Con Mercurio retrógrado transitando sus jornadas finales hasta el 29 de noviembre, el clima astral invita a una pausa reflexiva. Este fenómeno, conocido por alterar la comunicación, los planes y los vínculos, se despide con una advertencia sutil: no todo lo que se dice se entiende como se espera.
DURANTE MERCURIO RETRÓGRADO LAS PALABRAS ADQUIEREN DOBLE FILO
En estos días de Mercurio retrógrado, las palabras pueden adquirir doble filo, y lo que comienza como una charla inocente puede escalar hacia una discusión innecesaria.

Las relaciones, especialmente aquellas que ya muestran signos de desgaste, se ven particularmente vulnerables. Mercurio retrógrado no provoca rupturas por sí solo, pero sí puede acelerar procesos que estaban latentes. Por eso, los astrólogos recomiendan evitar conversaciones cargadas de reproches o temas sensibles que podrían desencadenar un cierre abrupto.
NO CONFRONTAR, MOMENTO DE INTROSPECCIÓN
En lugar de confrontar, este período favorece la introspección. Es ideal para revisar lo que se siente, lo que se espera y lo que ya no se sostiene. Las decisiones tomadas bajo este tránsito deben ser meditadas, no impulsivas. Si hay algo que decir, mejor esperar a que Mercurio recupere su curso directo, cuando las ideas fluyan con mayor claridad y las emociones estén menos revueltas.
Hasta el 29 de noviembre, el mantra es simple: menos palabras, más escucha. Priorizar el autocuidado, rodearse de ambientes tranquilos y elegir actividades que nutran el bienestar emocional. Mercurio retrógrado no es enemigo, sino un maestro de los silencios necesarios.
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