La escritora, crítica y traductora Cristina Piña, acaba de publicar “Alejandra Pizarnik, Biografía de un mito”, obra de carácter biográfico sobre la mítica poeta argentina, Alejandra Pizarnik, en colaboración con Patricia Venti.
Piña es poeta, traductora, crítica literaria y ha ejercido la docencia por más de cuarenta años en la Universidad Nacional de Mar del Plata, institución que al momento de jubilarse la designó profesora emérita. Ha recibido premios nacionales e internacionales y ha publicado seis libros sobre la mítica poeta argentina fallecida en 1972.
Es la única y principal biógrafa de la autora y concedió esta charla a Marie Claire con motivo de la reciente publicación de su último libro su libro en colaboración con Patricia Venti y bajo el sello editorial Lumen. Se trata de una edición ampliada de la biografía ya publicada y que trae a la luz su diario íntimo, anotaciones sobre otros autores, como poemas inéditos de la célebre escritora.
-¿En qué momento surge la idea de hacer el libro con Patricia Venti y por qué?
-Surge a partir de que Patricia me lo planteara, hacía tiempo que ella quería hacer la biografía de Alejandra (Pizarnik). En 2013, me fue a buscar a Sevilla para pedirme que hiciésemos el trabajo juntas, que le parecía un crimen que yo no estuviera, ante lo cual finalmente me convenció. Empezamos a trabajar, a ver y el libro quedó listo el año pasado (2020) en marzo, pero recién se publica ahora por la cuestión de la pandemia.
-¿Qué dato/datos viene a traernos esta libro sobre la vida de Alejandra que no hayan expresado tus libros anteriores?
-Viene a traer varias cosas muy importantes. Ante todo, cuando hice la anterior biografía no estaban los “papeles Pizarnik”, que son el diario íntimo, los cuadernos, “les cahiers”, como les decía ella, donde anotaba, citas, poemas de otros, comentarios sobre libros, trabajos pequeños, etc.
Todo este material originalmente estaba en casa de la poeta Olga Orozco, luego fueron a parar a las manos de otra persona que se los llevó a Europa y allí Julio Cortázar los recuperó, con la idea de entregarlos a la Guggenheim Foundation, ya que Alejandra y él habían obtenido la famosa beca Guggenheim pero, lamentablemente Julio falleció antes de poder hacerlo.
A partir de ahí quedaron como herencia de Cortázar en manos de Aurora Bernárdez, que fue su heredera. Ella se contactó con la familia y decidieron venderlo a la Universidad de Princeton, donde Patricia y yo en su gran biblioteca, estuvimos consultándolos. No sólo son los “cahiers” y los diarios completos, sino que también son los textos inéditos, la correspondencia, dibujos. originales; vale decir, toda esa documentación no había entrado en bibliografía. Ese es el “cuerpo” más importante pero hay que agregar más.
-¿Fuiste a ver a la familia francesa de Alejandra para tener más datos para escribir el libro?
-Exactamente. Alejandra, apenas llegó a Francia fue a vivir a la casa de sus primos en Châtenay-Malabry, donde se fue y volvió varias veces, ya que no le hacía mucha gracia porque obviamente no era París, es un lugar que está a veinte minutos en tren de la capital. Era estar en Paris sin estar en París.
-¿En qué otros lugares consultaron?
Consultamos el archivo de Maryland sólo para ver un par de cartas específicas de Alejandra, hallamos en Princeton la correspondencia que mantuvo con el escritor Manuel Mujica Láinez y también investigamos el archivo de Silvina Ocampo, pero no hallamos ninguna referencia en este último.
-¿Por qué crees que sos la única biógrafa que tiene Alejandra Pizarnik?
Creo que debido a la gran repercusión que tuvo mi primera biografía y al significar mucho trabajo de reconstrucción, era muy difícil la tarea y al no haber ningún material a la vista para comenzar, nadie lo ha querido asumir. La persona que más pensó en realizarlo fue Patricia (Venti) pero después no se animó a realizarlo sola y me pidió que hiciéramos juntas el trabajo.
-¿Puede ser que le tengan temor a la dificultad que encarna narrar la vida de un personaje tan especial como Alejandra Pizarnik?
-Puede ser ya que es un personaje complejo de cuál hay que dar muchas explicaciones, hay que manejar mucho conocimiento de poesía.
*(Cristina Piña tiene siete libros publicados sobre Alejandra hasta la fecha: la primera biografía, la poesía completa con alguna prosa añadida, tres libros de ensayo crítico, la correspondencia y próxima a publicarse la nueva biografía extendida).
-¿Crees que en materia de crítica literaria se ha dicho todo sobre Alejandra?
-No. De ninguna manera. Nunca está dicha la última palabra sobre ningún autor. En el caso de Alejandra en particular no sólo por el hecho de que su poesía es muy rica sino que también porque quedan muchas cosas por decir. Han surgido luego de su muerte muchos textos póstumos, aún quedan muchos inéditos por salir a la luz. Entonces, yo creo que en la medida que surjan nuevos textos se va a seguir hablando sobre ella.
-¿Qué relieve va a tener, cómo se va a leer a la obra, que va a significar Alejandra para las nuevas generaciones en el futuro?
-Va seguir significando lo que significa ahora: una voz absolutamente personal, única, que ha transformado la poesía argentina. Y no va a perder su carácter de poeta maldita, es muy importante comprender la articulación entre vida y poesía que implica un poeta maldito. Desde ese punto de vista va a seguir significando un personaje de enorme importancia.
-Contanos ahora un poco de su faceta narrativa.
- La obra más importante que publicó y la única que tiene de narración es “La condesa sangrienta” que es un libro mezcla de poesía, estampa, narración, es un libro muy híbrido desde el punto de vista de los géneros literarios, absolutamente excepcional y sin parangón, también podemos encontrar otra parte “La bucanera de Pernambuco” o “Hilda la polígrafa”, que son textos que no se sabe si son poesía, prosa, humor puro, narración, es un poco todo eso mezclado. Por eso, es más importante para mí, más que hablar de la narrativa, hablar de la prosa en Alejandra. Además, tiene prosas críticas y muchos poemas en prosa.
-Cambiando el ángulo: ¿Qué crees que Alejandra le vino a “decir” a la mujer?
- Su ejemplo brindó una particular autonomía a las mujeres, sin haber sido manifiesta, pero sí implícitamente feminista, le vino a decir en que todas tenemos derecho a hablar y podemos tener una voz poética propia; que podemos ser grandes poetas, grandes escritoras.
-¿Crees en la literatura feminista o literatura “de género”?
Personalmente, no. Creo la literatura es simplemente literatura. Si hablamos de género, es porque hemos sido silenciadas durante demasiado tiempo como para no reivindicarlo. Pero para mí no hay una diferencia entre la literatura femenina y la literatura masculina. Creo que mantener esa diferencia es seguir manteniendo una diferencia jerárquica entre hombres y mujeres. Mesas redondas de “mujeres sobre mujeres”, no. Si hemos de hablar de literatura hablamos de todos. Todos somos la literatura.
-¿Qué repercusión tiene Alejandra Pizarnik en el exterior?
-En el exterior tiene una enorme repercusión, yo te diría que tiene más repercusión en el exterior que en nuestro país. Acá se ha escrito poco, comparativamente con lo que se ha escrito sobre ella en el exterior. Afuera se ha escrito sobre ella no sólo en lengua castellana, sino que se ha escrito en italiano, francés, inglés, incluso en Liubliana, capital de Eslovenia, han traducido las obras completas y con estudios sobre ella. En el extranjero creo existe una mayor valoración, ya que no existen los prejuicios que hay acá, por cierto grupo que no la valora, mostrando prejuicios estéticos y competitividad. En Europa y en Estados Unidos es completamente valorada, sin ningún tipo de cortapisas.
Es de público conocimiento que se ha generado un mito en torno a su vida y a su obra, como ha pasado con tantos escritores. ¿Creés que la gente la ha podido asimilar completamente, acorde al mensaje que brindó su obra o que se ha generado un mito que quizá la haya un tanto “desdibujado”?
- Creo que el mito la ha desdibujado para quienes no han leído su obra. Para ellos existe un mito, el “mito Pizarnik”. Mientras que para quienes sí la han leído, el mito no desdibuja a la gran escritora. Vale decir, el lector que llega a su obra ya se va a enfrentar a una complejidad lo suficientemente grande, como para descartar cualquier mito.
Ping Pong
-Un poema de Alejandra Pizarnik.
-“Vida, mi vida, déjate caer, déjate doler, mi vida, déjate enlazar de fuego, de silencio ingenuo, de piedras verdes en la casa de la noche, déjate caer y doler, mi vida”.
-Un poema suyo que la retrate de pies a cabeza.
-Sólo la sed/el silencio/ ningún encuentro/ cuídate de mí amor mío/ cuídate de la silenciosa en el desierto/ de la viajera con el vaso vacío/ y de la sombra de su sombra.
- Tres poetas universales.
- Rimbaud, San Juan de La Cruz , T.S. Elliot.
-Tres escritores universales.
-Shakespeare, Alighieri, Flaubert.
-Tres escritores argentinos.
-Borges, Cortázar, Pizarnik.
-Poeta, ¿se nace o se hace?
-Nace y se hace.
Por Iñaki Rubio
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