La nueva normalidad en París luego de una aplanada en la curva de contagios tomó esta forma en la capital francesa.
Hoteles más rigurosos:
El turismo es una de las actividades más afectadas por la incertidumbre que genera el virus y las nuevas medidas que se van tomando sobre la marcha. Por ende, el sector hotelero debe ajustarse a estas reglas del juego y prepararse para un nuevo desafío: Generar confianza en los huéspedes o turistas que deciden alojarse. Tal es el caso del emblemático Hotel Fauchon París, conocido por sus macarrones, chocolates y delicatessen, símbolos del refinamiento gastronómico francés, que abrió nuevamente sus puertas de manera progresiva: primero la terraza con el “Grand Café Fauchon” y finalmente el acceso a las habitaciones y prestaciones del hotel.
Como parte de su reapertura el 1 de julio, el establecimiento de cinco estrellas invita a sus clientes a registrarse online o telefónicamente previamente antes de su llegada. Se han establecido reglas para preparar la habitación, como el letrero que indica que la habitación ha sido revisada y que nadie ha entrado después de haberla limpiado. Los huéspedes también pueden informar al hotel si desean que el personal acceda a su habitación durante su estadía o a qué hora desean desayunar. En caso que los visitantes quieran evitar el contacto con el público, podrán cenar en su habitación como lo harían en un restaurante, con un servicio exclusivo y privado. Otra de las nuevas metodologías consiste en que el personal no sube al ascensor con los clientes, sino que mientras un encargado les muestra la planta baja y explica los servicios del hotel, otra sube las escaleras y espera para guiarlos a su habitación. Lo mismo se aplica a la entrega de equipaje, y por supuesto es obligatorio el uso de máscaras, guantes y desinfectantes en cada rincón del hotel. Estas son todas las medidas que pronto serán reconocidas por una certificación de Bureau Veritas, que es importante para los clientes internacionales.
De moda virtual a Pop Ups store así es la tendencia que rige
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En los inicios de cuarentena, la modalidad digital tomó un gran protagonismo y muchas marcas comenzaron a presentar sus colecciones ya sea por “vivos” en Instagram o por streaming. Esta tendencia que el distanciamiento social ha impulsado no ha cesado, sino por el contrario marca el nuevo rumbo del consumo tras la pandemia. Ya desde 2006 Kate Moss abría el desfile de Alexander McQueen como un holograma, así que tarde o temprano la tecnología haría de las suyas para sobresalir con fuerza, y es que hoy más que nunca se apoya en las redes sociales, el streaming y la realidad virtual para fomentar el “live shopping”.
Aunque la moda virtual es un intercambio interesante para reforzar la relación marca-consumidor en un mundo como el que hoy se vive, existen otras alternativas para quienes necesitan de la presencia física y el contacto con los productos. De esta manera, los “Pops Up store” están siendo furor, ya que se organizan en lugares que pueden ser al aire libre, con las normativas de precaución y son itinerantes. La agencia boutique especializada en lujo y relaciones públicas, Giorgia Viola, apostó por este nuevo formato y su se preparan para una nueva aventura que los llevará a la glamorosa Riviera francesa e italiana Costa Smeralda. La agencia albergará múltiples Pop-Ups de verano y Trunk Shows en lugares estratégicos, para promover diseñadores emergentes e independientes especializado en trajes de baño, ropa de resort, accesorios y elementos esenciales de verano. Quizás sea una gran alternativa para las marcas y los clientes que necesitan de una atención personalizada y vivir la experiencia de la compra en tiempo real.
Barcos, los nuevos protagonistas para eventos
Recorrer en barco el Río Sena es sin dudas una experiencia imperdible en París. Pero resulta que, después del confinamiento, no sólo forman parte de un “must-do” turístico, sino que hoy se convirtieron en la mejor alternativa para reunirse con amigos. Desde despedidas de solteros, cumpleaños, o cualquier tipo de ocasión que amerite celebrar, éstos “Peniche”, algunos anclados y otros que permiten dar un paseo, son la mejor opción para organizar eventos, ya sean diurnos o nocturnos. Pierre Hargoues Turon, uno de los socios de la empresa “Green River Cruises”, explica que si bien la demanda es mucho menor que el año pasado, durante la semana, se pueden llegar a realizar entre 8 a 15 paseos por día, y durante el fin de semana de 15 a 20, a precios que varían según el tiempo (de una hora a 3 horas), y también según el número de pasajeros.
El precio promedio gira en torno a 350 euros un crucero de una hora y media, comenzando por el distrito IV, luego por se dirige hacia la Torre Eiffel, o si se trata de un paseo más largo, se pueden recorrer los principales puntos de París como Notre Dame, el Puente Alejandro III, la Estatua de la Libertad, y hasta un almuerzo por el animado barrio de Saint Germain. Para aquellos que no pueden hacerse una “escapada” de fin de semana, este programa resulta ideal, ya que se disfruta como un barco privado, cada uno puede traer sus bebidas y alimentos, o sino el crucero les provee de lo necesario. El crucero es bastante lento, alrededor de 9 kilómetros por hora para que se puedan disfrutar de todas las mejores vistas que París puede ofrecer, y uno de los mejores detalles es que “Gin Tonic” uno de los barcos es 100 por ciento eléctrico, es decir, funciona con paneles solares.
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