Hace largo tiempo que concentrarnos en nuestro cuerpo y alma es una tendencia que gana terreno, pero la pandemia, como tantos otros proceso, lo aceleró. Hoy en día es vital más que nunca sentirnos bien con nosotros mismos, regular nuestra ansiedad y miedo y tener el cuerpo y el alma en equilibrio. De esto se trata el concepto del nuevo wellness.
Alimentación: el pilar
La cuestión ya no se dirime entre comer sano -que dista mucho de ingerir alimentos desabridos, simples y sin sabor- o elegir aquellos que no genera un placer inmediato pero carece de 3 un valor nutricional de calidad, y por el contrario, llena nuestro organismo de toxinas y desajustan el normal funcionamiento metabólico. La verdadera herramienta es entender el enorme poder desintoxicante que tenemos al alcance de la mano mediante ciertos alimentos, una justa medida y hábitos beneficiosos a la hora de comer.
A diferencia de las dietas extremas de moda, o los interminables días de brebajes “mágicos” a base de polvos para desinflamar el estómago, conquistar un vientre plano y liberarnos de los kilos de más en tiempo récord -todas ellas, prácticas peligrosas para la salud, dañinas a nivel físico y estresantes mentalmente-, las nuevas corrientes en nutrición promueven un estilo de vida saludable, con hábitos de cuidado genuinos que puedan sostenerse a lo largo del tiempo para evitar rebotes de peso y enfermedades. Tal como dijo alguna vez Ludwig Feuerbach (1872) antropólogo, humanista y filósofo alemán “somos lo que comemos”, por ende aquello que ingerimos y bebemos tiene connotación en todo nuestro organismo y, obviamente, también en nuestra piel, pelo y uñas. Por lo tanto, la belleza está muy ligada a cómo nos alimentamos.
“Si sentís hinchazón, dormís mal, tenés dolor de cabeza frecuente, insomnio, tus intestinos no están trabajando correctamente, sufrís de estreñimiento, gases, manifestaciones en la piel, decaimiento, falta de energía, fatiga, mucosidad, entre otros, entendé que éstos son indicadores de que tu sangre está intoxicada y tus órganos y células colapsados. Estos son mensajes que te está dando tu organismo, los cuales debés escuchar para solucionar”, alerta Silvina Premmurti, cocinera especializada en ayurveda, alimentación viva (raw food), alimentación keto (basada en el microbioma), macrobiótica fermentista y certificada en PNL (programación neurolingüística),orientada a la alimentación.
Y justamente una buena forma de poner un freno es mediante un proceso de desintoxicación. “Se trata, ni más ni menos, que de un descanso digestivo. Lo que el cuerpo necesita regularmente para poder llevar a cabo sus tareas de limpieza y óptima gestión de deshechos y toxinas”, explica. Si bien se puede hacer un plan detox de un día, bebiendo jugos verdes (manzana verde, pepino, perejil, apio, espinaca, espárragos, kiwi: su clorofila ayuda al organismo a deshacerse de toxinas), o ingiriendo sólo frutas y verduras crudas, Permmurti aconseja que lo ideal es el ayuno intermitente, que además “no requiere de mucho esfuerzo, ya que la idea es hacer que el cuerpo descanse de metabolizar el alimento para poder desintoxicarse, entonces lo ideal es ingerir una cena temprana, tipo 21 horas y alargar lo máximo posible la primera ingesta del otro día, por ejemplo sería perfecto hacerla a las 14 horas. Entre tanto, se aconseja ingerir agua, infusiones, o caldo filtrado”.
Justamente este ayuno nocturno colabora en la eliminación de deshechos metabólicos como células muertas, bacterias, moco intestinal o restos de comida. Además equilibra las funciones metabólica, disminuye la inflamación, compensa la presiónarterial, mejora la resistencia a la insulina y optimiza el funcionamiento de los intestinos. Otros de los principales beneficios de esta práctica détox es que en el ayuno, al dejar de ingerir alimentos, se prescinde de la energía necesaria para metabolizar los alimentos, por lo que utilizamos ese mismo excedente energético en procesos de depuración y limpieza.
“En nuestro metabolismo constantemente se generan toxinas como la urea al metabolizar proteínas, también ingerimos pesticidas, aditivos, grasas trans, parabenos, sumado a lo que absorbemos por la piel, la contaminación ambiental que nos ingresa por vía respiratoria, y lo que se suma de toxicidad con el estrés y las emociones intensas o descontroladas que no podemos manejar”, describe la especialista. Y asegura que con este ayuno intermitente se logra potenciar la capacidad de trabajo de los órganos de protección, se limpia la matriz extracelular, que es el entorno inmediato de la célula, que debe estar en impecable estado para no alterar el funcionamiento de la misma, se mejora el estado anímico y se aclara el pensamiento, se potencia y aumenta la energía, y se producen dos procesos sanadores a nivel orgánico: autofagia y cetosis.
at Laura Lagormarsino
Accedé a los beneficios para suscriptores
- Contenidos exclusivos
- Sorteos
- Descuentos en publicaciones
- Participación en los eventos organizados por Editorial Perfil.
Comentarios