Lara Bernasconi dejó huella en las pasarelas desde principios de los 2000, pero su camino la llevó más allá del modelaje. Durante la pandemia, dio vida a Rum Rum, una marca de ropa infantil inspirada en su hijo Iñaki, con la que busca ofrecer diseño, calidad y versatilidad para niños. Con un enfoque innovador y un fuerte compromiso social, su emprendimiento no solo viste a las nuevas generaciones, sino que también fomenta valores como la sustentabilidad y la inclusión.
-Lara, Rum Rum nació durante un contexto tan particular como la pandemia. ¿Cómo fue ese proceso creativo y qué desafíos enfrentaste al lanzar la marca en un momento tan incierto?
-LB: Fue un lindo proceso que nació en la pandemia y que pudimos disfrutar debido a que al estar tanto tiempo en casa, nos enfocamos en trabajar cada detalle. La marca fue lanzada en diciembre de 2021 y por experiencia preferimos ir muy despacio probando que era lo que el mercado buscaba. Nos dimos cuenta que faltaba una marca enfocada en prendas de diseño y versátiles para varones. Creo que siempre hay más para mujeres y hoy en día a muchos varones también les gusta la ropa. Además, por la pandemia se incrementó la venta por e-commerce, lo cual nos ayudó ya que empezamos sólo con la tienda online.
-Tu marca de ropa infantil, Rum Rum, está muy ligada a tu amor por la infancia. ¿Cómo se traduce tu conexión personal con tu hijo y tu familia en el diseño y filosofía de la marca?
-LB: La filosofía de la marca es estar cerca de los chicos. Cómo crecen muy rápido, nos gusta acompañar su crecimiento. Queremos que sean parte de la familia de Rum Rum, por eso somos la primera marca de ropa para chicos en Argentina en implementar “entregá tu usado” en la que cuando los chicos necesitan un talle más, tomamos como parte de pago el usado. Rum Rum refleja lo que son los varones de nuestra familia. Les gustan los autos, las motos, lo que tenga ruedas y motores. Somos una familia donde el diseño, la calidad, los materiales nobles y la simpleza están presentes.
-En tu camino como empresaria, ¿cómo logras equilibrar el éxito profesional con la vida familiar, y qué consejos darías para quienes buscan encontrar ese balance?
-LB: No me atrevería a dar consejos. Sí te puedo contar que en mis 47 años aprendí que la única manera para poder llevar ese balance en la vida es teniendo disciplina y siendo organizada.
-¿Cómo imaginas el futuro de Rum Rum? ¿Qué nuevos proyectos o desafíos estás planeando para la marca en los próximos años?
-LB: Me gustaría que siga creciendo. Actualmente estamos con distintas propuestas para desembarcar en nuevos mercados. Me gustaría que podamos llegar más al interior del país y también a países limítrofes. Estoy viviendo el día a día. Disfrutándolo y armando bien las bases para que sea una marca que perdure y mantenga su calidad.
-Tu rol como Madrina y Embajadora de la Fundación Banco de Alimentos de Tucumán es muy importante para vos. ¿Qué te motivó a involucrarte con esta causa y qué aprendiste/aprendes de tu experiencia allí?
-LB: Desde que tengo 8 años colaboro de diferentes maneras. Siempre me importó el prójimo. Soy muy sensible y me afecta si veo a alguien que no la pasa bien. No puedo mirar al costado si está a mi alcance poder hacer algo al respecto. Es muy importante porque nací en Tucumán, amo mis raíces, es un lugar donde aprendí y viví la importancia de disfrutar de las cosas simples de la vida, me crié rodeada de mucha naturaleza , deporte y buenos amigos. Tengo una familia muy unida y resiliente. Entonces mi forma de devolver eso es haciendo algo por los chiquitos y adultos mayores tucumanos. En Tucumán, como en todo el país, hay mucha pobreza, y cuando ves su vida y pensás en su futuro, indefectiblemente necesitás involucrarte. En mi caso, impulsamos la escuela de cocina dentro del Banco de Alimentos, que es un lindo proyecto que busca brindar herramientas culinarias a personas en situación de calle para que puedan tener salida laboral; también se les enseña sobre nutrición y sobre aprovechamiento de alimentos recuperados.
Sobre el funcionamiento de la escuela de cocina de la Fundación Banco de Alimentos de Tucumán, Lara Bernasconi explicó: “Es un espacio no solo para aprender y formarse, sino también de contención y pertenencia, con oportunidades laborales que nunca se imaginaron”. Destacó además que muchos exalumnos lograron insertarse en el mundo laboral y actualmente trabajan en hoteles y restaurantes.
Al reflexionar sobre su juventud y su inicio en el modelaje, Bernasconi admitió que le resultaría difícil aconsejar a su yo del pasado, ya que está contenta con todo lo que logró. Sin embargo, señaló que le advertiría sobre la importancia de tener cuidado con la gente: “Al ser del interior, en esa época no había redes sociales ni toda la tecnología que existe hoy para estar cerca de tu familia y la gente que te quiere de verdad. Muchas veces eso genera una carencia afectiva y hace que uno confíe o se acerque a personas que no siempre quieren el bien de uno”.
A pesar de sus logros, Lara Bernasconi aún tiene muchos sueños por cumplir. “Soy muy emprendedora, todo el tiempo se me ocurren cosas. Pero lo que más me gustaría es llegar a ser abuela de muchos nietos”, confesó.
Para quienes desean emprender proyectos con impacto social, aconsejó rodearse de personas serias y destacó la importancia de “tener paciencia, perseverancia, actitud y creatividad” para mantenerse enfocados en su propósito. Además, reflexionó sobre cómo el emprendimiento y su compromiso social la ayudaron a desarrollar resiliencia y adaptabilidad: “Me ayudó mucho a tener los pies sobre la tierra. Mi educación fue muy linda y mi experiencia de vida me enseñó a ser resiliente, fue una buena combinación”.
-Si pudieras dejar un legado a las futuras generaciones, ¿cuál sería el mensaje que te gustaría que recordaran de tu vida y tus proyectos?
-LB: Me gustaría que me recordarán como una persona de buen corazón. Con fortaleza y determinación por mis anhelos, y con estos propósitos de vida. Creo que la felicidad es una decisión, que la risa es necesaria para el día a día y poder mirar para adentro y mejorar las debilidades de uno te saca de la soberbia, que son nocivas para los vínculos. Para mí la clave es rodearse de tu familia, amigos y practicar algún deporte que te ayude a conectar con tu cuerpo.
Créditos: @curatoriadesign, @lamer, @etiquetanegra_m y fotos: @manigatto
Accedé a los beneficios para suscriptores
- Contenidos exclusivos
- Sorteos
- Descuentos en publicaciones
- Participación en los eventos organizados por Editorial Perfil.
Comentarios