Cada vez son más las personas que se preocupan por su alimentación, que son conscientes de los numerosos problemas medioambientales, éticos o de salud que están relacionados con ella y que por ello deciden dejar de consumir productos animales.
Los beneficios que aporta a tu salud, la compasión por los animales y el deseo de que se termine su sufrimiento, la preocupación por el medioambiente o incluso las creencias religiosas y espirituales son solo algunos motivos legítimos por lo que se puede decidir dejar de comer carne y otros alimentos derivados de los animales.
Sin embargo, aunque existen muchas razones para hacerse vegetariano, también hay muchas dudas sobre este tipo de alimentación, sobre todo para quienes están empezando. Y es que la transición puede no ser un camino fácil.
Por ello, si estás pensando en hacerte vegetariana o vegana o bien estás dando tus primeros pasos en esta nueva alimentación, te damos algunos consejos para que te resulte más fácil:
Infórmate
Es más fácil que una dieta vegetariana tenga carencias de algunos nutrientes, así que te recomendamos que te informes bien -con tu médico, incluso, o con un dietista- para que sepas que puedes comer sin que tu salud se resienta.
Conoce a más gente como vos
Visitá webs y no tengas miedo de entrar en algún foro o comunidad de vegetarianos que están en tu misma situación. Al mismo tiempo, te recomendamos que visites restaurantes vegan-friendly, dónde podrás conocer a más personas que pueden motivarte y acompañarte en esta decisión. Además, descubrirás nuevos platos y recetas.
Dejá la carne poco a poco
Tu cuerpo debe adaptarse poco a poco al cambio de alimentación. Lo mejor es realizar una transición gradual que no extrañe a tu organismo y a tu gusto. Puedes empezar reduciendo la ingesta de carne una vez a la semana y después ir añadiendo días; o replantear la cantidad de carne en tus platos: aumenta poco a poco la cantidad de vegetales, granos, legumbres y reducí los alimentos de origen animal.
Alternativas fáciles
Empezá por los productos más fáciles: cambia la leche de vaca por la leche de soja o de almendras, o el pollo por la soja texturizada, que tiene el mismo sabor. La transición es menos dura si empezas a dejar las carnes rojas, después las carnes blancas y finalmente, el pescado.
Es importante tener a mano un snack: no dejes que te gane la ansiedad y el hambre emocional. Tene siempre un snack vegetariano para esos momentos en los que la tentación de comer carne sea fuerte: frutos secos, hummus, frutas, barritas energéticas, chips vegetales… las opciones son muy variadas.
Establece metas
El camino no es fácil, así que establece metas cortas y sentite orgullosa cada vez que llegues a ellas. Celebra tus logros y date algún capricho cuando cumplas tu objetivo.
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