Anabel Rúa, directora corporativa de Retail de Adolfo Domínguez, lidera la estrategia global de una marca que vuelve a pisar suelo argentino con la fuerza de sus valores fundacionales: sostenibilidad, sofisticación y diseño atemporal.

“Para mí fue un crecimiento exponencial”, dice Anabel Rúa al recordar su ingreso a Adolfo Domínguez en plena pandemia. Economista de formación, con experiencia en gigantes como Inditex y Parfois, hoy lidera desde Ourense la expansión internacional de la histórica firma gallega, presente en 24 países.
El desembarco reciente en Buenos Aires en Patio Bullrich marca una nueva etapa. “La marca ya había estado en Argentina en 1999, y ahora volvemos de la mano de un socio que ya opera con nosotros en Paraguay. Se dieron las condiciones: un local bien ubicado, un público sofisticado y una conexión estética real con el ADN de Adolfo”, explica.

La ejecutiva destaca que el cliente argentino “valora muchísimo el diseño, la creatividad, los buenos tejidos y patrones”. Esa sensibilidad se alinea con la propuesta de una marca que siempre evitó el consumo impulsivo para reivindicar el vestir con sentido. “Tenemos una camiseta básica, pero con una caída distinta. Eso se nota al ponérsela. Y ese tipo de experiencia es algo que el público argentino aprecia”, afirma.
Con casi 50 años de historia —los cumplirá en 2026—, Adolfo Domínguez es pionera en sustentaibilidad. “No es una moda impuesta, es parte de nuestro ADN”, afirma Rúa. La firma fue recientemente certificada como empresa B Corp, la primera marca de moda española en lograrlo. “Hoy más del 50% de nuestra colección es sostenible y seguimos trabajando para aumentar ese porcentaje”.

La expansión global sigue en marcha: en los últimos cinco meses, abrieron tiendas en cuatro mercados nuevos, incluido el Líbano. “La estrategia es clara: rentabilidad y sostenibilidad. Somos una empresa cotizada en bolsa y nuestros números muestran que estamos en buen camino”, detalla.
Sobre el cliente que buscan atraer, señala: “Tenemos que cuidar a nuestro cliente fiel, pero también trabajar para atraer al público joven. Nuestra estructura de colección contempla segmentos como los ‘cool kids’, que rejuvenecen íconos y esenciales sin perder la esencia”.
Al hablar del alma de la marca, Rúa destaca el método “Ágora”, una dinámica de trabajo impulsada por Tiziana Domínguez, hija de Adolfo, en la que todas las colecciones nacen de un mismo concepto creativo. “El hombre y la mujer Adolfo Domínguez buscan verse bien, sentirse bien. Y lo logran a través de prendas con alma, que duran en el tiempo y que transmiten felicidad”.
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