Este recorrido arranca en Belén. Ruta 40, a 285 km de la ciudad capital. Belén es una de las localidades más antiguas de la Provincia, los Incas llegaron a la región allá por el Siglo XV en el encuentro con los nativos, indios Quilmes y otros que hablaban lengua Quechua. Los carteles anuncian que aquí se verán interminables valles fértiles, cultivos, bodegas, monumentos históricos y antiguas iglesias, pero la gran oportunidad es poder sumergirse en tradiciones y costumbres milenarias a través del contacto con su gente.
Catamarca son paisajes volcánicos y lunares, pero más, historias de personas que se cruzarán en el camino y que mantienen vivo el orgullo de sus tradiciones.
Belén es también conocida como la “Cuna del Poncho” y este viaje arranca con “fuerza de mujer”. Un grupo de 30 mujeres belichas que trabajan en el arte del tejido. Usan telar criollo, el más típico de la zona; y telares de peine, que logran hilados más finos y exquisitos con lana de oveja y llama.
Arañítas Hilanderas (@Aranitashilanderas)
Es el nombre del emprendimiento. Alfombras, pie de camas, caminos de mesa, chales, ponchos y un grupo de mujeres agrupadas en forma de Cooperativa, como casi todos los emprendimientos textiles del NOA que están lideradados por mujeres.
Empoderadas sí, pero les falta know how, inversión y recursos. Rosa de Vega es una referente belicha y una de las tejedoras que formó parte de un documental de 2018 que la muestra junto a sus compañeras de Cooperativa, con sus poquísimos recursos y sus ponchos maravillosos, en el intento de sobrevivir a cada una de las diferentes crisis de la Argentina.
Al verlas, invade la sensación de belleza de su elemento y la angustia por la falta de trabajo profundizada por la pandemia (sin turismo, entre otras). Los esfuerzos que realizan para sacar adelante sus familias a través del arte textil no alcanzan, porque es de bajísima escala y tiene la barrera del digital.
Conectividad que no
La falta de conectividad es uno de los mayores obstáculos que enfrentan. Catamarca es una de las provincias con mayor retraso tecnológico del país. No existe acá el modelo emprendedor de Buenos Aires con Instagram y redes sociales, las artesanas no pueden producir con todo su potencial, porque no están conectadas y quedan excluidas del modelo digital.
Charlar con ellas es imaginar posibilidades de cómo contribuir al desarrollo de su proyecto y que su arte cobre visibilidad y pueda expandirse en volumen, territorio y negocio. Los tejidos son todos preciosos, y con inversión podrían escalar en Buenos Aires o el exterior. Quien venga a Belén, obligado comprar o difundir su arte, la artesanía regional es una expresión de la tradición ancestral y definitivamente, una de las principales actividades económicas belichas.
De Belén al más allá: Dunas de Randolfo
La próxima parada es Puerta de Corral Quemado, más conocida como Puerto Viejo. Un puerto que no tiene puerto y que es pura inmensidad. El nombre se debe a sus formaciones geológicas denominadas "Jasis", que decían se asemejaban a barcos anclados en un puerto antiguo. Actualmente es una puerta de ingreso hacia otros pueblos que seguirán en el recorrido.
El camino va subiendo entre curvas y contracurvas y alrededor, un contraste entre el ocre de los médanos que se vuelve inmenso y el cielo pintado, típico de la Puna. Bienvenidos a la Cuesta de Randolfo y sus dunas.
Acá los vehículos 4x4 son la única manera de recorrer el desierto. Cuando se baja para andar de a pie, el viento y los 3200mts. de altura se sienten, se camina inclinado y despacito, alternando miedos, apunamiento y posiciones para lograr la mejor foto. Todo es virgen, hasta de pisadas, porque el viento constante hace que desaparezcan. La arena se cuela sin parar y las vistas son tremendas. En la cumbre está la ermita a la Difunta Correa, escala obligatoria. Dice la tradición que la ofrenda a la Pachamama deben ser hojas de coca y agua.
Un imperdible religioso en Belén
La Virgen de Belén y el Señor de los Milagros, son los Santos Patronos visitados por miles de fieles cada del 6 de Enero en peregrinación al Santuario Nuestra Señora de Belén. Desde el Cerro hay grandes vistas de la villa, y la imagen de la Virgen se destaca en la noche como flotando en el horizonte.
Laguna Blanca
Con una superficie de 770.000 h, es una de las reservas de la red internacional de reservas de la biósfera de la UNESCO, y además, Reserva Natural Provincial de vida silvestre para poblaciones de vicuña, que están en peligro de extinción por su caza descontrolada y tienen un altísimo valor biológico para el ecosistema de la Puna. Las comunidades autóctonas de Laguna Blanca desarrollan una tradicional vida pastoril según técnicas ancestrales para su preservación; y para mejorar su calidad de vida, crían vicuñas silvestres junto a llamas, alpacas, ovejas y cabras.
Aquí el emprendimiento textil artesanal sugerido se llama Cooperativa “Mesa Local” y está formada por más de 60 artesanos jóvenes enfocados en la producción sustentable de tejidos de vicuña. Trabajan de manera autogestionada y con respeto por el medio ambiente. En los pueblos de raíz andina, las prácticas comunitarias son una herencia ancestral que permanece viva.
Lo que existe es la prohibición absoluta de caza pero con permiso de esquila en chaku; que se trata de encierro, esquila y posterior liberación de animales a su modo silvestre. Siguiendo la tradición, los lugareños se dividen en grupos de trabajo para esquilar a los animales, extraerles sangre para control sanitario y vacunarlos para luego devolverlos a su hábitat.
La vicuña es considerada animal sagrado, su materia prima es bellísima, sus tejidos maravillosos, pero de nuevo, se observan las dificultades que tienen ante la falta de un modelo de negocio claro y paralizado por la pandemia. El emprendimiento permite el desarrollo social y económico de muchas familias de la localidad, pero les falta capacitación, expansión, entendimiento de sus finanzas y escala.
Laguna Blanca además de los ponchos más preciados del mundo, tiene un gran valor arqueológico e histórico y se pueden conocer numerosos sitios de arte rupestre y grabados en cavernas de tiempos preincaicos, a la vez que en el Museo Integral de la Reserva de la Biosfera.
Antofagasta de la Sierra
El viaje sigue su camino en pleno cordón cordillerano, a 3300 metros sobre el nivel del mar y la altura que se siente como un puñal. El Peñón es una localidad a 60km de Antofagasta de la Sierra, la cabecera departamental de mayor superficie y con menor densidad poblacional de la provincia.
Una curiosidad es que aquí comen milanesas todo el día, pero de llama. Hostería Antofagasta de la Sierra es un gran sitio para probarlas, pasar la noche y amanecer dentro de esos colores del adobe y la arena que lo tiñen todo. Marrón en todas sus gamas y la localidad se convierte definitivamente, en un tesoro resguardado de la Puna no muy contado o mostrado.
Los carteles dicen Laguna Antofagasta allá a lo lejos y la presencia de llamas en manadas es permanente. Antofagasta tiene más de 220 volcanes y fue declarada Capital Nacional del Vulcanismo en 2018. El hit es el volcán Galán y su crater, el más grande del mundo de 53km de diámetro.
El paisaje sorprende por sus contrastes, sus casitas de material y el cielo que presta su color a la Laguna, que es azul pantone y está vestida de flamencos que la manchan con sus pecas rosas. Son nada más que 700 pobladores que conviven con costumbres de sus antepasados y conversan en español y quechua.
Aquí en Antofagasta sobreviven más de tres emprendimientos mineros de extracción de litio y una curiosidad no muy feliz, que solo el 3% de las regalías quedan en la provincia de Catamarca.
Reserva Natural Campo de Piedra Pomez
Posiblemente sea el sitio más reconocido de Catamarca, el Campo de Piedra Pomez de Antofagasta tan famoso. Como otros lugares de interés, solo accesible en 4x4 y con guía. Al bajar e intentar caminarlo, todo se vuelve modo tortuga, falta el aire, sobran emociones. Es otro mundo, parecido a la Luna o a Marte, pero en realidad, es una Reserva Natural protegida formada de antiguas erosiones volcánicas en una superficie mayor a 75 hectáreas.
En el corazón de la Puna son unos 25 km que se asemejan a un mar de roca blanca y crestas rosas erosionadas por los vientos que bajan de la Cordillera y crean una especie de corredores repletos de esculturas naturales para andar por ahí jugando como niños, o pensar como adultos lo que fue la actividad volcánica de la región cien mil años atrás.
Las sensaciones aquí son muy intensas y ni hablar de la radiación solar. Un repaso por los “Gigantes de Piedra Pómez”, “La Lagunita Escondida” y los “Balcones de Laguna Purulla” pero lo importante es recordar que eso fue un antiguo mar congelado que hoy sostiene uno de los paisajes más exóticos e imperdibles de la Argentina.
Llegando a Andalgá, su rodocrosita y fin del viaje
La meta es llegar al último punto, la Cuesta de Capillitas en Andalgalá, la más larga de sudamérica con 970 curvas y camino de cornisas. Es como llegar literal a las nubes y luego Mina Santa Rita, un complejo minero de antigua explotación que dio muchas satisfacciones a la localidad tiempo atrás cuando solía ser “La Perla del Oeste” con yacimientos de la era mesozoica para la explotación de cobre, plomo, cinc, oro y plata.
Hoy en el presente, la extracción se centra en la rodocrosita o Rosa del Inca. Con su increíble color rosa, es una de las más llamativas del mundo y se la considera la "Piedra Nacional Argentina", es de tipo semi preciosa y simboliza el perdón y el amor.
Se puede hacer noche en la Hostería Refugio del Minero, un emprendimiento que con mucho esfuerzo lograron levantar familias de la zona. Funciona como destino turístico y de investigación para expertos en minerales que venían de todo el mundo pero ahora la pandemia. La mina ya no está activa desde hace 4 años, solo está abierta con fines turísticos en la inmensidad de la Puna y con la esperanza de hallar nuevos tesoros.
Falta el aire adentro de la mina y todo brilla espléndido y rosa. Aldalgalá es un yacimiento único y cuando no hay pandemia y vienen de todas partes del mundo a conocerla, dicen que el visitante accede a un mundo de energía y de amor universal.
Catamarca es sin duda un viaje por esta piedra rosa del amor infinito, por todos sus colores y también por los antepasados del Altiplano. Es paisajes, fauna y recursos arqueológicos, es Puna, salares, volcanes y cerros, inmenso desierto, lagunas cristalinas, adobe y piedra, llamas y vicuñas. Pero también es la historia de su gente, hombres y mujeres que mantienen sus tradiciones preincaicas y viven a fuego la herencia ancestral, para que los viajeros puedan hacer un viaje a otro lugar, pero más, a otros tiempos.
Por Florencia Sosa
Es catamarqueña, 29 años y Ceo de un Grupo de Empresas de Salud y Farmacias de la provincia. Activista por los derechos de las mujeres y jóvenes en el mundo de los negocios, viajera apasionada y fashion blogger.
at Por Florencia Sosa
Accedé a los beneficios para suscriptores
- Contenidos exclusivos
- Sorteos
- Descuentos en publicaciones
- Participación en los eventos organizados por Editorial Perfil.
Comentarios