La moda refleja la historia de nuestra sociedad y relata la evolución de los comportamientos humanos. Las tendencias se generan en un contexto específico y es inevitable que estas no se vean tentadas, hoy en día, por la era digital, que por supuesto ha tenido especial importancia en las épocas de confinamiento que corren.
La tecnología ha cobrado un papel crucial en la moda, no sólo en su desarrollo, sino a la hora de inspirar a diseñadores que buscan materiales "diferentes" para representar la época 2.0. Un lenguaje que se apropiaron para darle vida a "las tendencias del mañana".
A nivel internacional, firmas como Rick Owens, ACNE Studios o Margiela ya han afianzado en sus pasarelas la "revolución digital", que en su vorágine de cambio constante invita a sus "usuarios" a seguir siendo parte de esta especie de "Matrix" por más colorida y audaz.
Los materiales iridiscentes, siluetas volumétricas, texturas reflectantes y las paletas holográficos, se repiten colección tras colección y no son más que una "fiel representación" de las plataformas digitales de las que tanto hacemos uso a diario.
En Argentina, Jessica Trosman y Martín Churba fueron pioneros a la hora de la experimentación textil. Dos maestros de las creaciones audaces y avanzados en su tiempo. En los 90s con TrosmanChurba y más tarde, al gestar JT -actualmente en manos de Patricio Bayá y Paula Neira Bayá, los cofundadores de la marca- y Tramando, respectivamente.
Asimismo, es a destacar el desembarco de Vanesa Krongold, ya que decodificó a la perfección este mundo evolucionado que en su caso mezcla un poco del Kitsch y la sobrecarga de información del universo digital. Y no sólo en apariencias, sino que a la hora de construir la ropa también: incorporó a su trabajo la técnica del "wholegarment", de origen japonés, que permite tejer prendas completas a partir de diseños digitales en 3D.
Jochi y Bendeyan, son otras de las firmas locales a las que no hay que perderles el rastro. Con su impronta avantgarde proponen un mix de materiales, que dan como resultado un todo que convive a la perfección. Asimismo, logran crear piezas atemporales pero que no dejan de tener un ADN propio y muy distintivo.
Pero, ¿cómo se llevan este tipo de prendas sin caer en el "caos visual"? A continuación cuatro claves fundamentales para no morir en el intento.
Combinarlos con colores oscuros: un outfit total black con acentos holográficos harán que hasta el más tímido de esta trend, se anime a usarlo.
Accesorios: La clave está en sumar algún detalle o ítem que acompañe, pero que no sea la estrella ni lo más llamativo del look.
Evitar el exceso de brillo: no caer en la mezcla de tonos es primordial para que funcione el conjunto en su totalidad. Hay que decirle "NO a lo recargado".
Make up: El maquillaje también se ha sumado a esta tendencia y es la excusa perfecta para arriesgarse a salir de la clásica paleta de colores tierra. Dentro de la gama de tornasolados que ofrecen diferentes pigmentos, es esencial elegir aquellos tonos que al aplicarlos en el párpado móvil den profundidad y luz al ojo.
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