El layering, o técnica de moda de vestirse con capas, se ha convertido en uno de los recursos más audaces y funcionales del placard. Mucho más que abrigarse, esta técnica permite jugar con volúmenes, texturas y contrastes para lograr looks con profundidad visual y una estética elevada.
PIEZAS BASES Y SUMAR OTRAS PRENDAS
El truco está en la proporción y la armonía, y comenzar con piezas ajustadas como base y sumar capas más sueltas crea un efecto escalonado favorecedor. Por ejemplo, una camisa blanca bajo un chaleco de punto y un trench oversize forma una tríada perfecta y sin esfuerzo.
JUEGO DE TEXTURAS Y COLOR
Las texturas también son aliadas clave, por ejemplo, combinar lana, cuero, algodón y denim en un mismo look puede añadir estilo sin caer en el exceso.
ACCESORIOS PARA ROMPER
Los accesorios también entran en juego, y en invierno las bufandas XXL, los cinturones estructurados o las carteras cruzadas ayudan a separar las capas y romper con una propuesta monocromática.
Definitivamente el invierno en el momento ideal del layering, sin embargo, esta técnica trasciende las estaciones, en primavera o verano un vestido lencero sobre una remera blanca y sandalias trendy, logran crear un outfit con capas muy sencillo.
Accedé a los beneficios para suscriptores
- Contenidos exclusivos
- Sorteos
- Descuentos en publicaciones
- Participación en los eventos organizados por Editorial Perfil.
Comentarios