El layering o superposición de prendas no solo es una tendencia imprescindible en el mundo de la moda, sino también una técnica que permite crear looks sofisticados y versátiles, adaptables a cualquier clima. Aunque puede parecer complicado al principio, dominar el layering es más fácil de lo que parece y puede transformar tu guardarropa de manera radical.
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Para empezar, es esencial entender las tres capas básicas del layering: la primera capa, la más cercana a la piel, debe ser ligera y transpirable. Optá por camisetas de algodón, blusas de seda o tops ajustados. La segunda capa es la que proporciona aislamiento, y aquí es donde entran en juego los suéteres de lana, cardigans o chalecos acolchados. Finalmente, la tercera capa es la que te protegerá del clima, por lo que los abrigos, chaquetas y trench coats son esenciales.
Una de las claves del layering exitoso es la combinación de diferentes texturas y volúmenes. Mezclar tejidos como lana, seda, algodón y cuero no solo añade profundidad a tu look, sino que también crea un interés visual único. Por ejemplo, una blusa de seda debajo de un suéter de lana y rematada con una chaqueta de cuero puede resultar en un conjunto estiloso y funcional. La sugerencia también es jugar con las proporciones: un suéter oversized combinado con pantalones ajustados o una falda lápiz evita un look desproporcionado y añade equilibrio al conjunto.
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El color es otro elemento crucial en el layering. Se recomienda trabajar con una paleta de colores coordinada para unificar las diferentes capas. Los tonos neutros son siempre una apuesta segura, pero animate a añadir un toque de color con una prenda llamativa para darle vida a tu atuendo. Los contrastes pueden aportar dinamismo y personalidad, así que experimentar con diferentes combinaciones de colores puede ser muy efectivo.
Los accesorios son fundamentales para completar cualquier look de layering. En invierno, el apoyo puede estar en bufandas, sombreros, guantes y cinturones no solo por su función práctica, sino también por su capacidad de añadir estilo y cohesión al conjunto. Un cinturón sobre un abrigo puede definir tu cintura y añadir un toque chic, mientras que una bufanda bien elegida puede aportar calidez y un extra de estilo.
Finalmente, la proporción juega un papel vital en el layering. Asegurate de equilibrar las prendas más voluminosas con otras más ajustadas. Un buen ejemplo es combinar un suéter oversized con unos jeans skinny o una falda ajustada, creando así un balance visual que evita que el look se vea demasiado cargado.
Dominar el arte del layering no solo te permite estar preparada para cualquier cambio climático, sino que también te ofrece una infinidad de opciones para experimentar y divertirte con tu estilo personal. Así que animate a mezclar, combinar y superponer tus prendas favoritas para crear looks únicos y sofisticados que te harán destacar en cualquier ocasión.
at redacción Marie Claire
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