La reina Isabel tiene al enemigo en casa y es que su marido, el duque de Edimburgo, se niega a sus deseos de celebrar por todo lo alto su llegada a los 100 años de vida. El consorte no quiere oír hablar de cumpleaños y es que piensa que no hay nada que celebrar. Se ha creado un gran conflicto en el que la soberana tiene todas las de ganar, aunque su esposo va a plantar batalla hasta el final para hacer oír sus deseos, después de todo sería el gran protagonista del gran acontecimiento.
Será el próximo 10 de junio cuando el príncipe Felipe llegue al siglo de vida y pueda soplar las velas. Son pocos los que pueden presumir de llegar a una fecha tan redonda y significativa, por lo que Isabel II quiere tirar la casa por la ventana como ya ocurrió en el caso de su madre, la reina madre, que falleció con 102 años. Para conmemorar su aniversario, aquel 19 de julio de 2000, el Reino Unido se engalanó. Fueron varios los actos que se organizaron para rendirle homenaje y entre ellos se realizó una gran tarta de atrezzo de la que surgieron treinta niños vestidos de torta. Fueron los pequeños los encargados de repartir el pastel entre los veinte mil espectadores que no quisieron perderse el espectáculo de camellos, toros, bailarines….
El coronavirus, el confinamiento y la actual situación sanitaria por la que pasa el país hace que el duque de Edimburgo no quiera fiestas y celebraciones, según asegura el diario The Telegraph. Tanto la reina Isabel II como su marido se encuentran confinados en el castillo de Windsor, donde están pasando la Navidad. Este año no han viajado como en los anteriores hasta su palacio de Sandringham. Lo peor de todo ha sido el tener que permanecer separados de sus hijos y nietos, pues son unas fiestas familiares en las que les gusta reunirse y disfrutar de unos días todos juntos. Todavía quedan seis meses para el cumpleaños y en este tiempo son muchas las cosas que pueden cambiar. Seguro que la Reina y su marido hablarán del tema y llegarán a un acuerdo satisfactorio para las dos partes, aunque si no es así, siempre quedan las fiestas sorpresa.
Fuente: Marie Claire España
at Redacción Marie Claire
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