Descubrí el proyecto que hace que los muebles parezcan esculturas y las esculturas muebles

En el mundo del diseño, la funcionalidad guía a la forma. En el del arte, el recorrido de creación es mucho más libre. Y cuando se juntan ambas disciplinas, lo que surge es una sinergia de lo más rica e interesante. Así lo comprobó la dupla formada por Lucila García De Onrubia (conocida como Deon Rubi) y Cinthia Kazez, quienes en abril de 2022 crearon el disruptivo Mueble Escultura, un proyecto en el que artistas y diseñadores exploraron los límites de sus disciplinas en una muestra en la que nada fue tan claramente ni mueble ni escultura, pero todas fueron piezas únicas y artesanales.

Crear un concepto

Unidas por Instagram en lo que pareció una cita a ciegas, Rubi y Kazez cranearon la idea en apenas una noche. Con un pasado común como estudiantes de cine y habiendo transitado la dirección de arte y producción respectivamente, pronto descubrieron que a ambas las atraían los márgenes del diseño. Mientras Rubi llevaba algún tiempo trabajando en el límite entre el diseño y la escultura en Miami, Kazez había empezado a realizar objetos que se encuadraban en esta suerte de tensión y diálogo. “Nos encontramos en esa búsqueda parecida”, cuenta Cinthia.

Y así, sintiendo que ese nicho no estaba muy explotado en Buenos Aires, crearon no solo una muestra, sino un concepto: a través de la intersección entre ambas disciplinas, invitan a artistas y diseñadores a concebir piezas tan funcionales como lúdicas. La primera exposición resultó un tanteo del terreno que reveló la fertilidad de la idea. “Quisimos ver si sumaba a la conversación, y resultó que sí. Por eso, este año se viene Mueble Escultura 2 y la creación de AME, una asociación sin fines de lucro con la que desarrollar muchos más proyectos en esta línea”, detalla la dupla.

En el local aún en obra de El Yeite, un espacio de diseño y producción independiente, la muestra del año pasado expuso a 7 artistas y 7 diseñadores en un montaje que los hizo compartir plataforma, difuminando una vez más los límites entre ambos estilos de producción. La curaduría de los convocados se dio por el propio interés de la dupla, que visitó talleres en busca de esta “calidad de hibridez”, y se encontró tanto con obra terminada que funcionaba con el concepto como con quienes crearon piezas ad hoc. Eso sí, lo que guió la selección fue la calidad sobre el reconocimiento o la trayectoria.

Por eso hubo artistas nóveles en el plano real (como Sietes, cuya obra hasta entonces era puramente digital) compartiendo espacio con íconos, como fue el caso de Miguel Harte, con 35 años de carrera. Incluso las mismas Cinthia y Deon expusieron sus propias obras. “Todo convivió y dialogó en el mismo espacio. Nos gusta abrir el territorio y las disciplinas, y ver qué pasa”, describe Kazez.

“Nuestro slogan es ‘muebles que parecen esculturas y esculturas que parecen muebles’; la idea es vivir un poco en esa confusión”, detalla Rubi. En lugar de definir, esta dupla prefiere abrir los significados, y dejar que cada uno complete el interrogante a su forma.

Muebles que emocionan

La versatilidad del concepto también se reflejó en el público y la venta. Así como hubo arquitectos y diseñadores de interiores que se acercaron en función del producto, asimismo llegaron coleccionistas en busca de obra. Instituciones de arte, carpinteros, escultores y pintores también fueron parte de las visitas, que unieron a jóvenes estudiantes y parejas de la tercera edad en una unión interesante de mundos que no siempre suelen cruzarse.

Al momento de ponerle un precio a lo expuesto, en tanto, la dinámica estuvo más cerca del arte. “Este mundo híbrido de diseño de escultura no se hace masivamente, y eso lo separa del circuito más comercial del diseño, porque son piezas únicas y se acercan más al status de obra”, razona Rubi. Aunque fue un desafío para ambas partes: ¿cómo se le explica a un coleccionista que debe pagar montos similares a los de un cuadro por una silla? “Si la silla te emociona, es una pieza única y lleva meses de trabajo, es mucho más que eso…”, apunta la dupla.

Para los que no llegan de ramas del arte, en tanto, puede ser un gran ejercicio de acercamiento. “A veces es difícil pensar en gastar en arte, algo que en teoría es inútil, porque no es una necesidad. Pero en este caso podés tener un banco, que tal vez es necesario en tu casa, pero al mismo tiempo te provoca una emoción distinta a todos los bancos que viste, y puede ser mucho más accesible desde lo conceptual del coleccionismo”, sostiene Kazez.

Por lo pronto, la línea de investigación continuará a uno y otro lado del mostrador. Desde los artistas y diseñadores, en los próximos meses habrá una convocatoria abierta para la segunda edición de la muestra, a la cual se podrá acceder desde su cuenta de Instagram, @mueble_escultura. Para el público interesado, también planean dar un taller e inaugurar una sede en la que organizar actividades y muestras itinerantes. “Tenemos el sueño de generar comunidad”, describen. El terreno fértil sin duda está dado.

FOTOS: Felix Niikado.

at Vicky Guazzone di Passalacqua