivas no alcanzan, existen tratamientos médicos como el plasma rico en plaquetas (PRP), una técnica que utiliza la propia sangre del paciente para estimular el crecimiento. “Produce como beneficio una mayor densidad del pelo y el aumento del grosor del cabello existente”, explica la Dra. Cristina Sciales, médica cirujana, quien asegura que “la eficacia del PRP se encuentra en torno al 70% de los pacientes”.

 

Buscar el equilibrio

Si bien el mercado está lleno de tratamientos tópicos, ninguna fórmula será efectiva si no se acompaña de un estilo de vida saludable. Una buena alimentación rica en proteínas, frutas y verduras frescas, un sueño reparador y actividad física regular son la base del éxito de cualquier tratamiento.

En este punto coincide la Dra. Cristina Pascutto, quien sostiene que mantener una buena alimentación y beber agua para conseguir una adecuada hidratación también es importante para el cabello. “Está comprobado que somos un todo, que las energías fluyen, y es fundamental cuidar de manera integral nuestro organismo”, enfatiza.

Por su parte, la Lic. Valentina Martínez, nutricionista especializada en veganismo y vegetarianismo, remarca que una alimentación rica en proteínas, colágeno y con variedad de frutas y verduras es clave. Y recomienda fortalecer la dieta con complejos multivitamínicos, sobre todo en personas mayores de 60 años.

El descanso, además, cumple un rol crucial: dormir bien favorece los procesos de regeneración celular, lo que impacta directamente en el ciclo de crecimiento capilar.

El invierno no es solo una estación, es una oportunidad para escuchar a tu cuerpo, nutrirlo desde adentro y protegerlo desde afuera. Sumá el cuidado de tu cabello como parte de tu rutina beauty, te lo va a agradecer. 

 

at Carina Etchegaray