La situación crítica que vivimos actualmente ha forzado a millones de profesionales a trabajar desde casa. La buena noticia es que, bien implementado, el home office aumenta la productividad de los equipos en un 20% ya que, entre otros factores, reduce los desplazamientos e interrupciones (en situaciones normales los niños estarían en el colegio) y facilita la concentración. Además, mejora nuestro bienestar y satisfacción al permitirnos conciliar mejor la vida personal y tener mayor flexibilidad horaria. Aunque, como hemos podido comprobar, el home office también tiene sus sombras. La clave está en adoptar hábitos y métodos de trabajo que impulsen tu capacidad de concentración y te permitan aprovechar tu jornada laboral.
Gestioná tu energía
-¿En qué momento del día trabajás mejor?
El cronotipo es la predisposición natural que cada persona tiene a experimentar picos de energía o momentos de descanso según la hora del día. Determina en qué momento del día estamos más despiertos y por lo tanto somos más productivos. El psicólogo estadounidense Michael Breus propone cuatro cronotipos y sugiere que organicemos nuestra agenda diaria en función de nuestros ciclos circadianos para ser más productivos y felices:
El oso
Constituyen el 50% y el 55% de la población, y el horario de empresas gira en torno a ellos. Depende del ciclo de la luz natural y necesita dormir alrededor de 8 horas. Sus picos de energía se encuentran entre las 10am-11am y las 6pm-7pm.
El león
Constituyen el 15% de la población. Les gusta levantarse pronto y suelen estar exhaustos al final del día. Necesitan realizar la mayoría de sus tareas por la mañana, cuando están más activos.
El lobo
Constituyen entre el 15% y el 20% de la población. Funcionan mejor al final de la tarde y por la noche, y les cuesta levantarse pronto.
El delfín
Son el 10% de la población. Suelen tener insomnio, son personas muy nerviosas que se mantienen activas durante todo el día.
Según explica Breus, esta discrepancia entre horarios viene de nuestros antepasados, cuando las diferentes tendencias horarias eran primordiales para la supervivencia de la especie en las cuevas: mientras los osos dormían, los lobos vigilaban si había algún peligro, los delfines mantenían un sueño ligero para despertarse si surgía algún problema y los leones relevaban a los lobos a primera hora de la mañana. En thepowerofwhen-quiz.com, Breus ofrece un test para identificar el cronotipo y organizar la agenda en función del mismo.
Acá dos rituales para organizarte: el matutino y el vespertino:
Ritual matutino
Comenzá a la mañana como si fueras a la oficina para activar tu cerebro y prepararlo para trabajar. Duuchate y viestite; nada de trabajar en pijama. Hay numerosas maneras de empezar bien el día, aquí enumeramos cinco de las más recomendadas. La clave para transformar estas acciones en hábitos es la consistencia, por lo que lo mejor es adoptar un hábito cada vez. El camino se hace al andar.
-Hacé la cama
Como dijo el famoso almirante William McRaven: "Si hacés tu cama todas las mañanas, habrás cumplido la primera tarea del día. Te dará una pequeña sensación de orgullo y te motivará a realizar otras tareas".
-Movete
El fundador de Starbucks comienza el día con un paseo en bici, el de Twitter dice que los 10 km que corre cada mañana son sin duda su mejor inversión, el director de Apple va al gimnasio religiosamente... Las personas más productivas suelen ejercitarse al comenzar el día para activarse y disfrutar de los beneficios del deporte durante el resto del día.
-Anotá las tareas
Planificar el día haciendo una lista de prioridades, ponerte un objetivo y enumerar diariamente tres cosas por las que das las gracias te ayudará a empezar el día con energía positiva, foco y claridad. Recordá programar la tarea más grande o importante en tus picos de energía, que suele ser por la mañana, y las menos importantes para cuando tu energía esté más baja.
Ritual vespertino
La clave de la productividad es aprender a lograr el equilibrio entre tu vida personal y profesional, por lo que es importante dejar tiempo para otros planes.
-Establecé una hora de cierre: Acepté que siempre hay más trabajo que tiempo disponible y aprendé a perdonarte por no haber terminado, comprometiéndote a mantener una hora de cierre. Terminá en alto cuando se acerque la hora, termina con una tarea con la que disfrutes para irte con actitud positiva.
-Ordené el espacio de trabajo: Crear un rincón dedicado exclusivamente a trabajar ayuda a dividir el tiempo en tareas laborales y vida personal aunque trabajemos desde casa. Mantenlo limpio y ordenado y evitá el sofá o la cama, pues inconscientemente nos distraemos más.
-Restrospectiva: Anotá cómo ha ido el día y qué te ha quedado por hacer. La intención es vaciar la mente para poder desconectar hasta el día siguiente.
-Desconectá: El 95% de las personas usa algún dispositivo electrónico hasta 1 hora antes de irse a la cama, hábito que perjudica el ciclo del sueño pues la luz artificial nos desvela. Aprovechá las últimas horas del día para desconectar y realizar actividades más creativas para empezar al día siguiente con energía y buen pie.
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