Lo primero que llega a la mente al pensar en Carolina Herrera es una impecable camisa blanca, su sello personal que solo los íconos de moda de su talla pueden darse el lujo de ser reconocidos por una sola prenda o característica, al igual que Karl Lagerfeld y el cuello alto de las camisas que solía llevar.
Desde su infancia fue retratada posando junto a caballos y disfrutando del extenso jardín en la casa de sus padres, llevando siempre diferentes camisas blancas. María Carolina Josefina Pacanins Niño nació el 8 de enero de 1939 en Caracas, Venezuela y a sus 30 años tomó el apellido de su segundo esposo, el aristócrata Reinaldo Herrera Guevara.
Su padre fue Guillermo Pacanins, un empresario de la aviación quien ocupó cargos públicos como ministro de asuntos exteriores y gobernador del estado de Caracas. Su madre y abuela visitaron París con frecuencia, y los diseños de Lanvin y Dior que llegaron a su casa le sirvieron de inspiración desde muy temprana edad. Tomó clases de costura y practicó al vestir a sus muñecas, pero las abandonó al no considerarse muy buena cociendo, y lo reemplazó por estimulantes lecturas que nutrieron el intelecto que su madre tanto le inculcó.
Se casó a los 18 años con Guillermo Behrens Tello, con quien tuvo dos hijas, y en contra de las normas sociales establecidas en la época, se separó tras 7 años. Más adelante contrajo matrimonio con Reinaldo Herrera Guevara con quien tuvo dos hijas más. Reinaldo llevó el título nobiliario Marqués de Torre Casa hasta 1992, lo cual relacionó a la familia con importantes figuras de la realeza, la política y el arte, con quienes Carolina incursionaría más adelante en la industria de la moda.
Carolina Herrera a sus 32 años figuró dentro de las listas de las mujeres mejor vestidas del mundo, y una década después se mudó a Nueva York junto a sus cuatro hijas y Reinaldo. Su esposo fue el editor de la revista Vanity Fair, y la participación en los selectos eventos de la alta costura y sociedad neoyorquina, les permitieron establecer estrechos vínculos con el artista Andy Warhol, quien realizó la icónica foto intervenida de Carolina, y con personalidades fuera de la Gran Manzana, como la princesa Margarita de Inglaterra.
Motivada por la francesa Diana Vreeland, experta en moda y editora de las revistas Harper’s Bazaar y Vogue en la ciudad de Nueva York, Carolina creó una colección propia y la presentó frente algunos amigos y expertos. Se trató de una exhibición de 20 piezas que exhubió en un departamento en Park Avenue. Meses después, gracias al éxito de la línea, abrió el primer Carolina Herrera sobre la Séptima Avenida de Nueva York.
En 1981 Carolina Herrera presentó oficialmente su primera colección en el Metropolitan Club de Nueva York, y miembros de su círculo, como Estee Lauder y Jaqueline Kennedy Onassis, empezaron a lucir sus prendas, dándole popularidad internacional. Carolina estuvo a cargo de la dirección creativa de la compañía durante 37 años, logrando posicionarse en los mercados prêt-à-porter, alta costura, vestidos de novias y fragancias.
Insignias
Las hombreras masculinas para siluetas femeninas, para Herrera siempre son una herramienta para definir la cintura, así como las mangas con volumen, los tules, las faldas tipo princesa y caídas con movimiento, siguen estando presentes en sus colecciones de alta costura. Los moños y encajes también han acompañado a lo largo de estas cuatro décadas la línea femenina y sutilmente sensual que caracteriza a la marca. Y por supuesto, las camisas blancas regresan cada año en las propuestas prêt-à-porter.
El mundo de las fragancias
Carolina Herrera lanzó la primera fragancia en 1988 con notas de jazmín inspirados en un árbol de su casa de la infancia. Para el segundo perfume 212, su hija Carolina Adriana empezó a formar parte del proyecto considerándolo inicialmente un trabajo de medio tiempo, mientras se recibía de sus estudios, pero que, para su sorpresa descubrió en el mundo de los aromas una pasión. Hoy bajo su dirección, intenta reflejar por medio de perfumes, botellas, procesos innovadores y orgánicos, la esencia y los valores de la firma. 33 años después la línea de beauty sigue siendo un éxito, al igual que su último lanzamiento Good Girl en todas sus versiones.
La era de Wes Gordon
El diseñador de moda de Chicago, Wes Gordon, está a cardo de la Dirección Creativa de Carolina Herrera desde el 2018. Inició su carrera como practicante de Oscar de la Renta y Tom Ford, y estudió en la escuela de arte Central Saint Martins en Londres. Tras tres años en frente de la línea de diseño, ha impuesto su sello con el uso de lentejuelas, géneros metalizados y propuestas más juveniles.
Cuarenta años después de fundar el imperio que lleva su nombre, Carolina Herrera es una de las latinoamericanas más influyentes del mundo gracias a sus diseños y fragancias que, en manos del director creativo Wes Gordon y su hija Carolina Adriana Herrera a cargo de la dirección creativa de la línea de belleza, mantienen la marca tan vigente como en 1981.
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