Desde que tiene uso de razón, Loraine se acuerda de si misma como la niña que en vez de correr con sus amigos se sentaba a dibujar en su banco. Tras terminar la escuela secundaria e iniciar sus estudios artísticos en Chile, sufrió una crisis vocacional que la encontró viajando por Italia, donde no se esperaba vivenciar la semana de la moda que cambiaría el rumbo de su vida.
Movilizada por el sueño de ser parte de la industria, se anotó en la carrera de diseño de indumentaria en el Istituto Marangoni y alargó su estadía definitiva por los siguientes 5 años. En el 2015, volvió a su ciudad natal para lanzar la marca con su nombre y con una visión global de la moda se convirtió en una de las mejores diseñadoras latinoamericanas con un futuro prometedor a nivel internacional que la llevó a las pasarelas de Guatemala, Costa Rica, Estados Unidos y Francia.
-¿Como definirías a la moda?
-La moda es una forma de expresión maravillosa, donde podemos jugar y transformarnos constantemente. Me gusta pensar en mis prendas como esculturas liquidas que le otorgan a la mujer chilena la pizca de audacia que les faltaba para salir de lo convencional.
-¿Cómo fue el acercamiento al mercado latinoamericano después de tantos años afuera?
-Cuando volví no sabía nada dentro de la industria chilena, ni siquiera tenía claro dónde comprar los insumos o crear un taller. Afortunadamente no fue tan difícil, la marca se visibilizo rápido porque les gustó mucho a los estilistas, las famosas comenzaron a pedirme piezas para eventos o shootings y el negocio empezó a agarrar vuelo bastante rápido y de una manera muy inesperada.
-¿Por qué inesperada?
-Ni bien llegué con la idea de lo que quería hacer, la gente solo me decía “la chilena no se viste así” o “no lo hagas porque ese público no está aquí”; sin embargo, yo sentía que no estaba allí porque no había nadie que lo estuviera ofreciendo. Me mantuve fiel a esa intuición y la respuesta fue increíble.
-Resulta difícil crear una nueva identidad en un mercado tan saturado, ¿cómo te diferencias?
-La novedad en esta marca se encuentra en su estética tan cuidada como reconocible, a pesar de que todas las colecciones partieron de diferentes inspiraciones, mi marca tiene un lenguaje propio y una dirección de arte que propone ideas frescas en un momento donde considero que la gente necesita nutrirse de cosas que no haya visto antes.
“Mi marca tiene un lenguaje propio y una dirección de arte que propone ideas frescas en un momento donde considero que la gente necesita nutrirse de cosas que no haya visto antes”.
-¿Qué sentiste al mostrar tu primera colección de vuelta en tu país?
-Fue muy emocionante y es parte de una anécdota increíble. Para el lanzamiento hicimos un desfile al aire libre y yo pensaba “¿cómo hago para invitar a las personas a este evento?”. Me puse a escribir a todos los contactos que tenía en Facebook y les pedí que reenviaran el mensaje a 3 mujeres que ellos creyeran que les interesaría ver esto. El día del desfile llegaron más de 500 personas y hasta gente de prensa.
-Además, en ese primer mensaje no te presentaste, fue como una cita a ciegas
-Totalmente, tenía 23 años, y tampoco sabía nada de marketing. Fue inolvidable.
-¿Cómo se desarrolló la idea de internacionalizar la firma?
-Al inicio del 2020 me llegó una invitación para participar de un showroom durante la Semana de la Moda en París, el feedback que tuvimos fue muy positivo y luego todo se pausó con la pandemia. Poco a poco nos comenzaron a buscar referentes extranjeros nuevamente y así es como hoy estamos vendiendo en varios países de Latinoamérica, Estados Unidos y Europa.
-¿Dónde se crean las piezas?
-Todo es realizado “in house”. Tengo mi propio taller pequeño que funciona como laboratorio creativo, donde desarrollamos los prototipos y parte de la producción, además de contar con otros talleres extras que nos apoyan con las producciones de mayor caudal.
-Hablando de París, también fuiste a la Semana de la moda en Nueva York. ¿Como te sentís siendo la elegida para representar a Latinoamérica?
-Siento mucho honor de llevar como emblema a mi país; por esa misma razón intento hacerlo lo mejor posible, aunque también trae consigo una gran responsabilidad pero eso me motiva aún más.
-¿Qué sentimientos te invaden cuando llegan estas invitaciones?
-Siempre viene una mezcla de emociones y nervios, cada colección deja la vara un poco más alta, pero creo que ese es el motor de todo el equipo. Soy muy apasionada por mi trabajo y es algo que lo hago desde el placer. De todas formas, como buena creativa todo sucede bajo la locura de la presión, de ahí es donde salen las maravillas.
-¿Cuáles son tus proyecciones a futuro?
-Sueño con seguir creciendo y expandirme a nuevos mercados. Descubrirme aún más como diseñadora y conocer nuevas formas de llevar la sustentabilidad a un mercado tan comercial. Dejar un impacto positivo en este planeta es mi mayor objetivo como persona y mente creativa.
at Mélanie Read
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