El invierno puede dañar tu piel, incluidas tus cutículas. El frío y la baja humedad pueden secarlas y agrietarlas. Dedicar unos minutos diarios a cuidarlas es esencial para mantenerlas saludables en la nueva temporada.
Hidratación: El paso crucial
Hidratar tus cutículas en invierno es esencial. Usa aceite de especializado con vitamina E, almendra o argán. Aplica unas gotas cada noche y masajea suavemente. Este hábito mejorará la circulación y mantendrá tus manos radiantes.
Evita productos agresivos
En invierno, evita productos que resequen la piel, como quitaesmaltes con acetona. Usa fórmulas suaves y guantes para proteger tus manos de químicos y detergentes.
La importancia de las manicuras
Realizar una manicura semanal contribuye a mantener las manos en buen estado y a prevenir problemas en las cutículas. Se recomienda retirar cuidadosamente los excesos de piel muerta y utilizar esmaltes con propiedades nutritivas. Es preferible empujar las cutículas suavemente en lugar de cortarlas.
Protección contra el frío
Finalmente, nunca subestimes el poder de unos buenos guantes de invierno. Úsalos siempre que salgas al exterior para evitar la exposición directa al viento y las bajas temperaturas. Además, acompaña este hábito con cremas de manos hidratantes para un cuidado completo que marcará la diferencia.
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